miércoles, 27 de enero de 2021

La flexibilidad de pensamiento, clave para ser un empleado eficaz

La flexibilidad de pensamiento, entendida como la capacidad de pensar que ante una situación hay diferentes formas de ver las cosas y de darles respuesta, es clave en el mundo en el que vivimos; un mundo en el que todo está hiperrelacionado y conectado.



Un pensamiento de múltiples opciones, que huya de la rigidez, va a hacernos mejores en nuestro día a día como empleados, como líderes, como jefes y, por supuesto, como personas. Debemos ser capaces de abandonar pensamientos y expresiones del “blanco o negro”, del “bueno o malo”, del “todo o nada”, del “a mi manera o ya sabes lo que hay”, del “tú no sabes y yo sí”… para trabajar en un matiz de grises y de punto intermedios, una filosofía de pensamiento y de trabajo más adecuada a los tiempos que corren.

Los extremos nunca fueron buenos, aunque en épocas pasadas se admitían y formaban parte del quehacer diario de cualquier empresa, en la que los jefes utilizaban el poder y mando y hacían que los empleados realizaran lo que ellos les ordenaban. El cambio generacional, la globalización, el mirar y copiar lo que otros hacen y les funciona,… nos ha permitido ir abandonando poco a poco esos modelos rígidos y buscar cada vez más una mayor cercanía entre rendimiento y satisfacción en el puesto de trabajo.

Hoy sabemos que si no estamos satisfechos con lo que hacemos, no rendimos como deberíamos, pero también sabemos que el mundo laboral no se acaba en las cuatro paredes de nuestra empresa, sino que podremos encontrar la satisfacción deseada en cualquier otro lugar, mejorando de esta manera nuestro rendimiento, nuestro reconocimiento y, a la vez, nuestra autorrealización (según Maslow, es el logro máximo de la satisfacción humana, el desarrollo del potencial humano, la aceptación de sí mismo, en definitiva, la felicidad). 

Lo evidente, que antes costaba de apreciar, es que la satisfacción está vinculada directamente a la motivación y al desempeño de la tarea. No podemos esperar buenos rendimientos si la manera de dirigir a nuestros equipos falla, del mismo modo que no podremos esperar satisfacción laboral si la manera de responder a mi tarea no cumple un mínimo de las expectativas del empresario. Es una relación bidireccional en cuya base se encuentra el modelo win-win. Por todo esto, es importante no tener pensamientos rígidos, saber empatizar con las personas que nos rodean, entender el porqué pueden estar actuando de cierto modo o haber cambiado la actitud y, una vez hecho este ejercicio de flexibilidad cognitiva, tomar las actuaciones que se consideren más acertadas para mejorar la situación que se esté dando.



jueves, 21 de enero de 2021

El miedo a la novedad

Hace ya unas décadas que la sociedad exige cambios, en ocasiones sobrevenidos y de manera precipitada como ha ocurrido con esta crisis sanitaria, que nos ha obligado a cambiar nuestros procesos, nuestra manera de trabajar, de relacionarnos, de vivir… Y, en otras ocasiones, de manera más previsible, pero no por ello menos rápida, como son los cambios constantes al que el auge tecnológico nos arrastra desde hace ya algunas décadas.

Debemos ser conscientes de que el cambio es algo inherente a la persona y, por ende, a la sociedad. Cambiamos constantemente porque la vida en sí misma es un ciclo de cambio. Sin embargo, también es cierto que no nos gusta demasiado el cambio y acostumbramos a ser bastante reticentes, sobre todo cuando lo vemos como algo ajeno a nosotros mismos y como algo que nos imponen.

Esa resistencia nace del miedo a lo nuevo, sobre la que suele aflorar un sentimiento catastrofista. Por eso, es importante que, desde la empresa, pero también desde la propia persona, sepamos reconocer que los cambios no son siempre malos y que debemos darles una oportunidad, admitiendo en primer lugar que quedarse anclado a la larga no nos ayudará.

Como decía, las nuevas tecnologías, la globalización, y ahora una pandemia, han introducido modificaciones significativas sobre las bases en que se desarrollaba la actividad empresarial, lo que obliga a establecer procesos de adaptación en la producción, en los sistemas, en los puestos de trabajo y, por consecuencia, en la mente de las personas. Estos procesos no pueden quedar a medio camino, sino que deben desarrollarse para poder después sacar conclusiones, valoraciones y nuevas decisiones que permitan establecerlos como definitivos, modificarlos o bien retroceder al estado inicial si la implementación resultase fallida. Pero como digo, es necesario darles una oportunidad y un tiempo antes de sacar conclusiones negativas desde el inicio.

Por lo que respecta a las personas, a los empleados, cualquier cambio interno comporta cambios mentales, pues cambian los roles, las funciones, las relaciones, la manera de dirigir y liderar,… y aquí es donde se hace evidente la importancia que tiene no sólo poner el foco en el cambio corporativo, sino también en el cambio paralelo que ocurre en las percepciones de las personas, para evitar bloqueos actitudinales que conviertan a un equipo en un simple conjunto de personas desmotivadas, siendo perjudicial tanto para la empresa como para ellas mismas.

Por este motivo, volviendo a la empresa, concretamente al liderazgo de los mandos, una nueva cualidad necesaria en los líderes de hoy es la de saber gestionar conflictos y la de saber hacer de psicólogo y coach con las personas que gestiona. Estas nuevas cualidades son las que van a permitir diferenciar al jefe (entendido como gestor de personas basado en el mando y control), figura más relacionada con las culturas del siglo pasado, del líder (entendido como orientador y gestor del cambio), figura que resulta imprescindible en las empresas que quieran estar en el pódium de su sector y en las empresas referentes del mercado en las que cualquier persona quisiera poder entrar a trabajar.


martes, 12 de enero de 2021

Reinventarse es volver a nacer, pero con experiencia

Si algo tiene de especial este 2021 que acabamos de estrenar es la conjunción de miles de millones de personas pidiendo un único deseo: salud.

Atrás acabamos de dejar uno de los años más difíciles en la historia de la humanidad, en el que una pandemia ha encontrado hueco en prácticamente todos los rincones del planeta, aniquilando a centenares de personas por donde ha pasado, rompiendo con la vida social que hasta entonces llevábamos, también quebrantando las economías familiares, empresariales y sociales…, por señalar sólo algunos ejemplos.

Han sido 9 meses de pérdida de libertades, de mucha incertidumbre, de miedo a perder la salud propia y la de nuestros seres queridos, de cierta irresponsabildad, pero de mucha colaboración por la gran mayoría de los ciudadanos, de muchos sobreesfuerzos por parte de los sanitarios, los cuerpos de seguridad, limpieza, servicios esenciales,… y de lucha por encontrar una vacuna que permita frenar las curvas de contagio, las víctimas y el caos ocasionado por este virus.

Por ahora, en plena tercera ola en Europa y en crecimiento continuo desde que todo comenzó en países como Brasil o Estados Unidos, disponemos por fin de una vacuna que nos da un ápice de esperanza para afrontar un 2021 que tampoco tiene pinta de que será fácil.

Al deseo único de “salud” que todos pedimos a este nuevo año se unen las ganas por mejorar, por salir del túnel, por seguir manteniendo la esperanza y el optimismo, sin perder en ningún momento tampoco la salud mental, que nos permitirá afrontar resilientemente todos estos inconvenientes con los que día tras día nos estamos encontrando.

Tanto positivismo inyectado en la sociedad no debe ser malo y, por ello, quiero seguir en esta línea defendiendo que, aunque los meses venideros sigan siendo difíciles, encontraremos la manera de remontar y salir reforzados de una crisis sanitaria mundial que nos tiene descolocados. Posteriormente, tocará también salir reforzados de la crisis económica que ya se empieza a sentir en muchos sectores en particular y en la economía mundial en general, pero por desgracia, de éstas, ya estamos más acostumbrados a salir y tenemos más bases y herramientas para lograr hacerles frente.

Cambiando de tema, pero en relación a las consecuencias que la Covid está teniendo en todos los ámbitos de las personas, me toca ahora presentar cuál va a ser el nuevo giro que “Nosotros: las personas” va a tener a partir de este nuevo año. Este blog, que comenzó en 2012 como “Nosotros: las personas en la empresa” y que cuatro años después, a principios de 2017, pasó a llamarse simplemente “Nosotros: las personas”, cumple ahora 8 años en los que se han publicado más de 350 artículos, de los cuales unos 200 son publicaciones propias y el resto compartidas de otros autores, pero todos ellos referidos a temáticas que nos tocan de pleno en nuestras vidas: reflexiones sobre la autoayuda, los valores, las empresas, los equipos de trabajo, la comunicación..., en definitiva, cómo todo nos afecta en lo más hondo de nuestro ser y cómo esa afectación a la vez se interrelaciona con otras personas, con las que interactuamos en los diferentes contextos en los que vivimos.

Estos 8 años han dado como resultado la publicación de ocho ebooks de descarga gratuita, a través de la propia web del blog, que recogen todas estas reflexiones y, de los cuales, los últimos 4 han estado vinculados a diferentes analogías relacionadas con condimentos culinarios, con países, con personalidades famosas y con animales, de quienes hemos sido capaces de contextualizar cada una de las temáticas tratadas.

Estas temáticas anuales, con sus respectivos temas mensuales, dejarán parte a una tercera reinvención del blog en la que, a partir de este año, publicaré sobre reflexiones y temáticas habituales basadas en la experiencia personal / profesional, principalmente, en mi sector de actividad: recursos humanos, sin olvidar nunca que detrás de eso a lo que ponemos la etiqueta “recursos humanos”, estamos hablando de personas concretas, con nombre, apellidos e historias, mucho más allá de un simple número de empleado en cualquier empresa.


Seguiremos aportando a este espacio que, aunque cueste de apreciar a primera vista, lleva mucho trabajo y dedicación detrás para dotarlo de contenido, creatividad e interés de cara a vosotros, quienes me seguís, leéis y alentáis a escribir, al menos, durante un año más.

Gracias a todos por vuestra atención y bienvenidos a quienes os incorporáis por primera vez a este espacio dedicados a todos nosotros, a todas las personas.

Feliz 2021!

Álex