miércoles, 5 de agosto de 2015

Caricias psicológicas

Desde que nacemos tenemos la necesidad de ser acariciados. Hay expertos que aseguran que un bebé no acariciado tiene alto riesgo de generar trastornos psicológicos de por vida, incluso podría morir. El sentido del tacto es el que más nos une a cualquier otro ser vivo.

El contacto afectivo a través del tacto nos hace más fuertes y nos invita a copiar a nuestros referentes cuando nosotros nos convertimos en referentes para otros. Igual que en el mundo de la comunicación se dice que el mayor desprecio es la indiferencia, cuando hablamos de caricias ocurre algo similar: no recibir ningún tipo de contacto debilita nuestro estado emocional y lo enferma, pues nuestro cerebro no entiende de vacíos.

Si las caricias físicas son importantes para nuestra salud y bienestar también lo son, sin duda, las caricias psicológicas. Una sonrisa, una mirada de complicidad, un gesto amable, un “gracias”… son caricias en las que aunque no intervenga directamente el sentido del tacto, generan en las personas la energía suficiente para ser más fuertes.

Las relaciones a distancia, por ejemplo, refuerzan esta afirmación. La tecnología ha supuesto un gran avance en pro a esta necesidad humana, pues antes con el teléfono y ahora a través de las videoconferencias se puede suplir en gran medida el vacío existente cuando alguien querido está muy lejos de ti. Aunque tu pareja, un amigo o amiga, algún familiar esté muy lejos de ti, el escuchar su voz, compartir miradas, silencios, sonrisas y gestos hacen más fuerte la relación que de otro modo iría deteriorándose por momentos.

Las caricias psicológicas son por lo tanto actitudes o palabras de recepción necesaria en cualquier ser humano, pues igual que las físicas, fortalecen los vínculos afectivos y emocionales existentes entre las personas.

El ser humano necesita ser estimulado mediante caricias para sentirse aceptado, querido y valorado y para desarrollar su autoestima. Agradecer, felicitar, mirar con aprobación a alguien, escucharle con atención… son esas cosas simples y gratis de la vida que guardan un secreto que todos entendemos, pero que no sabemos explicar. Si estás dispuesto a dedicar más caricias a los demás, lo tienes tan fácil como poner en práctica tu inteligencia emocional y otras capacidades como la empatía, fundamental para saber tratar a los demás simplemente pensando en cómo a ti te gustaría ser tratado. 

2 comentarios:

  1. Hola, Alex. Me encantaría que me hicieses una caricia psicológica, y te subscribieses a mi blog. Se agradece esta interacción. Petonets

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