lunes, 3 de abril de 2017

ABRIL: Todos somos canela

Originaria de Oriente; además de en Sri Lanka, también se cultiva en la India y en otras zonas del mundo, incluyendo todo el sur de Asia.

Proviene de la corteza interior seca de un árbol y se puede encontrar en rama o molida, siendo su sabor el que realza el gusto al pescado, al pollo, a muchos postres, frutas e incluso a las infusiones.

En abril nuestra especia va a ser la Canela, un estupendo condimento que casa a la perfección con prácticamente cualquier plato, muy utilizado en platos tradicionales como es el arroz con leche, postre tradicional de España y de muchos países latinoamericanos.


Por la polivalencia de su uso en el realzamiento del sabor de diferentes platos, independientemente que estos sean dulces, salados, incluso picantes, este mes recurro a ella para hablar precisamente de la virtud de la polivalencia, cada vez más demandada por las empresas a la hora de buscar nuevos empleados y gestionar sus recursos humanos de manera más eficaz.

Tras estos años de mayor austeridad, debida a la profunda crisis económica mundial, han sido muchas las empresas que han tenido que ajustar sus plantillas y recortar en la contratación de personal. Ello ha obligado a los departamentos de recursos humanos a hacer encajes de bolillos para que entre las personas que estaban en los equipos de trabajo siguieran saliendo las tareas propias que, muy seguramente, antes se venían realizando con mayor número de empleados.

Los chicos y chicas “para todo” han sido necesarios en la mayoría de departamentos de las empresas, que han necesitado “profesionales orquesta” capaces de realizar distintas tareas cuando éstas fueran requeridas. A partir de entonces, la polivalencia funcional ha entrado a formar parte de muchas culturas organizacionales, no sólo exigiéndose al personal técnico o base, sino también a los mandos intermedios y cargos directivos.

Siempre que se gestione de manera adecuada, la polivalencia tiene muchas ventajas pues: 
  • Agiliza los procesos y la toma de decisiones.
  • Nos predispone al cambio, que durante estos años ha sido rápido e incierto.
  • Nos permite anticiparnos y ser proactivos (precisamente el tema tratado en marzo con la metáfora entre los perfiles problem solving y la cúrcuma).
  • Potencia la resiliencia, es decir, la capacidad de las personas de recuperarse después de pasar por situaciones complicadas.
  • Anima a las personas a seguir aprendiendo y a ser más empleables, reforzando el optimismo (tema tratado en el mes de enero con la metáfora del pimentón).

Pero ser polivalente no sólo significa estar dispuesto a realizar tareas diferentes a las que, por lo general, corresponden a tu puesto de trabajo. La polivalencia requiere que las tareas se realicen con calidad y agilidad.

¿Se equivocan las empresas al incitar a sus trabajadores a ser polivalentes? 


La verdad es que no, pero las empresas deben ser conscientes que una cosa es tener a sus equipos capacitados para desempeñar diferentes tareas según la prioridad que impere en momentos determinados, y otra cosa muy diferente es cargar a una misma persona más tareas de las que en realidad puede hacerse cargo. De esta manera sólo va a conseguir dos cosas: desmotivar al empleado y perder calidad en cualquier tarea que éste lleve a cabo.

No se debe obviar que, entre los factores que más influyen en la motivación de todo trabajador, al margen de una retribución justa, es sin duda la formación ofrecida por la empresa. Por lo que si estamos pidiendo al trabajador que sea una persona polivalente, éste deberá sentirse amparado por un soporte formativo que deberemos proporcionarle como empresa. De lo contrario, el trabajador se sentirá explotado, sentirá que el beneficio de esta polivalencia sólo es para la empresa, la cual está ahorrando dinero en salario de un nuevo empleado a costa de hacerle sentir estresado y frustrado en su desempeño laboral.

Aunque no hay duda de que la capacidad de ser polivalente está ya muy bien valorada, siguen siendo necesarios los perfiles especializados, pues tiene un conocimiento profundo y focalizado en su área y son más productivos y competitivos, obteniendo mejores resultados. Esto quiere decir que todos los perfiles son buenos en función del momento y del objetivo estratégico empresarial.

Como candidato en el mercado laboral, debes tener muy claro qué tipo de perfil eres, para saber potenciarlo y venderte acorde al mismo. Recuerda que cualquiera tiene cabida en el mundo empresarial; sólo hay que dar con la empresa que busca lo que tú ofreces:
  • Perfil Canela en rama. Perfil especialista: conocedor profundo de un área técnica, que no puede desempeñar otras funciones relacionadas. Si eres de estos, potencia tu perfil de experto.
  • Perfil Canela molida. Perfil polivalente: no eres un verdadero especialista en un área concreta, pero puedes desempeñar diferentes tareas con agilidad.
  • Perfil Canela en rama y molida. Perfil especialista/polivalente: aunque eres experto en un área técnica, eres capaz de desempeñar tanto funciones relacionadas como no relacionadas, cuando sea necesario.


Para llegar a ser más polivalente hay que potenciar una serie de habilidades personales y profesionales. Aquí te listo unas cuantas:
  • Actitud de autoaprendizajE
  • Planificar una formación continua
  • Estar a la vanguardia de las NTIC
  • No temer equivocarse. Cuanto más nos equivoquemos más práctica y experiencia estaremos acumulando
  • Desarrollar un buen networking
  • Compartir ideas y conocimientos
  • Ser creativo
  • Saber gestionarse el tiempo
  • Tener habilidades para hablar en público y no tener reparo en consultar dudas
  • Potenciar la inteligencia emocional y saber dar un toque humano a tus acciones
  • Capacidad de resolver problemas de manera proactiva
  • Habilidad para tomar decisiones
  • Tener un pensamiento crítico y constructivo
  • Trabajar en equipo
  • Saber empatizar


No hay comentarios:

Publicar un comentario