miércoles, 23 de febrero de 2022

Del limbo a la experticia y de ésta de nuevo al limbo

Durante estas semanas me encuentro impartiendo cursos in company y a todos los grupos participantes, que en esta ocasión son mandos intermedios, les dedico unos minutos para explicarles la importancia de realizar formaciones y la necesidad de ello, independientemente de la experiencia profesional que uno tenga e independientemente, también, de que uno ya haya pasado por varios cursos de formación a lo largo de su carrera profesional.

Quiero compartir con vosotros en este post lo que les explico en estas sesiones. 

Comienzo diciéndoles que el reciclaje formativo no deberíamos verlo como una opción y mucho menos como una obligación, sino que deberíamos verlo como una necesidad y una oportunidad de mejora.

Continúo explicándoles algo que todos ya saben y es que los tiempos en los que vivimos cambian a ritmos vertiginosos. La digitalización, que fue una novedad hace unas décadas, ahora también cambia a un ritmo acelerado. No te ha dado prácticamente tiempo a conocer una herramienta digital ¡que ya ha aparecido otra mucho más actualizada y potente! Las formas de trabajar, las de liderar equipos, las necesidades de las personas a las que estamos liderando, las exigencias de nuestros clientes, las del mercado y las de la sociedad… por no decir la cantidad de imprevistos que nos podemos ir encontrando en el camino, como por ejemplo, la pandemia...

Todo esto hace que, si seguimos trabajando acorde a los estándares de la formación que en su momento recibimos, va a llegar un momento en el que esta manera de trabajar ya no va a ser válida y, por ello, se hace necesario que reciclemos y actualicemos nuestros conocimientos, activando a la vez aquellos que algún día dejamos en el olvido y puliendo ciertas praxis que no son del todo correctas. En definitiva, se hace necesario poner en práctica lo que todos decimos y sabemos que es que ¡siempre podemos mejorar!

Para hacer la explicación más gráfica, les dibujo en el atril un modelo compuesto por dos ejes y cuatro cuadrantes. En el eje horizontal, la inconsciencia y la consciencia; en el vertical, la incompetencia y la competencia.

Antes de entrar al aula de formación, la gran mayoría (por no decir todos) están en el primer cuadrante: el de la inconsciencia y el de la incompetencia. Están todos en el limbo, en el limbo de la felicidad incluso, porque ninguno de ellos es consciente de que son incompetentes. No saben que no saben, y siguen viviendo en un "mundo happy".

Desde el primer instante en el que comienza el instructor a dar nuevos contenidos y se van haciendo conscientes de su ignorancia, es cuando entran en el segundo cuadrante. En un estado de crisis que les hace ser conscientes de su incompetencia.

Pero no hay nada de qué preocuparse en este punto. Siendo conscientes de ello y teniendo la voluntad necesaria por subsanar esta ignorancia, en breve pasarán al tercer cuadrante, el que les va a permitir ser competentes mediante la práctica, durante la cual serán conscientes de cómo tienen que hacer las cosas para lograr el éxito. Atrás habrán dejado el limbo y la crisis; se encuentran ahora en el momento del aprendizaje.

Finalmente, con la práctica, los nuevos hábitos se van a ir automatizando e interiorizando y, con ello, pasarán al cuarto cuadrante, el de la inconsciencia y el de la competencia. Serán inconscientemente competentes y ya no tendrán que estar pensando constantemente en cómo tienen que hacer las cosas, porque las habrán interiorizado y ya las estarán haciendo correctamente. Se han convertido en expertos de la materia.

Ahora llega el momento en que les recuerdo, y vuelvo al principio de la charla, que el hecho de que se conviertan en expertos no quiere decir que lo vayan a ser siempre, pues todos esos cambios acelerados a los que hacía referencia al principio van a hacer que la manera de trabajar que hoy realizan con experticia y de una manera inconsciente, dejará de ser válida en un futuro si no ha habido de nuevo un reciclaje formativo. Siendo así, volverían sin darse apenas cuenta al cuadrante del limbo.

Es mediante este esquema del aprendizaje que les argumento y les explico el porqué es importante la formación continua y os aseguro que consigo abrir los ojos y la mente a más de uno. Principalmente, a los más veteranos, que suelen ser los más escépticos a la formación, arraigados al pensamiento único de “llevo muchos años trabajando en esta empresa y ahora va a venir este jovenzuelo (bueno, ya no tanto!!) a darme lecciones de cómo tengo que trabajar”. Creo que consigo así mi propósito: lograr que aprendan a desaprender para aprender mejor.