lunes, 14 de julio de 2014

Las redes sociales y la transformación cultural de las empresas

Las NTIC (nuevas tecnologías de la información y la comunicación) están penetrando de manera viral en todos y cada uno de los estamentos jerárquicos de las organizaciones. A nivel individual y colectivo, personal y profesional, organizado y desorganizado, formal e informal, coloquial y estructurado… las nuevas tecnologías ya forman parte de nuestras vidas como cualquier otro complemento que a diario utilizamos para estar en casa o para salir a la calle.

Si la empresa quiere ser competitiva y no quedarse atrás en su carrera por la supervivencia debe aceptar, estimular y promover el uso de las redes sociales entre sus colaboradores. Estoy de acuerdo en que se requiere un control de la mala práctica que cualquier empleado pueda realizar en horas de trabajo (el uso de redes sociales personales no tiene que tener cabida durante la jornada de trabajo), pero no para ello se debe eliminar por completo el acceso del empleado al manejo de herramientas sociales, pues de este modo estamos capando también la posibilidad de aprovechamiento por parte del empleado, y por ende de la empresa, de todo el beneficio que las redes sociales nos pueden aportar.


Las redes sociales nos permiten acelerar nuestra toma de decisiones, agilizando así la competitividad de los negocios. Ahora no tenemos que estar sólo pendientes del momento en que va a tener lugar una reunión de trabajo para plantear y resolver dudas o sugerencias; las redes sociales nos permiten estar en contacto continuo con aquellas personas que poseen el conocimiento o la capacidad de tomar decisiones estratégicas en la empresa. La dispersión geográfica ya no es un problema, las redes sociales nos permiten reunir ideas y pensamientos de un equipo que físicamente no esté en el mismo lugar. Además, el acceso a la información es tan rápido que en cuestión de segundos pueden disiparse las dudas por las que se esté realizando la consulta y esto repercute positivamente en la agilidad para escoger el camino correcto y poder tomar decisiones.

Un conjunto de personas con la posibilidad de estar conectadas a todas horas y desde cualquier lugar estimula la innovación, multiplica el conocimiento y permite hacer de una organización un negocio inteligente y efectivo. Las grandes empresas ya no deben preocuparse tanto por buscar un experto para cada uno de sus centros de trabajo pues el conocimiento fluye perfectamente a través de la red y, seguramente un menor número de profesionales, pero con buen manejo de herramientas sociales pueden ser más eficaces que profesionales dispersos geográficamente sin más contacto que el que puedan tener en el entorno físico en el que trabajen.

La integración de las redes sociales en la organización se está convirtiendo, y así debe ser, en una transformación cultural. Si tan solo hace unos años se penalizaba el uso de teléfonos móviles durante horas laborales, ahora cualquier aparato tecnológico del que se haga un buen uso puede ser la herramienta de trabajo más potente de la que se disponga. La empresa debe adoptar una mentalidad de aceptación del manejo de las redes sociales por parte de sus empleados, formándoles y dotándoles de las mismas y creando comunidades profesionales enfocadas al emprendimiento de nuevos retos y al alcance de ciertas metas que la hagan cada vez más competitiva.


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