jueves, 17 de diciembre de 2015

La familia, un pilar fundamental

Yo lo tengo claro, mi familia es lo más importante en esta vida. Soy incapaz de pensar en algo que le gane en importancia. Partiendo de esta prioridad, para mi incuestionable, os hago llegar la siguiente reflexión que como siempre podéis compartir o no conmigo.

Normalmente, en nuestra rutina son varias las tareas que nos ocupan nuestras 24 horas.
  • Atender nuestras necesidades básicas como comer o dormir nos ocupan aproximadamente 10 horas, lo que sería un 40% de nuestro día.
  • El trabajo y trayectos derivados, suponiendo que tengamos una jornada completa, nos vendría a ocupar unas 9 horas, es decir, un 38%.
  • El 22% restante del tiempo lo dedicamos a otras actividades personales (ver televisión, leer, estudiar, hacer deporte o el cuidado personal), a tareas domésticas (preparar la comida, limpiar la casa o hacer la compra) y a las relaciones sociales (amigos y familia).

Intento hacer con este esquema la foto de una realidad durante un día cualquiera de nuestras vidas. En él observamos que de todo nuestro tiempo de actividad, más de la mitad lo dedicamos exclusivamente al trabajo, mientras que la otra parte la tenemos que repartir entre tareas del hogar, la atención que nos prestamos a nosotros mismos y aquella que dedicamos a los demás, entre esta última, a la familia.

No cabe duda, por lo tanto, que al primer estamento en importancia (según mi opinión) le damos tan sólo un pedacito de nuestro tiempo. Y a veces es que no hay más remedio que hacerlo así, porque si no trabajamos quién lleva dinero a casa, si no vamos a comprar quién come…

Como todo, la necesidad llevada al extremo es la que nos hace caer en el error. Independientemente de cuál sea nuestro empleo o nuestro grado de responsabilidad, dedicarle más horas al trabajo de las necesarias y que además esto se haga ya por rutina y no por necesidad puntual, nos come tiempo de los otros temas que también debemos cubrir en nuestro día: restamos horas de sueño o comemos rápidamente o de manera inadecuada, afectando directamente a nuestra salud física; dejamos de hacer actividades que nos evaden del estrés y nos permiten relajarnos, afectando a nuestra salud mental; dejamos de atender a los nuestros, y al final nos acabamos arrepintiendo.

Tengo muy claro que yo estoy ligado a mi familia, a quienes sé que van a estar ahí siempre y quienes en caso de crisis laboral o personal van a estar dándome todo su apoyo. Tengo también muy claro que debo cumplir una serie de mínimos en mi trabajo (que en ocasiones puntuales serán máximos)  porque de ello depende entre otras cosas mi capacidad para tener mejor calidad de vida, pero también tengo muy claro que no estoy unido al trabajo hasta que la muerte nos separe y a la familia, en cambio, sí.

Hasta aquí mi reflexión, dejando claro que en todo momento he hablado de familia (en mi caso padres y hermana), pero es importante destacar el matiz de que cada uno tendréis claro quiénes son vuestra familia, en muchas ocasiones, vuestros propios amigos.

El siguiente video de una cadena alemana de supermercados es el que me inspiró a escribir este artículo sobre un gran valor humano como es el de la Familia.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Encuentra tu "Estado de Flow"

Seguramente todos nosotros hemos tenido la gran oportunidad de experimentar lo que el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi denomina “Estado de Flujo o Flow”.

¿Has estado tan inmerso en una actividad que has perdido la noción del tiempo? ¿Has estado tan atento a lo que alguien decía que has sido incapaz de escuchar que otra persona te estaba hablando? ¿Has focalizado tu atención en algo, llegando a olvidar todo lo que tenías a tu alrededor?

Si algo parecido te ha sucedido alguna vez ya has tenido la gran oportunidad de encontrarte en estado de flujo. “Fluir” tal y como lo define este maestro de la psicología positiva es, por lo tanto, la implicación total en una tarea o actividad, de tal manera que el individuo experimenta un grado de concentración absoluto que le hace poner todas sus habilidades y destrezas al máximo nivel posible.

En el estado de Flow nos encontramos haciendo lo que realmente nos place y apasiona, al menos en ese momento. Es el placer de sentir que estamos haciendo justo lo que en ese instante necesitamos, dejando en segundo lugar en orden de importancia cualquier otra cosa que intente interponerse en nuestro camino.

Podemos experimentar el estado de Flow en prácticamente cualquier situación cotidiana, siempre y cuando nuestras habilidades y las que requiere la tarea estén en equilibrio. Si no fuese así sería imposible. Una tarea que exija un nivel de destreza más alto que el que en ese momento seamos capaces de proporcionar simplemente nos provocaría estrés y ansiedad. De lo contrario, una tarea que exigiese poco nivel de destreza al que nosotros superaríamos con creces nos estaría provocando aburrimiento. Por lo tanto, el equilibrio y sintonía entre lo que somos capaces de dar y lo que la tarea demanda es fundamental para poder entrar en estado de Flow.

Sabiendo esto, es fácil pensar que cada cual encuentre esta paz interior realizando cualquier actividad que para él o ella permita alcanzar este equilibrio del que hablo. Cocinar, hacer deporte, el propio trabajo, pintar, pasear… cualquiera puede encontrar aquellas actividades que le dejen fluir.


Pero detectar esta actividad no es suficiente. Fijarnos una meta alcanzable, alcanzar un alto grado de concentración, trabajar nuestra frustración y miedo al fracaso, permitirnos cometer errores, centrarnos en el proceso y no obsesionarnos con el resultado… todas estas habilidades internas de la psicología emocional son ingredientes positivos que nos empujan hacia la posibilidad de entrar en un estado de Flow.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Los empleados que huyen de sus jefes

Si analizásemos los motivos por los que muchos empleados abandonan sus empresas de manera voluntaria nos sorprenderíamos al comprobar el alto porcentaje de quienes lo hacen huyendo de sus jefes. La mayoría de personas con un empleo estable y con unas condiciones salariales mínimamente aceptables que deciden dejar su puesto de trabajo lo hacen por causas que entre todos podrían haberse evitado. Cuando digo “todos” me refiero al propio empleado, que en ocasiones no reconoce al jefe como tal y comete errores en la relación que les une; al jefe, quien seguramente no tenga madera de buen líder y también esté cometiendo errores con las personas de su equipo; y también a la Dirección, que probablemente desconoce los motivos por falta de supervisión e ignorancia respecto los índices de absentismo y rotación de su plantilla.



Veamos con más detalle este tipo de errores a los que hago referencia:

Por parte del empleado que finalmente huye de su jefe
  • Confundir al jefe con un amigo. Un jefe no es un amigo, por mucho que lo fuese cuando quizás era compañero. El rol profesional que se le ha otorgado le obliga a ejercer cierta evaluación y control sobre lo que haces que tarde o temprano puedes confundir y llevártelo al terreno personal.
  • Socializar con la jefatura fuera de horario laboral. Estar en un contexto no profesional nos relaja y nos invita a poner menos filtros a lo que pensamos, pudiendo decir o hacer algo que no se olvidará mañana cuando volvamos al trabajo.
  • Hacer mal uso de las redes sociales. Se debe tener mucho cuidado con quién dejamos formar parte de nuestros contactos en las redes sociales y con lo que publicamos. No confundamos las redes sociales privadas con las públicas. Se cometen muchos errores en una sociedad multicanal en la que todos hemos perdido privacidad.

Por parte del jefe que provoca huidas de sus empleados
  • Café para todos. El jefe debe ser capaz de valorar a las personas de manera individual, atendiendo a sus necesidades y felicitando o corrigiendo cuando la situación lo requiera.
  • No velar por la adecuación del personal a sus puestos de trabajo. Cualquier jefe debe entender que puede haber existido un problema de selección y que el empleado puede estar ocupando un puesto que no le llena o un puesto que le sobrepasa. Por ello es fundamental su papel en los procesos de adecuación al puesto de trabajo y de selección interna que se deberían activar periódicamente.
  • No ser transparente y justo con su equipo. El rumor, la desconfianza y la desmotivación estarán entonces a la vuelta de la esquina. La comunicación con el equipo de trabajo debe vivirla como el eje principal sobre el que se sustentará cualquier proceso o proyecto que se lleve a cabo así como el desempeño de sus trabajadores.

Por parte de la Dirección que ignora o elude la situación
  • No promover en sus políticas de recursos humanos opciones de desarrollo, crecimiento y promoción para sus empleados. Hoy en día todos queremos trabajar en organizaciones donde nuestro trabajo sea reconocido y recompensado.
  • No invertir en el talento. Los empleados talentosos deben ver recompensado su valor. Sería una buena política premiar resultados con una paga variable, formación, etc.
  • Descuidar la comunicación. Es imprescindible mantener informados a los empleados de la situación de la empresa, de lo contrario es imposible que todos vayan remando hacia el mismo lugar y que exista compromiso y lealtad.
  • No supervisar el trabajo que realizan los jefes, cuya principal función es alinear las estrategias de talento de sus empleados con los objetivos de la empresa, favoreciendo en todo momento los procesos win-win.

martes, 17 de noviembre de 2015

Un DAFO para cualquier decisión que quieras tomar

En este post voy a presentarte una herramienta que probablemente conozcas y hayas utilizado en alguna ocasión, haciéndote ver que una vez que la domines podrías aplicarla a cualquier decisión que quisieras tomar tanto en el terreno profesional como en el personal.

Normalmente, el DAFO se utiliza en el mundo empresarial para determinar en qué punto nos encontramos para el lanzamiento de un nuevo producto, proyecto o cambio en nuestra empresa. Nos ayuda a saber anticipadamente con qué o a quién nos enfrentamos tanto externa como internamente, pero también de qué armas propias o ajenas disponemos para ese enfrentamiento que debemos asumir.

La definición de sus siglas nos da más pistas para entender este acrónimo:

D – Debilidades: se refiere a todos aquellos aspectos actitudinales o recursos que pueden suponer barreras a la hora de arrancar con el nuevo proyecto (desmotivación de algunos empleados, mala reputación por algún fracaso anterior, etc.)
A – Amenazas: todas aquellas situaciones o elementos externos negativos que pueden truncar el ritmo o camino que hemos emprendido (falta de dinero para invertir en caso de necesidad, contratiempos externos como una crisis del sector, competidores con mucho potencial, etc.)
F – Fortalezas: todos aquellos elementos positivos internos que diferencian y hacen competitivo al proyecto (ventajas con respecto a otros casos de la competencia, novedad en el mercado, etc.)
O – Oportunidades: se refiere a aquellos aspectos positivos y externos que pueden facilitarnos o de los que podremos aprovecharnos para conseguir con mayor rapidez y menor dificultad nuestros objetivos (nuevas tecnologías, buena acogida y buena prensa de nuestra marca, pocos competidores, etc.)


En definitiva, es una matriz de 4 secciones que analizan internamente nuestras debilidades y fortalezas que debemos conocer y aprovechar y, externamente, las amenazas y oportunidades ante las que tenemos que estar preparados y de las que nos podremos beneficiar.

Como vemos, esta herramienta nos permite fácilmente aplicarla al terreno personal a la hora de emprender o poner en marcha un cambio en nuestra vida: cambiar de empleo, hacer una inversión importante, cambiar mi situación personal y/o familiar, decidir un traslado de domicilio a otra ciudad…

Para ello deberemos aplicar las 4 secciones a la situación ante la que nos enfrentamos. 

Pongamos un ejemplo:
Tengo 38 años, casado y con 2 hijos en edad escolar. Dejé mis estudios al finalizar la secundaria y me puse a trabajar con mi padre en su tienda de venta de elementos para la construcción. Mi mujer es licenciada en Magisterio y actualmente es la directora de un colegio. Llevamos 11 años viviendo juntos y todavía no hemos llegado a la mitad de nuestra hipoteca. Hace 8 años mi padre cerró la tienda y, a través de un amigo, encontré empleo como dependiente en una importante empresa del sector de las telecomunicaciones. La semana pasada me reuní con mi gerente y me ofreció la oportunidad de ser coordinador del equipo de comerciales de las regiones de Cataluña, Aragón y Levante. Después de explicarme los cambios que esto supondría me pidió que lo meditase y le diera respuesta a finales de esta semana. Aunque estoy contento con esta propuesta, pues veo que valoran mi trabajo, considero que ha llegado algo tarde y por ello hace unos meses empecé a inscribirme en las ofertas que otras empresas publicaban en los portales de empleo, iniciando algunos procesos de selección, uno de los cuales continúa y del que mañana tengo la última entrevista. Estaba muy ilusionado por el cambio, en el que las condiciones se asemejan a las que me ofrecen en mi empresa actual, pero esta propuesta por parte de mi gerente me ha dejado algo dubitativo por el apego emocional que me vincula a mi empresa y a mis compañeros. Me siento algo bloqueado y es por ello que me dispongo a aclarar esta situación a través de un DAFO.

FACTORES EXTERNOS
FACTORES INTERNOS
Debilidades
Amenazas
*Tengo muy por la mano los productos y servicios que vendo, pero considero que mi conocimiento de cara a los que ofrece la competencia es justo.
*No tengo facilidad para viajar con frecuencia y ahora en mi empresa el nuevo puesto requiere esa flexibilidad.
*Soy muy autoexigente y a veces traslado mi exigencia al trabajo de mis compañeros.
*Si no funciona bien el cambio de empleo es muy probable que me quede en paro teniendo en cuenta la dificultad actual de encontrar trabajo en España.
*Hay mucha gente más joven, con formación y "más baratos" para los empleadores.

Fortalezas
Oportunidades
*Siempre he sido líder de ventas en mi empresa y así me lo han hecho saber; tengo don de gentes y me adapto con facilidad a los cambios.
*Me siento muy motivado por conocer otros productos, otras personas y otras maneras de trabajar.
*Siempre he sido muy positivo y persistente, levantándome siempre que me he caído, si cabe con más energía.
*Mi empresa tiene muy buena fama en el sector y eso me da mucho prestigio de cara a la competencia.
*Mi mujer tiene un buen empleo y en caso de fracaso siempre tenemos un apoyo económico que nos llevaría a una peor comodidad, pero no a la bancarrota definitiva.
*Tengo el apoyo familiar para lo que decida hacer.

Ante esta matriz tengo mucho más claro el caos que a priori me incomodaba. El DAFO me permite valorar con mayor claridad qué decisión tomar y hacia dónde se vuelca la balanza. Estas son algunas de las conclusiones que extraigo cuando hago su lectura y la decisión que pretendo tomar:
  • A pesar de no tener formación, mi experiencia y profesionalidad la suple y 8 años trabajando en una importante firma en la que se me está ofreciendo un puesto de responsabilidad no caen en balde ante cualquier evaluación de desempeño.
  • Estoy muy motivado por aprender y no me asusta afrontar nuevos retos.
  • Si bien es cierto que no todo puede salir a la perfección, soy muy optimista y creo que eso sería la excepción. Aun siendo así, por suerte, mi mujer da mucha estabilidad a la economía familiar y me anima y apoya en la lucha por lo que yo considere más conveniente.
  • Por todo ello, considero que si mañana se me ofrece la oportunidad de colaborar en la nueva compañía éste será mi nuevo camino y así tendré que comunicárselo a mis actuales responsables.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Análisis psicológico de "El maravilloso mago de Oz"

"El maravilloso mago de Oz" es una de esas historias que nos muestra diferentes aspectos de la personalidad humana que requieren de nuestra atención y trabajo interior permanente y continuo. El trabajo personal, que en muchas ocasiones olvidamos por estar ocupados en otras cosas, es el que nos va a permitir madurar y estar preparados ante las adversidades que puedan acontecer en nuestras vidas.

Encontrar el equilibrio entre lo emocional y lo racional es esencial para poder afrontar nuestros miedos y para ser fuertes en situaciones que lo requieren, permitiéndonos además echar un capote a aquellas personas de nuestro entorno que la precisen.


Este cuento con 115 años de historia narra las aventuras de Dorothy y su perro Toto, que son arrastrados por un ciclón desde Kansas hasta el país de los Munckins. Para poder volver a su casa Dorothy tiene que seguir un camino de baldosas amarillas que le llevan hasta Ciudad Esmeralda, donde el poderoso Mago de Oz podrá devolverla a Kansas. Por el camino va haciendo amigos que le acompañan en su viaje con el propósito de pedir también al Mago algunos favores: el espantapájaros deseoso de tener un cerebro, el hombre de hojalata, un corazón y el león cobarde, que acude al Mago para pedirle valor. Cada uno tiene un motivo para ir a Ciudad Esmeralda, pero ¿cuál de ellos es más importante?

Lo principal de esta historia no es determinar quién tiene más o menos urgencia en conseguir lo que desea o cuál de esos deseos es más urgente, porque seguramente ninguno nos pondríamos de acuerdo en el orden de prioridades. Esto es así porque cada uno tenemos unos motivos que pueden ser muy importantes, incluso vitales para nosotros, pero no tienen porqué serlo para los demás. Lo realmente importante es saber respetar la importancia que cada uno le da a lo que le pasa, piensa o anhela, porque es ahí donde imperan valores como la empatía, la humildad, la solidaridad…

Además de esta primera conclusión que podríamos extraer de la moraleja de este cuento, existe una segunda que subyace en el viaje a través de las baldosas amarillas, las cuales representan el camino de la vida, del cambio y de la evolución de las capacidades internas del ser humano. Esta segunda idea nos lleva a concluir que muchas veces las cosas más importantes las tenemos por mucho que no sepamos verlas. Cuando los personajes llegan a Ciudad Esmeralda y se encuentran con el Mago se percatan de que éste es un impostor y no puede concederles sus deseos. Pero el Mago usa su psicología para hacerles ver que lo que están pidiendo, en realidad, ya lo poseen. A lo largo del camino todos han realizado un trabajo personal y han hecho uso de aquello que quieren ir a pedir al mago. El espantapájaros ha ido tomando decisiones y aportando brillantes ideas sin ni siquiera haber sido consciente de ello. El hombre de hojalata ha estado apoyando al grupo, demostrando la parte emocional que supone no tener por falta de corazón. El león ha ido demostrando poco a poco su valor, combatiendo su falta de seguridad en sí mismo y su cobardía. Y Dorothy, que en Kansas estaba cansada del mundo gris en el que vivía con sus tíos, ha sabido apreciar el valor de la familia y el calor del hogar cuando se ha visto apartada de ello.

La moraleja nos enseña que la mayoría de las veces depositamos en los demás lo que en realidad es responsabilidad nuestra. Los personajes del cuento depositan en el Mago la responsabilidad de hacerles felices cuando éste les conceda lo que piden: volver a casa, un cerebro, un corazón o valentía; pero en realidad es responsabilidad de cada uno de ellos el trabajo interior para conseguir lo que desean. Además, con una visión integradora, todos los personajes pueden ser partes de uno solo: el espantapájaros representando a la mente, el hombre de hojalata a las emociones, el león al miedo que nos paraliza en muchos momentos y la protagonista a la voluntad y la conciencia de valorar lo que tenemos antes de que sea demasiado tarde. Los demás personajes representarían los agentes externos; así por ejemplo, las Brujas buenas y malas serían aquellas personas que nos ayudan y aquellas que nos obstaculizan en nuestro día a día o el Mago sería el ser superior al que creemos un gurú y salvador, pero que llegado el momento costaría determinar su verdadera existencia, porque habiendo conseguido lo que nos proponíamos, en definitiva, volvemos al punto inicial, es decir, a la afirmación irrefutable de que sin un trabajo individual es imposible alcanzar nuestra felicidad, porque nadie excepto nosotros mismos puede obsequiarnos con ella.

jueves, 29 de octubre de 2015

Por más vueltas que le demos, "al final todos acabamos en una caja de pino"

Magosto, Castanyada, Halloween, Todos los Santos, el Día de los Muertos, varios nombres para una celebración similar que coincide con el inicio del mes de Noviembre. Antes de nada dejar claro que no quiero dar a entender que voy a escribir sobre estas festividades. El objetivo de este nuevo post es hablar sobre los valores, concretamente el de la humildad.

Esta introducción un tanto surrealista en la que empiezo nombrando celebraciones y acabo diciendo que voy a reflexionar sobre la humildad, la explico en las siguientes líneas.

Leyendo hoy sobre las Catrinas (imagen creada por artistas mexicanos como símbolo de la miseria y los errores políticos con afán de burla hacia la situación del país y de las clases privilegiadas de la época y que hoy se ha convertido en una imagen que se extiende a muchos países y se utiliza como disfraz durante estos días) he dado con esta frase que dijo hace poco más de un siglo su creador:

La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera
(José Guadalupe Posada, grabador, ilustrador y caricaturista mexicano 1852-1913)


O lo que vendría siendo más burdo “al final todos acabamos en una caja de pino”… y ahora sí, ¿qué pretendo decir con esto?, ¿qué relación tienen estas frases con la humildad?

Diariamente estamos rodeados de gente que ni por asomo pone en práctica este valor tan importante. Personas déspotas, engreídas y con un afán de protagonismo y superioridad que interrumpen cualquier avance que se plantee en una sociedad en cuanto a valores se refiere.

La humildad, o la ausencia de la misma, no entiende de clases sociales, edades, sexo ni religiones. Puede “afectar” a cualquier persona, aunque si es cierto que suele predominar entre quienes tienen un motivo más objetivo por el que sentirse superiores frente a otros (posición jerárquica en la empresa, alto poder adquisitivo, etc.). El cuadro clínico de estas personas comparte una serie de rasgos y carencias que permiten diagnosticar fácilmente la patología: no saben escuchar, no suelen ser receptivos, son personas distantes, muestran una clara despreocupación por los demás, suelen no ser sinceros y sobre todo carecen de empatía. Estas personas, que además creen saberlo todo, generan tanta soberbia que engulle la poca humildad que pudiera existir y les hace ser engreídos, resentidos y, en definitiva, poco felices en su día a día.

Ser humilde no significa ser débil, simplemente se trata de ver las propias limitaciones y saber reconocerlas para aprender. Siendo conscientes de estas limitaciones las personas se abren al diálogo, al aprendizaje y a la mejora continua, dejando descubrir a los demás las virtudes que se poseen sin necesidad de ir explicándolas y exponiéndolas allí por donde pasan.

El valor de la humildad no requiere de objetos materiales, ni dinero, ni fama, ni estatus… requiere de algo mucho más intangible que se demuestra en los pequeños detalles con y para las demás personas en las situaciones más cotidianas que podamos imaginar. Las personas humildes ganan en confianza, en estima y en liderazgo y demuestran ser aquellos que acaban convirtiéndose en los verdaderos amigos.

Llegados a este punto, y retomando la frase de José Guadalupe, lanzo mi reflexión que puedes o no compartir: 

“Todos estamos de paso en esta vida y lo más importante es ser conscientes de que quien hoy está aquí puede estar allí mañana. Un momento puede cambiar nuestras vidas por completo; ¿por qué no hacerla más fácil para quienes tenemos al lado, haciéndonosla a su vez más fácil también a nosotros mismos?”

miércoles, 21 de octubre de 2015

“Los clientes son lo primero” ¿En serio?

Todos trabajamos para satisfacer a nuestros clientes con el objetivo único de que seamos los elegidos cuando realicen sus compras y, de este modo, sigamos siendo competitivos y mejoremos constantemente los resultados de la empresa en beneficio de todos los que en ella trabajamos. Independientemente de que tratemos directamente con el consumidor final del producto o seamos intermediarios, siempre tenemos un cliente a quien satisfacer.

¿Cuántas veces nos han dicho que el cliente es lo primero?. Una afirmación que está tan impregnada en la cultura de las organizaciones y de la sociedad en general que hasta el propio cliente ha adoptado la licencia para usarla y recordártela cuando observa algún desajuste en su proceso de compra. Y no deja de ser cierto, pero ¿qué tal si pensamos un poco más allá y relegamos esta afirmación a un segundo término, anteponiendo en el ranking de prioridades la afirmación de que lo primero más importante es el cuidado del empleado?

Todo tiene sentido. Sin un empleado motivado no pretendamos tener clientes contentos. Como dije en un artículo anterior cuidar del equipo humano es la clave del negocio. No podemos invertir en herramientas, en personal, en marketing y publicidad, en innovación... sin antes llegar a entender el binomio Empleado contento – Cliente satisfecho.

La inversión económica de la organización en todo lo que refiere al talento de su equipo humano puede tener un retorno más potente que la inversión que ésta dedique a I+D o a campañas publicitarias. La mejor publicidad que se puede hacer de los productos o servicios que vendemos la va a hacer sin duda el empleado motivado y contento de lo que hace. Del lado opuesto, la peor reputación que podamos imaginar sobre nuestra marca o empresa muy probablemente se cueza entre las cuatro paredes de la compañía.

Como líder de tu organización debes cuidar el talento que posees antes que sea demasiado tarde, debes invertir en formación, debes escuchar de manera lo más cercana y personal posible a cada uno de tus empleados, debes ser justo y equitativo con las políticas que decidas implantar y debes recordar en todo momento que estás tratando con personas, que como tales tienen emociones y una vida mucho más allá de las horas que dedican a su labor profesional. Una vida más allá en la que también son clientes que consumen y que, a su vez, tienen una red potente de contactos quienes son también consumidores y a quienes su opinión puede influenciar tanto en positivo como en negativo a la hora de ejecutar su elección de compra.

Nunca olvides, por lo tanto, que los empleados son potenciales clientes y a los primeros que debes cuidar, porque siendo así ellos se sentirán comprometidos y se encargarán de cuidar y fidelizar después a los clientes que atiendan cuando vengan a comprar.



jueves, 8 de octubre de 2015

Respondiendo algunas inquietudes de los candidatos que buscan empleo

Recientemente fui invitado como profesional de Recursos Humanos a una reunión con jóvenes en búsqueda activa de empleo. Esta reunión tuvo lugar con los equipos de Sant Boi y de Santa María la Real (Barcelona) bajo el proyecto "Lanzadera de empleo solidaria". Una lanzadera, según ellos la definen, es un equipo solidario de personas con espíritu dinámico y comprometido que, coordinado por un coach, refuerza sus competencias, generan conocimiento colectivo, se hacen visibles y colaboran en la consecución de un fin común: conseguir empleo por cuenta propia o ajena.

Juntos compartimos un par de horas de charla durante las que intercambiamos y expresamos aquellas impresiones, opiniones y prejuicios que se tienen en general sobre los procesos de selección e incorporación al mundo laboral.

Esta publicación quiero dedicársela a esas nueve personas que demostraron estar llenas de ilusión por alcanzar su meta profesional, aun siendo conscientes que para llegar al objetivo quizás primero hay que desviarse temporalmente del camino principal.

Considero que es muy enriquecedor que en cualquier contexto en el que existen jerarquías: un jefe versus un equipo de empleados, un directivo versus la plantilla de la organización, un político versus el pueblo, un técnico de selección versus los candidatos… haya la posibilidad de establecer encuentros informales, como el que tuvimos nosotros, en el que se presenten libremente todo tipo de inquietudes y prejuicios que uno puede haber cosechado tras ciertas experiencias y frustraciones a lo largo de su vida profesional cuando ha encontrado obstáculos a la hora de alcanzar la meta por la que estaba luchando.

Se trató de una charla nada preparada, sin guión previo. La única norma existente era que hicieran cualquier pregunta por la que tuvieran especial interés. Creo que cuando tienes ciertas ideas en tu mente sobre el trabajo que otros realizan en ocasiones no es fácil tener la oportunidad de preguntarles directamente. En este caso la tuvieron, y dudo que en general los candidatos tengan la oportunidad de preguntar a un seleccionador sobre cómo realiza su trabajo. Es por ello que justifico lo que antes decía, que la comunicación interpersonal entre colectivos diferentes desde un punto de vista profesional es importante, pues diluye muchos de los prejuicios que uno puede haber generado a lo largo del tiempo, además de que permite resolver dudas y recoger opiniones que pueden ser útiles en situaciones futuras.


Quisiera compartir con todos vosotros algunas de las respuestas que di a estos jóvenes y que considero que son consejos que deberás tener muy presente durante tu esfuerzo por encontrar un empleo:

  1. Es importante saber hacer un buen CV: no te excedas explicando al detalle tu experiencia profesional (ya tendrás tiempo de hacerlo durante la entrevista), pero no omitas aquello que creas que no es importante. Recuerda que todo lo que hayas hecho te ha permitido tener más conocimiento, más aptitudes y más habilidades. En cuanto a la foto, es recomendable que siempre esté y que sepas escoger pensando en quién la puede estar viendo.
  2. En la entrevista no mientas ni ocultes información. Ten muy presente que estás ante un profesional que tiene experiencia suficiente para saber encontrar lo que busca y, aun no siendo así, tarde o temprano la verdad aflorará cuando una situación inesperada acontezca durante tu jornada laboral.
  3. Para nada es malo hacer uso de redes sociales no profesionales: Facebook, Instagram… Puede haber alguien que quiera saber más de ti, no es mi forma de trabajar, pero puede ser la de otros. Te recomiendo que las uses, publiques aquello que desees, pero sobre todo que utilices los filtros que estimes pertinentes para que accedan a esa información sólo las personas que tú desees.
  4. Es importante ser lo más sencillo y humilde posible cuando expongas tu CV al entrevistador. No te infravalores, pero tampoco sobrevalores tus aptitudes; somos esclavos de nuestras palabras y todo lo que hayamos prometido deberemos ser capaces de demostrarlo.
  5. Nunca desesperes si no eres el candidato seleccionado en el proceso. Hay que ser realistas y saber que puedes no ser el candidato perfecto, que existe mucha competencia y poca oferta y que siempre llegarán nuevas oportunidades.
Si de toda esa reunión tuviera que escoger un titular de lo que intenté transmitir al grupo creo que sería el siguiente "No olvidemos que antes de empleados, primero somos personas". La vida ya se encarga de etiquetarnos: ricos, pobres, directivos, obreros, con suerte, sin ella..., pero bajo cualquier etiqueta todos, absolutamente todos, somos personas con emociones y sentimientos, con retos por los que ilusionarnos y con muchas cosas que aprender, pero también muchas que enseñar.

Como siempre, os invito a que este blog os sirva para comunicaros conmigo si queréis realizar cualquier aportación, plantear vuestras inquietudes o realizar alguna pregunta del mismo modo que hicieron los compañeros de la Lanzadera.

Aquí podéis saber más sobre las Lanzaderas de empleo.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Lo que nos cuesta aceptar que pueden existir diferentes puntos de vista

Muchos pensaréis que en un mundo en el que no hubiera tanta diversidad de percepciones ante un mismo hecho o una misma situación sería todo más fácil y menos conflictivo. Quizás así sería, pero desde una visión positiva también debemos pensar que la posibilidad de compartir diferentes puntos de vista enriquece los resultados de cualquier decisión que se tome en consenso.

La importancia del respeto mutuo, de la escucha activa, de la empatía y el trabajo colaborativo permanente para tener una buena inteligencia emocional son claves en las personas que están opinando o debatiendo sobre algo o alguien.

En situaciones de equipos de trabajo, por ejemplo, cuando se trata de emprender un proyecto, diseñarlo, ejecutarlo y obtener resultados, son necesarias varias reuniones en las que todos tengan la oportunidad de expresar sus diferentes puntos de vista. Si todo fuera tan sencillo y cualquier persona viera exactamente lo mismo que los demás y desde la misma perspectiva, ¿qué sentido tendría el grupo? Únicamente sería necesario formar un equipo para la ejecución del proyecto, todo lo demás bastaría con una única cabeza pensante. Es por ello que en ocasiones conviene distanciarse para entender que lo que uno opina puede quedar anulado cuando otra opinión contrarresta la primera y, que lo que a uno se le escapa, puede quedar complementado cuando otro sí lo ha estado pensando.

En la vida no profesional ocurre exactamente lo mismo: en los grupos de amigos, en tu relación de pareja, en la familia, en la sociedad… es necesario que exista más de una única opinión para poder acabar escogiendo el camino más adecuado, aunque también es cierto que esto no siempre es posible.

Independientemente de que sea mejor tener varios puntos de vista por los motivos que he tratado de explicar, lo que debe existir por encima es siempre la aceptación de que todas las opiniones son igualmente válidas. Ninguna persona, sin excepción, merece ser desacreditada cuando manifiesta su opinión, porque la está defendiendo al considerarla la mejor.

En definitiva, se trataría de que todos aceptásemos este punto clave en las relaciones interpersonales (la aceptación mutua) y poner en práctica nuestras técnicas negociadoras, colaborativas, asertivas, empáticas… con el fin de demostrar que puede existir una opinión más efectiva o también una opción integradora de varias opiniones, que den como resultado una más completa y en ese caso, la mejor.

Este video refleja esto que explico de una manera cómica. Diferentes situaciones convertidas en hipérboles de lo que son los diferentes puntos de vista de varias personas. Espero que os resulte divertido y permitirme que haga humor de algo tan serio como es la aceptación de cualquier opinión independientemente de quien provenga.


lunes, 21 de septiembre de 2015

Los ¿porqué? son más importantes que los ¿cómo?

"Hat man sein warum? des Lebens, so verträgt man sich fast mit jedem wie?
(Friedrich Nietzsche, Götzen – Dämmerung)
Cuando uno tiene su propio ¿porqué? de la vida se aviene a casi todo ¿cómo?” 
(Friedrich Nietzsche, Crepúsculo de los ídolos)


Nada más y nada menos que hace unos 125 años el filósofo Friedrich Nietzsche publicaba esta reflexión sobre la vida que unas décadas más tarde, hacia 1946, el psiquiatra Viktor Frankl utilizaría como argumento en su obra “El hombre en busca del sentido” a la que ya me he referido en otros artículos.

A pesar de la antigüedad de estas citas, en la actualidad siguen teniendo el mismo peso e importancia cuando tratamos un tema tan genérico y compartido por las diferentes culturas y religiones como es el de la felicidad.

Cada día nos despertamos con la tarea de desempeñar diferentes acciones que están orientadas a un objetivo o meta: la acción de ir a trabajar para conseguir dinero con el que poder pagar la hipoteca este mes; la acción de ir a comprar para preparar un delicioso plato para la cena con la familia; la acción de ir al gimnasio para conseguir un cuerpo tonificado… Pero estos objetivos pueden ser también a medio y largo plazo: preparar un viaje, encontrar un empleo nuevo, llegar a formar una familia, construirme una casa en el campo…

Fijarnos objetivos que pueden llegar a ser alcanzables nos ayuda a mantenernos activos, a ser constantes, a luchar y esforzarnos en cada una de las acciones que nos ayudarán a alcanzar ese momento que para nosotros se convierte en la meta. Sin darnos cuenta nos autoalimentamos y nos creamos una ilusión, porque tenemos un motivo (un porqué) por el que vale la pena seguir levantándonos cada día y dedicar nuestra energía en estas acciones. Este porqué es el motor de nuestro esfuerzo para conseguir el objetivo y, sólo sabiendo que queremos llegar a él, encontraremos los caminos (los cómo) más propicios para seguir avanzando. 

¿Pero qué ocurre si tras el sacrificio no obtenemos el fin que nos propusimos? Es en el momento en que nos hacemos esta pregunta, cuando tenemos que ir a buscar nosotros mismos la siguiente respuesta que también todos conocemos: “se trata de disfrutar de los momentos, del proceso, del camino y sólo así, independientemente de cuál sea el resultado, podremos decir que hemos sido felices”. 
 
El gran error (el peor error) que podemos cometer en esta vida, es pensar que seremos felices cuando llegue el día del viaje, cuando llegue el día en que tenga un cuerpo diez, cuando me haya construido la casa en el campo y la pueda disfrutar con mi familia… quizás ese día no llegue o quizás llegue de manera diferente a como esperábamos. ¿Para qué arriesgar entonces y esperar a conocer el resultado?, mucho más fácil será ir disfrutando de los pequeños momentos que encontramos mientras llevamos a cabo las acciones que emprendemos a diario, ¿no crees?.

Como marco de este artículo me apetece compartir contigo este video, porque realmente al verlo me he sentido identificado. Quién no ha ido solo a la playa y ha disfrutado de una espléndida mañana mientras dejaba escurrir la arena entre sus dedos, quién no ha ido caminando por la calle pisando únicamente las baldosas de un color o haciendo equilibrio sobre el bordillo que separa la acera de la carretera, quién no ha jugado con las sombras de sus dedos en una pared blanca intentando crear figuras,... ¡¿quién no?!



jueves, 10 de septiembre de 2015

Las nuevas tecnologías: ¿una vida más fácil o más peligrosa?

Quienes hemos vivido la transición hacia la nueva era de las TIC lo tenemos más fácil para comprender el tipo de reflexiones que hoy comparto con vosotros.

Antes…
En la vida personal y cotidiana…¿Recuerdas cuando salías con tus amigos y tus padres te marcaban la hora de regreso?. Durante esa tarde llevabas en tus bolsillos las llaves de casa y alguna moneda, además de tu reloj de pulsera para estar pendiente de la hora que era. Charlabas con tus amigos, ibas al cine y, si te surgía un nuevo plan por el que llegarías más tarde, buscabas una cabina  de teléfono para avisar en casa de que retrasabas la hora de llegada pactada porque habías pensado en ir a probar los sabores de la nueva heladería que acababan de abrir.
En el trabajo…En el caso de la oficina, que es donde ahora la tecnología ocupa un papel protagonista, iniciabas el día delante de tu máquina de escribir (si era electrónica ya era todo un lujo) y junto al teléfono. La jornada trascendía con llamadas, papeleras llenas de documentos erróneos, carteros que iban y venían con comunicados para tus clientes y eras totalmente ajeno a lo que ocurría en el mundo más allá de esas cuatro paredes en las que te encontrabas.
Y en la sociedad en general…Si estabas interesado en saber qué ocurría en otras ciudades o en otros lugares del mundo tenías que estar a la hora de comer escuchando atentamente las noticias y, si querías ver alguna película o programa de televisión no tenías más remedio que estar pendiente de la hora en la que se iniciaba.

Ahora…
Además de las llaves y del dinero, no te puede faltar el móvil. Poco o nada hablas con tus amigos, porque mientras estás en la cafetería o caminando por la calle lo más seguro es que todos estéis pendiente del móvil, que por supuesto también ahora se usa como reloj. En el cine te avisan que por favor apagues tu teléfono y, si vas a llegar tarde a casa, simplemente con un whatssap quedará solucionado. Ya no hay que esperar a llegar a casa para contar la experiencia del helado; tan fácil como hacerle una foto y colgarla en Facebook o Instagram, ofreciendo el acontecimiento a toda tu red de contactos o incluso a desconocidos que mediante #hastags pueden conocer los sabores que te gustan y el lugar exacto de tu ubicación.
Tu portátil, el móvil y las redes sociales son las herramientas sin las que ya no sabrías desempeñar tus funciones. Mails, llamadas, whatssaps, notificaciones en Twitter, LinkedIN… colapsan tu jornada laboral. Ahora sí que en cualquier momento a través de estos medios puedes saber qué está ocurriendo fuera de la oficina. Tu día de trabajo, en muchas ocasiones, no termina cuando fichas a la hora de salir, sino que en el transporte o incluso antes de ir a dormir pueden estar avisándote de una reunión urgente para mañana a primera hora.
También puedes estar al corriente desde prácticamente cualquier rincón del mundo y a cualquier hora de lo que está ocurriendo. Y si no puedes estar en casa a la hora de las noticias o del peliculón de la semana no tienes por qué preocuparte, tan fácil como conectarte a Internet y podrás acceder a cualquier contenido.

Reflexión…

Sin duda unas pocas situaciones de muchas que podríamos explicar ¿verdad?. Realmente, las NTIC nos han ayudado y mucho en poder ser omnipresentes, pudiendo estar en cualquier lugar y con quien queramos, aunque no sea físicamente. Pero no debemos olvidar, y aquí viene el punto en el que invito a la reflexión, que también se han convertido en nuestra peor arma, llegando a ser en ocasiones muy peligrosa.
  • Si las nuevas tecnologías te permiten conocer, enamorarte y unirte a alguien, también dan pie a que existan un mayor número de infidelidades y rupturas de pareja.
  • Si te ayudan a estar en contacto con personas que se encuentran muy lejos de ti, también te hacen distanciarte de las que en esos momentos tienes a tu lado.
  • Si te permiten más libertad laboral pues no es imprescindible estar físicamente en el puesto de trabajo, también te pueden hacer más esclavo de tu tiempo libre.
  • Si con ellas puedes explicar a cualquier persona dónde te encuentras y con quién, también esa información puede usarse en tu contra y ser aprovechada por ladrones que desvalijan tu casa con la total confianza de que te encuentras muy lejos de ella.

Y con esta lista de casos, también podríamos seguir un buen rato ¿cierto?. Porque no debemos bajar nunca la guardia y pensar sólo en la comodidad que los avances tecnológicos nos aportan, sino que también debemos ser conscientes de los riesgos que traen y de la necesidad de prevenirlos haciendo un buen uso y una buena gestión de la red de conexiones en la que nos encontramos inmersos durante las 24 horas de un día cualquiera.