jueves, 14 de marzo de 2013

Las TIC: cuna de nuestras emociones


El desarrollo tecnológico que hemos experimentado en las últimas décadas no hubiera sido posible sin el desarrollo del potencial intelectual del ser humano y éste, a su vez, no estaría siendo posible sin la existencia del primero.

Las TIC en sus orígenes fueron desarrolladas y utilizadas por expertos, pero hoy en día se han descentralizado a partir de la difusión de los dispositivos personales (PC, Internet, móviles…), que han permitido que lleguen a todas las personas y a todos los lugares.

Lo que en un principio controlaban unos pocos, ahora lo controlamos todos. Es más, lo creamos entre todos porque no debemos olvidar que detrás de cualquier mensaje, de cualquier blog, fotografía o video estamos nosotros, las personas. Es por eso que cada vez más las TIC, en general, y las redes sociales, en particular, tienden a ser más humanas.

Por lo que a las redes sociales respecta, cada usuario le damos un uso diferente porque a cada uno nos mueven distintos intereses y necesidades: publicitar algún producto o servicio, crear o mantener amistades, buscar pareja o trabajo, compartir experiencias, etc. Dependiendo de cuál sea nuestra motivación para el uso de las redes sociales escogeremos una u otra según se adapte mejor a nuestros objetivos.

Mediante las redes sociales hemos aprendido también a ser más atrevidos, a tener menos pelos en la lengua a la hora de opinar y decir lo que pensamos, permitiéndonos estar menos cohibidos de lo que solemos estar ante la presencia social. Porque las consecuencias y el impacto en un entorno virtual es menos intenso y menos inmediato que en el entorno físico.

Como vemos, todas las redes sociales tienen en común que cumplen funciones relacionadas con la comunicación, pero ya no limitada a un público, espacio y momento, sino extensible a cualquier persona y lugar del mundo al instante en cuestión de segundos. La inmediatez, la facilidad y la similitud cada vez más cercana a la vida misma es lo que hace que las redes sociales sean sin duda la revolución tecnológica del siglo XXI.

Con las redes sociales intentamos complementar muchas carencias que no sabemos encontrar en nuestro entorno físico. Las publicaciones que hacemos, las fotos de nuestros perfiles, los escritos que realizamos… todo está meticulosamente medido y escogido; no son aleatorios y en la gran mayoría de ocasiones tienen un significado camuflado, direccionado a alguien concreto que pueda estar entrando en nuestros perfiles y/o relacionado también con el momento y las circunstancias que estamos viviendo. Un simple “me gusta”, un nuevo seguidor o un comentario en una de nuestras publicaciones son reforzadores que el ser humano necesita como muestra de aprobación y reconocimiento.

No cabe duda, por lo tanto, que en la base de estas acciones y funciones comunicativas, propagandísticas, relacionales, de opinión y de aprendizaje existe un motor que es el que nos lleva a ejecutar la acción concreta; este motor está compuesto por nuestras emociones.

1 comentario:

  1. Artículo publicado en Colombia por Luis David Tobón en los siguientes enlaces:

    http://blogs.colombiadigital.net/pensando-en-tic/195/

    http://pensandoentic.net/ptic/las-tic-cuna-de-nuestras-emociones/

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