lunes, 29 de enero de 2018

La humildad de los jefes (por Alejandro Rubio)

Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.

Llegar juntos es el principio; mantenerse juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito. Henry Ford.

En mi trabajo estamos pasando por unos días de cierta tensión. Algo habitual en la mayoría de los trabajos, por no decir en todos. El detonante fue una reunión que tuvimos la semana pasada. Al parecer, no se están alcanzando las previsiones de ventas esperadas. Y claro, hay que buscar… ¿culpables? No debería ser así. Pero esa es la sensación con la que salimos muchos de mis compañeros y yo. Las cosas no van como se esperaba, y en lugar de buscar soluciones se buscan culpables. ¿Te suena? Seguro que sí. Si no pasa en tu empresa, pasa en alguna en la que hayas estado. O en la de alguien a quien conoces. Los de arriba aprietan a los de abajo, y así hasta llegar al último eslabón de la cadena, que es el que finalmente paga el pato, el que se lleva todas las broncas.



¿Es esta la mejor manera de revertir los resultados?

martes, 23 de enero de 2018

La humildad lleva al éxito (por Gustavo Rivero)

Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.

El ego nos lleva a tomar malas decisiones, a tener malas relaciones y un falso sentido de invencibilidad.

La humildad no es una cualidad que nuestra sociedad suela identificar con el éxito, ya que no se ajusta bien a otras cualidades: la dirección, la ambición o la ferocidad competitiva (que se equiparan con éxito continuamente). Para cambiar esto, necesitamos considerar la humildad no solamente como una virtud religiosa propia de guías espirituales, sino como una forma práctica de vida.

martes, 16 de enero de 2018

ENERO: Viaja a Vietnam y practica la humildad

Para estrenar la temática viajera de este 2018 propongo hablar este mes de enero de la Humildad, característica que voy a enmarcar en uno de mis últimos viajes a la República Socialista de Vietnam.

¿Qué os puedo contar de Vietnam? ¿Cómo os resumo en pocas palabras lo más intangible que puedes encontrar en este maravilloso país del sudeste asiático?

Con una población estimada de 90 millones de personas y capital en Hanoi, Vietnam ha sido un pueblo que durante su historia ha recibido múltiples influencias extranjeras, desde la China, hasta Francia y Estados Unidos.

Quizás, su historia repleta de invasiones, conquistas, luchas, injusticias… ha hecho que el pueblo vietnamita, que en la actualidad vive tranquilo y sin este tipo de acontecimientos, se caracterice por ser un pueblo amable, abierto y muy alegre.


"Puedes estar triste y ver la vida pasar, o puedes estar alegre y ver la vida pasar... pero la vida pasará de todas formas, asi que mejor estar alegre"


Foto de la que fue nuestra barquera, que nos paseó por las aguas de Trang An

A pesar de todo lo que evoca escuchar el nombre Vietnam (el cine siempre hace mucho daño), en pocos países vas a tener la sensación de seguridad y confianza que transmiten sus ciudades, sus pueblos y su gente. El turista extranjero es muy respetado y vas a estar recibiendo sonrisas a cada momento. Como es bien sabido por todos, la sonrisa se contagia con mucha facilidad, por lo que puedo asegurarte que la mayor parte de tu tiempo vas a estar sonriendo.

Además de sus paisajes, sus costumbres, su comida, sus olores… de los que me encantaría hablar, pero no forman parte del contenido de este blog, quiero explicar el motivo por el que personalmente Vietnam me evoca al concepto de Humildad.

Pero antes de nada, ¿qué sabemos de la humildad?

Ésta se puede definir como la característica que tienen las personas (no todas) de no sentirse superior por el hecho de ostentar más poder o riqueza frente a otros. La habilidad para callar tus virtudes y dejar que sean los otros quienes las descubran por sí mismos podría definirte como una persona humilde.

Pero la humildad no sólo queda ahí. La humildad y su práctica debe comenzar por el hecho de ser tú mismo capaz de reconocer tus propias limitaciones con el objetivo de aprender y mejorar. Aceptándolas, tomamos conciencia y estamos abiertos a que otras personas (cualquier persona) puedan enseñarnos cosas nuevas.


En Can Tho me enseñaron a hacer noodles de arroz
El viajero que puede permitirse el viaje a Vietnam seguramente dispone de más recursos que los que tenga cualquiera de los locales a los que va a ir cruzándose por el camino, pero estos van a poder enseñarle muchas cosas que el viajero no habría aprendido sin hacer ese viaje y, mucho menos, sin ser un viajero humilde.

La sonrisa, los gestos, las palabras, los pequeños detalles… lo que no se compra con dinero, son los más grandes regalos que los vietnamitas te van a poder ofrecer durante tu estancia.



Mi viaje a Vietnam me enseñó a observar una manera diferente de vivir a la mía y no por ello peor. Me permitió darme cuenta de las cosas mejores que tengo y muchas veces no valoro, pero también me permitió observar las cosas mejores que tienen allí y que aquí desgraciadamente escasean, por ejemplo la felicidad, que como he dicho se demuestra en el agradecimiento que ellos le hacen a cada aspecto de sus vidas; al simple hecho de poder seguir descubriendo cada día un nuevo amanecer.

Unos niños jugaban en las montañas de Sapa

En una sociedad como la nuestra, egoísta, donde escasean valores como la cooperación, el compañerismo, la empatía… y donde cada vez más estamos acostumbrados a ver y convivir con la parte más denigrante del ser humano, perdemos mucho peso en rasgos como el de la humildad.

"Viajar con humildad te ayuda a darte cuenta que no eres el ombligo del mundo"

Nuestro guía en Vietnam nos explicaba que los habitantes del país dan gracias por lo que tienen, que es mucho más de lo que generaciones anteriores tuvieron. Buscan el equilibrio en todo lo que hacen y buscan la paz interior. Por ello, seguramente son personas conformistas, felices con lo que tienen y lo que la tierra les proporciona y que no van a acudir a la violencia para hacerse con lo ajeno y probablemente es por esta razón que Vietnam sea un país tan seguro para el turista extranjero.

El arte de viajar, en todo caso, supone un acto de humildad permanente, porque descubres que te equivocas más de lo que podías pensar. Tus prejuicios se derrumbarán apenas salgas de las instalaciones del aeropuerto y te enfrentes a una nueva realidad.


Esta fue la primera foto que hice, mi primer choque con la realidad. (Hanoi)
Un buen viaje es aquel que cambia algo en tu interior, y que te enseña, a través de los ojos de los otros, algo nuevo sobre ti mismo. Vietnam me enseñó a valorar lo relativo de las cosas y los problemas, la importancia que estos tienen, justo la que yo quiera darles. Me enseñó a conocer una nueva cultura, admirable, y a descubrir rincones y aspectos que por mucho que quisiera contarte, no sabría describir a la perfección.

Otros artículos de este blog que te recomiendo leer:

- Por más vueltas que le demos "al final todos acabamos en una caja de pino"
- El azafrán y la humildad, dos conceptos de mucho valor


jueves, 11 de enero de 2018

Nuevo año, nueva temática

Una de mis grandes pasiones, que seguramente comparto con muchos de vosotros, es viajar. La experiencia de salir de mi ambiente para experimentar un cambio de aires es una de las cosas que más me ha enriquecido como persona durante los últimos años. No sé hasta qué punto ni exactamente bajo qué términos, pero me atrevería a decir que incluso mucho más de lo que mi rutina del día a día puede llegar a hacerlo.

Siento haber llegado a un momento en el que poder afirmar que el tiempo anual que dedico a viajar me está dando muchas más lecciones de las que puedo estar aprendiendo en otro tipo de actividades que, de manera rutinaria, realizo el resto del año.

Por poner porcentajes aproximados:

De los 365 días que tiene el año…
o   Un 29% (a una media de 7h) lo dedico a dormir
o   Un 6% a las comidas
o   Un 23% (contando desplazamientos) a trabajar
o   Un 7% a las redes sociales (OMG!)
o   Un 8% (1 mes) lo dedico a viajar
o  Obviamente, en el 27% restante se incluyen el resto de actividades: higiene personal, médicos, compras y ocio, ver tv, lectura, amigos, familia… y, por supuesto, preparar todo lo que conlleva ese 8% que he indicado como porcentaje dedicado a la acción propia del viaje en sí.

¿Por qué dentro del 27% de mi tiempo restante hago mención especial al que dedico a los preparativos de un viaje?


Se ha demostrado que elegir el destino, buscar información, comprar vuelos, reservar hoteles, preparar ruta… genera un estado emocional que te mantiene feliz durante mucho más tiempo del que dedicas puramente al viaje en sí. Del mismo modo que el recuerdo tras la vuelta, la huella que deja en tu memoria, mantiene la emoción mucho más allá del fin de esa aventura.



Las personas somos emociones las 24 horas del día y los 365 días del año. Estas emociones no aparecen y se van, sino que dejan cierta pisada que va a tener una durabilidad e impacto sobre la persona mucho más allá del momento o la situación concreta que la haya producido. Dependerá de cuál sea el hecho que la provocó, dependerá de si esta emoción ha sido positiva o negativa y, por supuesto, dependerá de las características personales del individuo, esa emoción será más o menos intensa y duradera.


Viajar, en mi caso y hasta la fecha, me ha aportado emociones más que positivas. Desde el momento en el que decido un destino, un compañero/a de viaje o incluso si viajo solo y valoro todo los pro y contras de esa decisión… mi cuerpo experimenta una serie de emociones que van variando a lo largo de esas semanas o meses (miedo, coraje, alegría, duda, tristeza…), pero todas en su adecuada dosis y formando cada una parte de un todo que finalmente va a determinar la valoración positiva o negativa que extraeré de la experiencia vivida.

Quiero finalizar esta introducción al 2018 haciendo una especial defensa al tópico de que viajar no es sinónimo de irse a miles de kilómetros, ni es un lujo sólo de ricos… sólo se requieren dos cosas: tiempo y ganas.


Si el 2017 he estado publicando sobre especias culinarias y aspectos relacionados con las personas, que vienen siendo temática habitual en este blog desde 2012, este año haré lo propio con 12 destinos que escogeré para cada uno de los doce meses que tenemos por delante.

Espero, como siempre, que disfrutéis de las lecturas, que opinéis tanto como os apetezca y que me hagáis llegar propuestas, comentarios o incluso artículos que elaboréis y queráis que comparta en mi espacio.

Y, por supuesto, espero que al leer mis artículos sintáis ganas por viajar... repito que soy de los que defienden que haciéndolo crecemos como personas.