lunes, 6 de octubre de 2014

El endomarketing: ya es hora de mirar adentro

Si los empresarios se gastan millones de euros en estudios de mercado, publicidad y marketing para captar y retener clientes, ¿por qué no invertir y utilizar las mismas técnicas para fidelizar y no perder a los empleados con talento?

El marketing y la publicidad suponen una importante cifra en la cuenta de explotación de muchas compañías, pero no así el marketing interno o endomarketing que sigue siendo considerado secundario en muchas empresas, precisamente en aquellas que no levantan vuelo. ¡Por algo será!

Se debería tener plena convicción de que el empleado no únicamente se mueve por dinero, porque la recompensa económica nunca será suficiente una vez la persona tenga cubiertas sus necesidades básicas. Las expectativas salariales siempre estarán al alza en toda la trayectoria profesional del empleado y, aunque en esta época de crisis y desempleo nos hayamos vuelto más conformistas, el ser humano tiende siempre a ese estado de “querer más” cuando ya ha alcanzado lo que antes fue su propósito o meta.

Cuando el empleado firma un contrato lo hace por supuesto atendiendo a la remuneración que percibirá, pero al mismo tiempo firma un contrato emocional que necesita mantener estable a lo largo del tiempo. La conciliación de la vida familiar y profesional, las compensaciones y reconocimientos del trabajo bien efectuado, las simples preguntas de un “¿cómo estás?”, “¿cómo te sientes?”, el tener en cuenta su opinión en las decisiones que la empresa tiene que tomar… son valores añadidos a ese aspecto económico que el empleado aceptó cuando firmó su contrato de trabajo.

El último objetivo de cualquier empresa es el de poder conseguir clientes que sean leales, fieles y que estén satisfechos con los servicios prestados para que repitan en su compra y se conviertan en voceros de la marca. Pero es difícil llegar a ese punto si quienes están vendiendo la marca a esos clientes no son leales, fieles ni están satisfechos con la empresa en la que trabajan. Es por ello que el empresario debe entender que el endomarketing es prioritario y como mínimo igual de importante que el marketing externo y que la publicidad, pues por muy creativa y costosa que esta sea no tendrá efecto si no se cuida antes a las personas que dan imagen y vitalidad a la compañía.

La comunicación, la motivación del personal, la formación, la congruencia entre lo que se dice y lo que se hace… todos estos son aspectos que permiten que el resultado interno sea positivo y se convierta en un factor multiplicador para que el resultado externo crezca conforme el empresario desea. Recordemos que no hay cliente satisfecho sin empleado satisfecho.

Los productos nos los pueden copiar, los podemos encontrar en la competencia, pueden igualarnos o mejorarnos en precio, pero lo que está claro es que el talento de la empresa es propio de cada una y sólo depende de ésta que quiera extraer el máximo jugo de ese talento que posee. Si hemos sido capaces de llegar al mundo emocional de los clientes, porque sabemos que toda decisión de compra parte de una emoción, más fácil lo tendremos para llegar a la parte emocional de quienes tenemos día a día en nuestra organización, ofreciéndoles escucha y dándoles el feedback que esperan según sean sus necesidades y acercándonos al cubrimiento de esa necesidad emocional que en el ámbito profesional las personas también tenemos.


2 comentarios:

  1. Buenas tardes, Alex. Me ha gustado mucho tu artículo. Qué razón tienes...yo siempre he pensado, también, que para que una empresa funcione bien, sus empleados tienen que estar contentos.
    A ver si te escuchan los empresarios y esto se convierte en lo normal, en las empresas.

    Montse Hontoria

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Montse por tu comentario. Intento hacer red con mis artículos e invito a que todos los que los leéis también la hagáis. Hoy por hoy es una potente manera de hacer llegar pensamientos, reflexiones e inquietudes a aquellos que lideran equipos de personas. Me alegro que pensemos igual. Un abrazo!

      Eliminar