viernes, 29 de junio de 2018

La resiliencia, una habilidad emocional que cualquier profesional debe hacer suya (por Rosa Carvajal)

Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.


La resiliencia, una habilidad emocional que cualquier profesional debe hacer suya
«La capacidad de superar las adversidades de la vida es una característica esencial para convertirse en un gran líder»

Durante la crisis económica María fue despedida de su empresa junto con otros muchos compañeros tras 30 años de servicio. Se encontró con 50 años en la calle, con una mano adelante y otra atrás y muchas facturas que pagar. Pero lejos de desmoronarse se levantó con fuerza, recuperó su confianza y junto con otros ex compañeros fundó una asociación para ayudar a desempleados de larga duración. Hoy en día tiene una pequeña agencia de publicidad.

¿Por qué algunas personas se hunden en momentos difíciles y otras salen fortalecidas? 

María podría haber reaccionado de forma muy distinta. Pero supo hacerle frente a un agente perturbador o a un estado de situación adversa. Así se define a la resiliencia. La especialista en psicología y negocios Diane L.Coutu explica en la serie «Inteligencia Emocional», de Harvard Business Review y editado en español por Reverté Management, que «las primeras teorías sobre la resiliencia subrayaban el papel de la genética. Simplemente algunas personas nacen resilientes y otras no, se decía. Por supuesto que hay algo de verdad en esto, pero un buen número de evidencias empíricas (procedentes tanto de niños como de supervivientes de campos de concentración o de negocios que renacen de sus cenizas) sugiere que la resiliencia se puede aprender. Otros psicólogos afirman que las personas desafortunadas desarrollan las habilidades asociadas a la resiliencia más fácilmente que aquellos que disfrutan de unas circunstancias ventajosas». Coutu apunta que, hoy en día, la resiliencia es un tema de actualidad en los negocios, aunque los estudios pioneros de Norman Garmezy, profesor emérito de la Universidad de Minnesota, iniciaron la investigación académica sobre la resiliencia hace unos 40 años. «Las empresas y las personas con más éxito muestran un sólido sistema de valores y los sistemas de valores de las compañías resilientes cambian muy poco con el paso de los años y sirven de andamiaje en los tiempos difíciles», concluye L. Coutu que define la resiliencia «como una de las habilidades emocionales que cualquier persona del siglo XXI debe dominar». Carlos González Alonso, profesor de ESIC y autor de «Homo Resiliens», señala que el concepto se puso de moda a lo largo de la crisis, pero está en boga en el sector de los Recursos Humanos desde mucho antes. Define la resiliencia como «la capacidad de superación, la capacidad de salir fortalecido en los momentos de crisis» y señala que las empresas lo deberían incorporar en sus modelos de gestión de sus profesionales. Destaca que, «en los procesos de selección, tendría que valorarse el nivel de resiliencia de los candidatos. Es un elemento que se ha de incorporar en los perfiles profesionales y una condición “sine qua non” en los directivos». No todo el mundo es resiliente por naturaleza pero «es una competencia que se puede desarrollar a través de técnicas como el “mindfulness” o la psicología positiva», asegura González Alonso.

En las distintas culturas, la capacidad de superar las adversidades de la vida es una característica esencial para convertirse en un gran líder. Según los investigadores Jeffrey A. Sonnenfeld y Andrew J.Ward, «los auténticos líderes no se desmoronan. Las derrotas les impulsan a reincorporarse a la lucha con mayor fuerza y determinación». Poca gente personifica este viaje mejor que el presidente Jimmy Carter. Después de su devastadora derrota para la reelección frente a Ronald Reagan, estaba agotado emocionalmente. Sin embargo no se refugió en la ira y la autocompasión, relatan los especialistas, sino que luchó para restaurar su influyente papel en los acontecimientos mundiales. «La clave de la resiliencia es esforzarse mucho, luego parar, recuperarse y continuar de nuevo», como apuntan el conferenciante, Shawn Achor y la psicóloga Michelle Gielan.

Cómo recuperarse

Uno de los pasos más importantes en el camino hacia la recuperación es afrontar el fracaso y aceptarlo. Los investigadores Jeffrey A. Sonnenfeld y Andrew J.Ward en la serie de libros titulada «Inteligencia emocional» aconsejan que, a medida que comenzamos a reconstruir nuestra carrera, debemos asegurarnos de que: «el fracaso es un inicio, no un final. Siempre es posible regresar al punto de partida; mira hacia el futuro. Las acciones preventivas son, a menudo, más efectivas que las reactivas; es importante ayudar a los demás a que afronten su fracaso».


Rosa Carvajal
23 de Abril de 2018 12:27 
https://www.larazon.es/

miércoles, 20 de junio de 2018

Cómo trabajar la resiliencia en niños: 5 pasos (por Ángel Rull)

Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.


La resiliencia está presente en la mayoría de los niños, pero también, en muchos adultos. Además, es posible aumentarla y fortalecerla.




Después de acontecimientos traumáticos, el ser humano se repone y sale fortalecido. Esta capacidad está presente en la mayoría de los niños, independientemente de la importancia de la tragedia. Se llama resiliencia y es posible entrenar a tus hijos para ello.

5 pasos para fomentarla en tus hijos

lunes, 11 de junio de 2018

La ventaja de ser resiliente (por Ivette de Jacobis)


Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.

La vida incluye adversidades y seguramente vamos a vivir situaciones que pueden llevarnos a nuestro límite, poner a prueba nuestra fuerza y hacer que dudemos si realmente tenemos la capacidad y voluntad suficientes para no dejarnos vencer y seguir adelante. En estos momentos es donde necesitamos la resiliencia; la capacidad para adaptarnos, aprender y salir fortalecidos de las situaciones difíciles.


De acuerdo a Karen Reivich y Andrew Shatte, autores del libro The Resilience Factor, la resiliencia es quizás el ingrediente crucial para disfrutar de una vida sana y feliz, con la característica de que se puede aprender y desarrollar a cualquier edad y bajo cualquier circunstancia. Más que cualquier otra habilidad, es lo que determina qué tan bien manejamos aquellas situaciones que nos desgastan o derrumban, como luchar contra una fuerte enfermedad, sobreponerse a la terminación de una relación particularmente dolorosa o complicada, la muerte de un ser querido, o levantarse de una crisis económica.

lunes, 4 de junio de 2018

JUNIO: Fue en la capital de los Países Bajos donde Ana Frank demostró su resiliencia


En esta ocasión os voy a hablar de la Resiliencia como capacidad que tenemos los seres humanos de sacar lo positivo en situaciones que realmente no lo son. Pero antes dejadme que os hable de los Países Bajos; país en el que enmarcaré este concepto psicológico.

El Reino de los Países Bajos se sitúa en el noroeste de Europa con una superficie de 41mil km2de los cuales el 18.40% es agua. Tiene una población alrededor de los 17 millones de habitantes y han estado habitados desde la última glaciación. Tierras conquistadas en el s.I a.C. por los romanos, saqueadas por los vikingos durante los s.IX y XI y bajo el dominio español hasta su independencia en 1648, tras la Guerra de los ochenta años. Pero sin duda uno de sus golpes más duros y recientes ocurrió durante la II Guerra Mundial (1939-1945). Aunque se declararon neutrales, Alemania lanzó un ataque contra los Países Bajos conquistando la mayor parte del país y persiguiendo a los judíos, quienes fueron declarados enemigos del estado. Es en este periodo y concretamente en su capital, Ámsterdam, donde se ubica una de las historias más conocidas: la de Ana Frank, la niña judía que tuvo que vivir escondida junto a su hermana, sus padres y cuatro personas más en una dependencia secreta de un edificio de oficinas frente al canal Prinsengracht de la capital holandesa.

Casa de Ana Frank, en Prinsengracht 263-267


Canal Prinsengracht




Si habéis leído su Diario o conocéis su historia, entenderéis por qué hablo de Ana Frank como un claro ejemplo de persona resiliente.

Pero antes, ¿qué es la resiliencia?

Para los que nunca hayáis escuchado esta palabra os la explicaré como me la enseñaron a mí; con una de esas metáforas que a veces ayudan a asimilar conceptos que forman parte del mapa abstracto de la mente humana.

“Pensad en una goma, que la estiráis para adecuarla alrededor de un objeto, pero cuando la dejáis suelta vuelve a su estado y forma original. Pensad también en una esponja, que la presionáis para escurrir el agua que ha absorbido, pero que al soltarla vuelve a tener su misma forma inicial”

Esto es la resiliencia, la capacidad de adaptarnos a una situación adversa y salir de ella “airosos”, en el sentido de poder volver a ser la misma persona que fuimos, aunque obviamente con un aprendizaje extra que ya nadie nos puede quitar. La resiliencia es, por lo tanto, una capacidad que puede tener un componente innato, pero que en realidad se adquiere y refuerza a través de la experiencia y las vivencias que uno tiene a lo largo de su vida y el cómo éstas le influyen y las afronta. 

Para afrontar adversidades, para salir reforzado de éstas y para conseguir llevar una vida tranquila y normal a partir del acontecimiento adverso se requiere tener muy trabajados otros aspectos de la Inteligencia emocional, entre ellos:

Autocontrol: capacidad de dominar las propias emociones, pensamientos, comportamientos... 
"Querida Kitty: Hace sol, el cielo está de un azul profundo, hace una brisa hermosa y tengo unos enormes deseos de...¡de todo! Deseos de hablar, de ser libre, de ver a mis amigos, de estar sola. Tengo tantos deseos de...¡de llorar! Siento en mí una sensación como si fuera a estallar, y sé que llorar me aliviaría. Pero no puedo. Estoy intranquila, voy de una habitación a la otra, respiro por la rendija de una ventana cerrada, siento que mi corazón palpita como si me dijera '¡Cuándo cumplirás mis deseos!'. Creo que siento en mí la primavera, siento el despertar de la primavera, lo siento en el cuerpo y en el alma. Tengo que contenerme para comportarme de manera normal, estoy totalmente confusa, no sé que leer, qué escribir, qué hacer, solo sé que ardo en deseos... Tu Ana" 
(Diario de Ana Frank. 12 de febrero de 1944)
Autoconocimiento: conocerse a uno mismo, saber cuáles son los puntos fuertes y las áreas de mejora... 
"Sé perfectamente cómo me gustaría ser y cómo soy... por dentro, pero lamentablemente solo yo pienso que soy así. Y esa quizá sea, no, seguramente es, la causa de que yo misma me considere una persona feliz por dentro, y de la gente que me considere una persona feliz por fuera" 
(Diario de Ana Frank. 1 de agosto de 1944)
Motivación: encontrar aquello que te gusta, que te apasiona y te empuja a hacerlo con mayor implicación. 
"Ahora otro tema: hace mucho que sabes que mi mayor deseo es llegar a ser periodista y más tarde una escritora famosa. Habrá que ver si algún día podré llevar a cabo este delirio (?!) de grandeza, pero temas hasta ahora no me faltan. De todos modos, cuando acabe la guerra quisiera publicar un libro titulado La casa de atrás; aún está por ver si resulta, pero mi diario podrá servir de base" 
(Diario de Ana Frank. 11 de mayo de 1944)
Confianza: esperanza firme para que algo suceda. 
"Solo espero una cosa: que se odio a los judíos sea pasajero, que los holandeses en algún momento demuestren ser lo que son en realidad, que no vacilen en su sentimiento de justicia, ni ahora ni nunca, ¡porque esto de ahora es injusto!" 
(Diario de Ana Frank. 22 de mayo de 1944)
Optimismo: juzgar las cosas y los acontecimientos desde la parte más positiva 
"Querida Kitty: ¡Me han vuelto las esperanzas, por fin las cosas resultan! Sí, de verdad, ¡todo marcha viento en popa! ¡Noticias bomba! Ha habido un atentado contra Hitler y esta vez no han sido los comunistas judíos o los capitalistas ingleses, sino un germanísimo general alemán, que es conde y joven además" 
(Diario de Ana Frank. 21 de julio de 1944)
Voluntad: deseo o intención para hacer algo. 
"Sé lo que quiero, tengo una meta, una opinión formada, una religión y un amor. Que me dejen ser yo misma, y me daré por satisfecha. Sé que soy una mujer, una mujer con fuerza interior y con mucho valor. Si Dios me da la vida, llegaré más lejos de lo que mamá ha llegado jamás, no seré insignificante, trabajaré en el mundo y para la gente. ¡Y ahora sé que lo primero que hace falta es valor y alegría!" 
(Diario de Ana Frank. 11 de abril de 1944)
Aceptación: aceptar la realidad, plantarle cara y seguir hacia delante. 

"Hemos vuelto a tomar conciencia del hecho de que somos judíos encadenados, encadenados a un único lugar, sin derechos, con miles de obligaciones. Los judíos no podemos hacer valer nuestros sentimientos, tenemos que tener valor y ser fuertes, tenemos que cargar con todas las molestias y no quejarnos, tenemos que hacer lo que está a nuestro alcance y confiar en Dios. Algún día esta horrible guerra habrá terminado, algún día volveremos a ser personas y no solamente judíos" 
(Diario de Ana Frank. 11 de abril de 1944)

A pesar de su trágica vida por ser de familia judía, de tener que estar escondida en una casa-zulo en el corazón de Ámsterdam y, tras ser descubierta, tener que permanecer en los campos de concentración de Auschwitz (Polonia) y Bergen-Belsen (Alemania), Ana Frank tuvo la fuerza necesaria para hacer frente a esas adversidades, superarlas de algún modo y transformarlas en algo positivo: las líneas de su Diario. 

Tras una biblioteca se encuentra la puerta de entrada al "anexo"
donde Ana y su familia vivieron durante la ocupación alemana,
desde el 9 de julio de 1942 hasta el 4 de agosto de 1944,
cuando fueron descubiertos y capturados 

Aunque no pudo conseguirlo personalmente, Ana siempre tuvo la ilusión de publicarlo y convertirse en una gran escritora. Esa ilusión, ese sentido que ella le daba a la vida, le ayudó a lograr ser una persona con alta capacidad de resiliencia. 

Sin que ella pudiera verlo, su Diario ha sido traducido a 70 idiomas y supera los 30 millones en ventas.

Ya han pasado 11 años de esta foto, pero es la única 
que conservo de aquella visita a la Casa de Ana Frank.
Os invito a leer su Diario. ¡Yo ya lo hice! :)

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