viernes, 3 de julio de 2020

JULIO: Lo que el Perro nos demuestra con su fiel y eterna Accesibilidad

Con esto de haber tenido que cambiar nuestros hábitos en prácticamente todas las situaciones que formaban parte de nuestra cotidianidad antes de la pandemia del Covid19, en lo que respecta al ámbito laboral, y más concretamente al teletrabajo, hemos tenido que reconvertir nuestras conductas adaptándolas a las nuevas situaciones e intentando no perder la esencia de nuestros puestos de trabajo.

Quizás me explico mejor poniendo algunos ejemplos. El confinamiento llevó a la mayoría de comercios al cierre total de su actividad cara al cliente, que estaba acostumbrado dentro de unos horarios a encontrar accesible el establecimiento donde comprarse ropa, artesanía, donde hacerse una sesión de belleza, etc... También, el confinamiento, limitó el disfrute de ciertas actividades de ocio como ir al gimnasio o al cine y, por supuesto, limitó la facilidad de acceso que en las empresas podían tener los empleados entre sí, con la jefatura y con ciertos departamentos y despachos a los que poder entrar cuando hubiese una necesidad puntual de consulta, asesoramiento, petición, etc. ¿Cómo hemos tenido que reajustarnos para que estos servicios no hayan echado realmente su cierre al 100% en la actividad y sólo haya quedado durante varias semanas y meses cerrada la actividad presencial?

La temática sobre la que vamos a reflexionar durante este mes va a ser la accesibilidad, entendida como tener acceso fácil y rápido a lo que venía siendo habitual en un comercio, un centro de ocio o el despacho del gerente en la oficina, por seguir con los ejemplos. Esa accesibilidad de manera presencial se ha visto bloqueada, pero las empresas han tenido que reinventarse para que, aunque fuese de manera virtual, siguiese existiendo.

Antes de analizar esta temática os quiero hablar del animal que utilizaré durante este mes para encuadrar la accesibilidad: el Perro, animal del que también podríamos hablar en otras temáticas como la amistad, la bondad, la inteligencia, pero que también nos va a servir para entender mejor la accesibilidad.


El perro, animal doméstico por excelencia, es un animal carnívoro del que en 2001 se estimó que en el mundo existían más de 400 millones. Se caracteriza por tener un oído y un olfato muy desarrollados muy por encima de los del ser humano. Son apreciados por su inteligencia, su sociabilidad con el entorno y su fácil adaptación a las normas en las que se desarrolla su crecimiento, siendo por ello considerado el amigo más fiel del hombre. Existen unas 400 razas, aunque existen muchísimos perros mestizos que hacen difícil determinar cuántas especies podríamos encontrar. El uso que el ser humano hace de estos animales también es muy variopinto: animales de compañía, de caza, de guía, de búsqueda y rescate, ganaderos... La longevidad media de los perros está entre los 13 y 20 años, dependiendo especialmente de la raza a la que pertenecen.

Una de las características indiscutibles de los perros es su fidelidad al hombre. La fidelidad entendida como la mejor compañía y amistad, pues, a diferencia de otros animales y seres humanos, siempre se les tiene disponibles para salir a pasear, jugar, brindarnos compañía, hacer deporte, incluso para hablar. Por ello, me sirve como animal perfecto para referirme al tema de la accesibilidad, que en ocasiones no logramos encontrar en otras personas con tanta facilidad, sinceridad, seguridad e inmediatez como sí ocurre con el perro, a pesar de que en ese momento para nosotros sea algo muy importante y urgente.


Como he introducido antes, los negocios y las personas nos hemos reinventado durante esta nueva situación para no perder la marcha en la carrera que veníamos lidiando antes de la pandemia. Los comercios han acelerado el e-commerce, los gimnasios las clases dirigidas por las redes sociales, el cine el uso de plataformas de entretenimiento virtual, las escuelas las tutorías por videoconferencia, los organismos públicos las gestiones online, los médicos sus consultas médicas a través de la web y muchos otros empleados de Pymes que han recurrido al teletrabajo para continuar con las gestiones que habitualmente realizaban de manera presencial en las oficinas. En definitiva, hemos querido no perder esa accesibilidad a nuestros clientes, pacientes, ciudadanos y, en el mundo organizacional, también a nuestros propios compañeros de trabajo, porque la comunicación es la base del buen funcionamiento de cualquier entidad y porque un bloqueo en la accesibilidad nos llevaría a una situación de desventaja respecto a nuestra competencia en nuestro sector, además de la frustración de para quienes damos servicio (ya sean clientes externos como internos).

Las empresas vuelven a ser resilientes en una nueva crisis para mantener su posición, para no dejarse pisar por la competencia y por todas aquellas organizaciones que ya tenían habilitados estos servicios online paralelamente a los offline. Nos encontramos de nuevo ante un panorama en el que si no te sabes adaptar, si no eres capaz de encontrar soluciones y alternativas y si no eres suficientemente ágil para mantener tu esencia, la ley de Darwin acaba pasando factura.

El perro estará ahí accesible para su dueño en todo lo que éste necesite. La empresa debe estarlo del mismo modo para todo lo que el cliente requiera, repito ya sea este cliente externo (el que nos compra) como interno (el empleado que vende y representa nuestra marca).

EL SIMPLE HECHO DE PRESTAR ATENCIÓN POSITIVA A LAS PERSONAS TIENE MUCHO QUE VER CON LA PRODUCTIVIDAD (Tom Peters)

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