Aunque no seamos conscientes, todos
estamos siendo arrastrados por una oleada de cambios constante y rápida, que en
ocasiones alcanza la magnitud de un gran tsunami.
En cualquier entorno, desde comienzos
de este nuevo siglo (por poner una fecha reciente), estamos inmersos en una
serie de cambios tecnológicos que no tiene fin y que se está llevando por
delante modos de vivir, de trabajar y de concebir la vida, que estaban muy
arraigados desde hacía ya varias generaciones.
Estos cambios nos han obligado en todos
los ámbitos de nuestras vidas a poner en marcha acelerada dos competencias,
acentuando las diferencias interpersonales, pues no todo el mundo posee la
misma capacidad de desarrollo ni en calidad ni en tiempo de respuesta. Estas
competencias son la Creatividad y la Innovación.
Antes de entrar a explicar la
definición de ambos conceptos, os presento brevemente la especia que va a dar
continuidad a las metáforas utilizadas en meses anteriores en este espacio.
Junio se convierte a partir de ahora en el mes del Cardamomo; una de las
especias más caras del mundo procedente de las semillas de una baya verde. El cardamomo
es una especia aromática oriunda de las selvas tropicales de India, Sri Lanka,
Malasia y Sumatra, aunque también se cultiva en Centroamérica. Su uso puede
aplicarse para condimentar arroces, panes, postres y para aromatizar tés y
cafés. En los países árabes se usa para refrescar el aliento y también es usado
en la elaboración de perfumes. De nuevo, una especia multiuso que puede dar
mucho juego en las competencias que trataremos durante este nuevo mes.
El cardamomo es utilizado en la cocina creativa e innovadora en postres
como las muffins de chocolate y bebidas como el gin tonic. Es básicamente por
este motivo que este mes vinculo una especia que usada con creatividad puede
generar platos muy innovadores.
Y ahora sí,
fijaros en lo que acabo de decir “usada con creatividad puede generar
innovación”. Aunque se trata de dos conceptos que van de la mano y, a menudo
tienden a confundirse, “crear” significa pensar en ideas nuevas e “innovar” se
refiere al éxito de aplicar esas ideas.
La creatividad sin innovación no sirve
para nada. Cualquier trabajo debe comenzar con creatividad y acabar con
innovación; de lo contrario no sería nada distinto a lo que ya se viniese
haciendo.
Ambos conceptos, como comenzaba
diciendo, han tomado un papel protagónico durante estos años en todas las áreas
con las que convivimos: astronomía, investigación, transporte, tecnología, gastronomía,
etc. Las empresas apuestan por personas creativas e innovadoras, que utilicen
ambas como emprendedoras de nuevas fórmulas de negocio y como personas capaces
de adaptarse a los cambios constantes que determinan el éxito o fracaso de
cualquier organización.
¿Cómo podemos mejorar estas competencias?
¿Cómo podemos fomentar en los demás que ambas sean desarrolladas?
He aquí algunos consejos que pueden
dar respuesta a estas inquietudes que como candidatos empleables y/o como
gestores de personas dentro de las organizaciones podríamos estar haciéndonos.
- Propongamos retos.
- Evitemos el estancamiento.
- Seamos proactivos y pensemos anticipadamente.
- Erradiquemos el miedo al fracaso.
- Estemos atentos a los cambios de nuestros vecinos (competencia).
- Permitámonos equivocarnos.
- Fomentemos y premiemos la actitud creativa e innovadora.
Me encanta el cardamomo, lo probé una vez en un queque que nos hizo una paciente sueca (trabajé en un hospital ☺) y tenia un sabor delicioso y diferente.
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