Estamos en MAYO, mes de la Vainilla y el mantenimiento del buen clima en este Blog.
Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.
Reunir a todos a la mesa al menos una vez al día es
importante, pero no puede convertirse en el momento de la pelea familiar
Reunir a todos a la mesa al menos una vez al día es
importante, pero no puede convertirse en el momento de la pelea familiar
Uno de los momentos de encuentro más
comunes en las familias es la comida familiar. Debería ser un momento de
compartir, de servir y de comunicarnos con los demás miembros de la familia.
Sin embargo, muchas familias confiesan que la comida familiar se ha dejado
de lado, o en su defecto se ha convertido en una batalla campal en la
que se desvirtúa este momento tan especial.
- Procura que una vez al día, o al menos a la semana, puedan estar todos los miembros de la familia: es importante recordarles a nuestros hijos, sobre todo jóvenes y adolescentes, que el tiempo en familia es importante. Traten de cuadrar horarios de estudio y deporte para que un día a la semana puedan estar todos.
- Adiós tecnología: el
momento de la comida es para compartir con los que tienes cerca. Es una
buena idea apagar los teléfonos o ponerlos todos en un sitio alejado de la
mesa. Es importante recordar que los padres son los primeros que debemos
cumplir con esta regla: la mejor herramienta educativa es el ejemplo.
- Preocúpate más del fondo que de
la forma: aunque es verdad que la comida familiar es
un momento para enseñar buenos modales en la mesa, no podemos tener ese como
nuestro fin principal. Lo verdaderamente importante es que haya temas de
conversación en los que todos puedan participar, que haya un clima de
confianza para compartir experiencias y que sea un momento agradable para
todos. Podemos corregir ciertas cosas, pero tratemos de no
interrumpir los buenos momentos con muchas exigencias.
- Es el momento perfecto para
enseñarlos a pensar en los demás: “para servir, servir”. La
comida familiar es un momento muy propicio para preocuparnos por los
demás, puede ser sirviendo la bebida al de al lado, preguntándole que
pieza de pollo quiere o ayudando a levantar los platos. Si sabemos hacerlo
bien, nuestros hijos se darán cuenta que bien se está en familia cuando
sabemos pensar en los demás.
- Un poco de preparación no está
mal: podemos ponernos creativos con alguna comida cultural, en la que
además de probar un plato de un país o región, también aprendamos sobre su
geografía o cultura; o simplemente tener algún tema de conversación
pensado para poder animar a nuestros hijos a discutir temas relevantes y
actuales. Con cocreatividad y un poco de preparación podemos convertir lo
ordinario en extraordinario.
- Siempre: ser agradecidos. Ya
sea con una oración para agradecer los alimentos, o simplemente
mencionando razones por las que estamos agradecidos en ese momento. El
agradecimiento es mucho más que buenos modales, es una actitud que
reconoce que muchas de las cosas que tenemos nos han sido dadas, y como
dice el dicho: “Es de bien nacidos ser agradecidos”.
Ojalá las comidas familiares sean un
elemento más en la unión familiar, y sepamos agregar a la rutina ese toque
humano que convierte la vida en familia en un verdadero tesoro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario