Como comienzo de las que serán mis
próximas líneas, cuya temática me apasiona y será la de este nuevo mes que
acabamos de comenzar, quisiera explicaros una de esas casualidades que a veces
ocurren.
Este mes mi personaje escogido (lo tengo
pensado desde principios de año) es Mahatma Gandhi, por ser un personaje histórico cuyo
legado fue, es y será importante recordar y mantener presente en muchas situaciones y
contextos de nuestras vidas. Precisamente hoy, cuando me dispongo a escribir
estas líneas, me entero a través de un tweet que se cumplen 150 años del
nacimiento de este líder, así que ¡Felicidades Gandhi!
Una vez la anécdota, y sabiendo ya quién
es nuestro personaje del mes, sólo me falta señalar que la temática escogida
será la comunicación, sobre la que me tomo la libertad de poner a Gandhi como
embajador de la misma.
Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948) nació
en Porbandar (actual India) en el seno de una familia comerciante. Su madre,
desde muy pequeño, le inculcó el aprendizaje de no hacer daño a ningún ser viviente,
a ser vegetariano y a ser tolerante con todo el mundo. No fue un buen
estudiante, pero consiguió estudiar Derecho en la University College de
Londres, regresando a la India para ejercer la abogacía, aunque sin demasiado
éxito y por ello decidió emigrar a Sudáfrica. En este viaje sufrió varias humillaciones
derivadas de su clase social y su raza, hechos que le acercaron a los problemas
que sufrían las personas de piel negra en el país. A partir de ahí su lucha
por la libertad se intensificó y llegó a convertirse en el dirigente más
destacado del Movimiento de independencia indio contra el régimen de gobierno
colonial británico, para lo que practicó la desobediencia civil no violenta (de
actualidad hoy por la situación de Catalunya). Además de ser un pacifista, político,
pensador y abogado, Gandhi rechazaba en sus programas la lucha armada y realizaba una
predicación a la no violencia como medio para resistir al dominio británico. Por
ello, fue encarcelado en varias ocasiones y llegó a convertirse en un héroe
nacional, participando en 1931 en la Conferencia de Londres, donde reclamó la
independencia de la India. Una vez conseguida la independencia, trató de
reformar la sociedad india. En 1948, con 78 años, fue asesinado por un fanático
integracionista hinduista.
Gandhi tenía claro que un mensaje sin
feedback era una piedra tirada al agua. Este pensamiento tan simple y fácil de
escribir, es muy complicado que cualquier gestor de equipos logre
llevarlo a la práctica y es en estos casos cuando surge el problema de
comunicación que tan de moda está en nuestra actualidad.
Si nos paramos a pensar, no tendremos que
estrujar mucho nuestras neuronas para dar con varios ejemplos de personas de la
política, los medios de comunicación, de nuestra empresa o de nuestro entorno
más cercano que son simplemente emisores de mensajes, pero que a partir de ahí
ni escuchan y, por lo tanto, ya no decir del uso del mensaje recibido (no
escuchado) y de la respuesta o feedback que de él pueda derivar (si es que ésta
existe).
El líder debe ser capaz de retroalimentar
el mensaje que le ha llegado, de dar una respuesta clara y honesta a sus
seguidores (y también a sus detractores) si realmente pretende mejorar la
sintonía, el clima y las buenas relaciones. Nuestra arma más potente no tendría
nunca que ser una pistola, una bomba, un bofetón ni un portazo. Nuestra arma
más potente debería ser siempre la palabra, la comunicación a la que me gusta
llamar “inclusiva”, pues en ella deben danzar la inteligencia emocional, la
adaptabilidad, la empatía, la humildad, la creatividad, la valentía, la
honradez… al más puro estilo Gandhi.
Pero la comunicación, además de los
componentes que debería contener para que sea efectiva y eficaz, y sobre los
que podríamos estar hablando durante horas, debe seguir una serie de pautas,
algunas de las cuales trataré de simplificar en las siguientes líneas:
1. Comunicación pronto y a menudo:
La comunicación, en todas sus variantes,
debe darse de manera constante para que las personas que forman parte de tu
equipo o de tu entorno vean que sigues ahí, que no te has olvidado de ellos.
Esta comunicación te facilitará recibir información más fiel y actualizada que
a su vez te ayudará a elaborar mejor tus mensajes, a ser más cercano a los
demás y a ser más proactivo en tus actos.
2. Comunicación directa al grano y por el canal adecuado:
No hace falta que te prepares un speech o
que te tires horas pensado en qué vas a decir. La gran mayoría de las veces,
cualquier píldora comunicativa tiene más impacto y efecto que una conferencia
preparada y revisada hasta su más mínimo detalle. Además, recuerda que no todas
las personas tenemos la misma predisposición hacia ciertos canales
comunicativos, por lo que comunica por email, por whatssap, por escrito o face
to face según el público al que te estés dirigiendo.
3. Comunicación influenciada especialmente por los líderes emergidos de manera
natural:
No sólo cojas como modelo lo que tus
mentores te han enseñado y aprende también de las personas que no tienen
categoría en tu empresa o que acaban de aterrizar de algún modo en tu vida.
Todo el mundo tiene algo que enseñarte y todos juegan un papel muy importante
en la comunicación y en que su transmisión sea lo más sana posible.
4. Comunicación transparente:
Si vas a comunicar porque toca hacerlo,
mejor no lo hagas. La comunicación tiene que tener como base la honradez y la
transparencia. Los receptores del feedback deben observar que hasta allí donde
están llegando tus palabras pueden confiar plenamente. Cualquier comunicación
que genere desconfianza y rumorología va orientada al fracaso a corto o medio plazo.
Por ello, cuando comuniquemos tenemos que
saber ser asertivos y saber decir no cuando toque, sin perder nunca las formas,
la empatía ni la coherencia. Tenemos que ser conscientes que no vamos a
contentar siempre a todo el mundo y que en cualquier acción siempre hay los que
salen ganando y los que salen perjudicados, pero debemos tratar que estos sean
los menos y que siempre obtengan una alternativa que minorice el mal mayor.
Gandhi, Luther King, Mandela… “Si ellos
pudieron, nosotros también podemos”
No es tarea fácil, no se aprende a ser líder, no se aprende a ser el mejor comunicador, pero sí se puede, sí se aprende y sí se debe utilizar la mejor herramienta que tiene la especie humana en aras de mantener la cordura, el clima y fomentar el bienestar en cualquier lugar en el que nos encontremos y con cualquier persona o grupo del que nos rodeemos.
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