martes, 5 de marzo de 2019

MARZO: Jennifer López, una estrella polivalente

Mi experiencia en el mundo de los recursos humanos, más en concreto en el ámbito del headhunting, me ha permitido vivir durante estos últimos años una evolución en el paradigma de la selección y retención del talento para las organizaciones. Son muchos los aspectos que han hecho y están haciendo posible este cambio de paradigma, pero si me tuviera que centrar en uno, éste sería sin duda la búsqueda de la polivalencia funcional en las personas que quiero en mi organización.

Antes de entrar a desarrollar esta evidencia, sobre la que expresaré mi opinión, quisiera presentaros al personaje del mes que pongo como ejemplo de una marca personal polivalente (llamémosle polifacética en el mundo artístico): Jennifer López.



Jennifer Lynn López o simplemente J. Lo es una actriz, cantante, bailarina, compositora, productora discográfica, diseñadora de moda, empresaria, productora de televisión, coreógrafa y perfumista (¿se puede ser algo más?) nacida en el barrio de El Bronx de Nueva York en 1969.

Durante los años 90, J. Lo alcanzó la fama que ni ella ni sus padres, de origen puertorriqueño, hubieran llegado jamás a imaginar. Con un humilde papel secundario en ‘My Little Girl’, en 1991 obtuvo su primer empleo como bailarina. En 1993 decidió dedicarse a la actuación, obteniendo 4 años después su papel protagonista en la película ‘Selena’ y convirtiéndose en la primera hispana en ganar 1 millón de dólares. En 2001, tras lanzar su segundo álbum musical ‘J.Lo’, se convirtió en la primera persona en tener el puesto número 1 en el cine con la película ‘The Wedding Planner’ y en su álbum en la misma semana, Récord Guiness que hasta la fecha mantiene.

En 2001 fundó una compañía de producción de televisión y cine ‘Nuyorican’ y en 2002 abrió su primer restaurante en Cuba llamado ‘Madre’s’. En 2003 lanzó su propia línea de ropa ‘JLO by Jennifer López’ así como su perfume ‘Still’. En la actualidad, Jennifer López ha vendido más de 80 millones de discos en el mundo y acumula más de 3 billones de dólares en taquilla mundial con todas sus películas.

Hubiera sido totalmente admirable que J. Lo hubiera centrado su carrera profesional en el cine, en la música o en el diseño de perfumes, pero el haber tenido diferentes facetas, habilidad y capacidad para triunfar en diferentes terrenos, le han hecho ser mucho más exitosa en su trayectoria.

Volviendo al inicio, en el que hablaba de un cambio de paradigma en la valoración de los perfiles profesionales, decir que el paradigma anterior valoraba la especialización, la profesionalidad en una tarea, en una función específica en el entramado profesional del sector o empresa para la que trabajabas. “Yo soy vendedor/a de complementos de caballero”; “yo trabajo como cajero/a de supermercado”; “soy defensa en el equipo de fútbol”… afirmaciones que también llevaban implícitas aspectos excluyentes “lo siento, pero no puedo atenderle en esta sección de complementos de señora, mejor pregunte a otro/a compañero/a”; “busque a un/a reponedor/a si quiere saber dónde están las conservas, yo trabajo en caja y desconozco la ubicación del producto”; “no, no yo no puedo jugar de centrocampista, mi función no es esa”.

Está claro que la especialización en una tarea es importante y hay empleos en los que es prácticamente necesario. Pero hoy en día, que las plantillas están más ajustadas, que el mercado laboral está cambiando y es menos constante, más impredecible y hace que el/la empresario/a tenga que hacer números para que el negocio salga rentable, la polivalencia funcional es un valor añadido a la hora de seleccionar el mejor talento.



La realidad de cualquier negocio poco ha cambiado en cuanto a las tareas que se en él se realizan. Sí ha habido un cambio sustancial en el cómo se realizan, pues el mercado laboral y las empresas que forman parte han tenido que adaptarse a nuevos tiempos, nuevas tecnologías y nuevas formas de consumo. Otra realidad, que no se puede obviar, es la reducción de la mano de obra en cualquier organización, una evolución hacia organizaciones menos piramidales y donde se ha hecho necesaria la polivalencia entre los empleados para cubrir las mismas tareas que antes realizaban un número mayor de trabajadores.

Ya no vale el “lo siento, pero no es mi departamento”. El cliente, ante esa respuesta se queja o decide irse directamente a la competencia. Por ello, es importante que los empleados seamos personas que, aun estando especializados en una materia, seamos capaces de resolver con atino ciertas circunstancias que se puedan plantearnos en nuestro día a día. 

En este punto ya sólo queda resaltar algunos aspectos como son las ganas de aprender, la valentía de afrontar nuevos retos, la visión global del negocio y las posibilidades que la empresa debe brindarte para darte la formación necesaria para asimilar otras tareas que, tiempo atrás, no hubieran sido de tu incumbencia. Lo importante, y siempre lo digo, es el valor de uno mismo para ser capaz de salir de su zona de confort y no anclarse ni conformarse con lo que es, para seguir mejorando cada día. Como dice J. Lo…


"Lifes too short to live the same day twice”


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