lunes, 15 de diciembre de 2014

“En búsqueda activa de empleo”

¿Te suena? Seguramente si tienes perfil en LinkedIN lo habrás leído en muchas ocasiones. Con este título quiero introducir hoy una nueva entrada que habla de un pequeño detalle que puede convertirse en la lacra de tu currículum vitae.

Cuando hablamos de marca personal siempre hemos dicho que debemos hacer una correcta gestión de la misma y, para ello, potenciar nuestros puntos fuertes y distintivos hacia los demás. Porque nuestra marca personal debe ser lo más exclusiva posible y debe tener algún elemento diferenciador que actúe como captador de atención para aquellas personas que sobre nosotros puedan tener alguna toma de decisión.

Si yo me encargo de realizar la selección del personal de una empresa y decido utilizar las redes sociales como fuente de reclutamiento, lo que tengo bastante claro es que me será imposible leer al detalle los cientos o miles de currículums que están solicitando empleo. Para ello tengo que comenzar a aplicar ciertos filtros que me ayuden a cribar una cantidad relativamente pequeña de solicitudes con las que continuar el proceso de selección que esté llevando a cabo. Ahora bien, si resulta que existe un estado común en muchos currículums, difícilmente voy a poder distinguir con agilidad y en una primera vista aquellos cuya marca personal ya se empieza a hacer visible en el propio encabezado de su presentación. Sólo habría que pensar en una muestra por ejemplo de 100 currículums que en el titular profesional hayan indicado “En búsqueda activa de empleo”; en este caso no existe a primera vista la originalidad que haría diferente a uno con respecto a los otros 99. ¿Qué tal si le cambiamos el encabezado a uno de ellos? “Emprendedor/a en el sector comercio”, “Creativo/a en publicidad”, “Experto/a en hostelería”… cualquier formación o experiencia que te avale como profesional será siempre mejor captador de atención que acudir a una opción que no ofrece información de lo que estás dispuesto/a a ofrecer a tu empleador/a.


Por lo tanto, recuerda que es muy importante centrar este mensaje en tus ofrecimientos y no en tus carencias; la clave está en ofrecer profesionalidad y no en pedirla, pues el propio currículum colgado en la web ya es una petición en sí misma. Piensa que es el primer dato con valor que estás mostrando en tu currículum, porque lo único que le antecede es tu nombre y apellidos. Imagínate que este es el campo utilizado en cualquier mail para indicar el "Asunto" ¿Verdad que son importantes las palabras que escoges en el asunto de un mail? De ellas depende que ese mail sea leído y de ellas también depende que generes mayor o menor interés en su lectura por parte del destinatario. Además, vas a poder lograr con tan sólo unas pocas palabras encontrar el elemento diferenciador que hará de tu mail el prioritario a la hora de ser abierto. ¿Te imaginas una bandeja de entrada llena de mails sin asunto o todos con asuntos idénticamente iguales?

Teniendo en cuenta la importancia de este pequeño gran detalle ya estás en condiciones para seguir editando tu currículum, colocando si es necesario los demás datos que quieras plasmar: empresa y situación actual, años de experiencia, formación más significativa… cada cosa en el lugar y en la posición que le corresponde.

jueves, 4 de diciembre de 2014

La Era de la Alianza

Recientemente uno de mis seguidores desde la República Checa me recomendó leer a Hoffman en su última obra: “The Alliance: Managing Talent in the Network Age” (La Alianza: Gestionar el talento en la era de la interconexión). Tras leer parte de este ensayo y su crítica me complace dedicar un artículo a la reflexión que los autores hacen en esta obra.

Reid Hoffman (cofundador de LinkedIn), Ben Casnocha (responsable de RRHH de LinkedIn) y Chris Yeh (empresario y emprendedor) afirman en este ensayo que hemos entrado en una Nueva Era en la que la desconfianza mutua reina entre empleados y organizaciones.


Estamos ya en esta nueva era en la que se debe perseguir el valor que ambas partes pueden y deben aportarse mutuamente para que la llamada Alianza funcione. Siendo así, el empleado invertirá en el éxito de la compañía, ofreciendo su creatividad, su tiempo y su compromiso y, por su parte, la empresa invertirá en el empleado ofreciéndole un salario, un desarrollo profesional y oportunidades de carrera.

El lema del empresario es ahora el de ayúdame a convertir la empresa en algo valioso y nosotros haremos que seas un valioso profesional. El del colaborador es “ayúdame a desarrollarme y crecer profesionalmente y yo ayudaré a la empresa a que se desarrolle y crezca”. Por lo tanto, se evidencia claramente una situación en la que ambos entran en un trueque que va mucho más allá de un intercambio de cantidad producida por salario recibido, siendo especialmente relevante la búsqueda de una relación Win-Win en la que la intangibilidad de lo solicitado por ambas partes adquiere protagonismo.

Se trata pues de un nuevo enfoque laboral en el que como gestores de personas debemos ser capaces de llegar a la máxima alineación de la empresa y del empleado no sólo desde el momento de la incorporación de éste, sino durante toda la relación laboral e incluso llegando más allá de la misma, pues la Alianza contempla el seguir aportando valor mutuo aunque se haya roto la relación laboral ya que en esta nueva era se concibe la posibilidad de reincorporación de lo que los autores llaman “empleados boomerang”. La empresa se beneficia de la vuelta de estos empleados que ya conocen la cultura y los valores, además de venir cargados de nuevos enfoques y nuevas formas de hacer. El empleado reincorporado también se beneficia pues su valor añadido adquiere más peso por aportar un talento enriquecido que a la empresa le conviene en su carrera por la adaptabilidad y la reinvención en la que necesariamente debe estar inmersa si desea continuar siendo competitiva. Las posibilidades de hacer carrera dentro de la empresa pueden verse aceleradas, reforzando así la Alianza.

Hoy en día, la fidelidad a la empresa (entendida como estabilidad temporal y permanencia del empleado) ya no es tan importante como era, sino que como empleadores se debe dar mucha más importancia al compromiso de los trabajadores (entendido como talento, valor aportado y productividad), ya que éste sí asegura el beneficio esperado por cualquier empresario. No cabe duda que tener empleados comprometidos, aunque su estancia sea corto-medioplacista, es mucho más importante que tener empleados no comprometidos y anclados en la compañía hasta que les llegue la edad de jubilación.