Estamos en MARZO, mes de la Cúrcuma y las personas "Problem solving" en este Blog.
Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.
Es importante tomar consciencia de esto para poner intención en generar
actitudes y acciones que nos permitan desarrollar nuestra proactividad.
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En el anterior artículo de Baldi
Figueras aprendimos qué es la actitud proactiva: “Una
persona proactiva es aquella capaz de auto-liderarse al margen de lo que sucede
a su alrededor, evitando reaccionar ante lo inesperado. Asume, de forma
consciente, la co-responsabilidad de su conducta para decidir cómo quiere
actuar y cómo sentirse ante los estímulos que percibe, teniendo siempre en
cuenta sus objetivos para generar nuevas oportunidades”.En el artículo de hoy, Baldi
analiza cuáles son las características concretas de las personas reactivas
frente a las proactivas, y cómo poner en práctica la proactividad tanto en
uno mismo como en el entorno profesional.
Características de las personas reactivas
Las personas reactivas tienen dificultades
para posicionarse ante las circunstancias. Sus características son:
– Se desbordan emocionalmente ante
las situaciones externas adversas.
– El 100% de su bienestar o malestar
interno depende de si su entorno está bien o mal.
– Pierden mucha energía juzgando y
criticando a los demás.
– Perciben los cambios como
amenazas y por tanto, acaban saboteándolos.
– Tienden a quejarse verbalmente, pero
no ejecutan ninguna acción al respecto.
– Están inmersos en sus preocupaciones
y no buscan posibles soluciones.
– Tienen tendencia a ser pesimistas.
– Les falta iniciativa.
– Tienden a culpar a los demás.
Características de las personas proactivas
Las personas proactivas se mueven con un
pensamiento estratégico. Sus características son:
– Positivas. Procuran ser muy positivas antes las situaciones, para evitar caer
el victimismo.
– Creativas. Usan la creatividad para poder elaborar constantemente
alternativas.
– Impulsoras de metas. Tienen claros sus objetivos y generan acciones para lograrlos. Su
mirada está puesta en las acciones a medio plazo, pero alienadas con su
objetivo a largo plazo.
– Toman decisiones. Se
anticipan a los problemas, no permiten que estos se alarguen en el tiempo sino
que toman decisiones rápidas y pragmáticas. Actúan gestionando los imprevistos
en base los objetivos que se ha marcado.
– Asertivas. Comunican a su entorno de forma adecuada cómo se sienten, qué
opinan y qué necesitan.
– Con
iniciativa. Son conscientes de
su libertad para poder elegir una respuesta interna y externa ante las circunstancias.
Tal y como dice José Antonio Marina tienen muy desarrollada lo que se denomina “inteligencia ejecutiva”.
– Constancia. Su constancia es permanente, focalizan sus esfuerzos y
acciones. Consiguen resultados tangibles, dado que siempre están orientados a
los objetivos.
– Autoconfianza. Tienen claras cuáles son sus fortalezas y sus debilidades y
confían en su capacidad y potencial para poder superar las situaciones
adversas.
4 pasos para ser proactivos
Para poder desarrollar
la proactividad, solo se han de seguir 4 pasos:
- En primer lugar se han de concretar los
objetivos, para no perder nunca el rumbo.
- Identificar las circunstancias actuales que están
impidiendo lograr los objetivos marcados.
- Identificar qué situaciones se encuentran en el
área de influencia.
- Tomar acción solo en las áreas en las que se
puede influir, sin perder de vista el objetivo marcado. Buscar cómo nuevas
oportunidades con una visión constante en el corto y largo plazo.
Pon en práctica la
proactividad:
Y tú, ¿ quieres ser
proactivo?
Te invito a que
participes activamente en este artículo, contestando a las siguientes
preguntas:
- ¿Cuál es tu objetivo?
- Haz una lista de las circunstancias actuales que
están impidiendo que puedas lograr el objetivo que te has marcado.
- Teniendo en cuenta la lista anterior, marca las
situaciones que realmente se encuentran en tu área de influencia, es decir
aquellas sobre las que puedes actuar.
- Teniendo en cuenta la lista que has hecho en el
tercer paso, ¿cuáles son las acciones que realizarás?
Recuerda que pase lo que
pase, lo más importe es volver reorientarse constantemente hacia el objetivo
marcado, sin identificarse con
las circunstancias adversas.
¿Cómo incentivar la
actitud proactiva en el entorno laboral?
Para incentivar la
actitud proactiva en el entorno laboral es necesario:
– Ser receptivos. Estar muy receptivos a las propuestas y puntos de vista que aportan tanto
los clientes internos, como los externos y facilitar entornos en los que exista
la interacción.
– Empatía. Reconocer las necesidades y características que tiene cada
miembro del equipo con la intención de optimizar las cualidades de cada uno.
– Motivación. Identificar los objetivos profesionales individuales de cada empleado
para poder involucrarlos y alinearlos con los objetivos de la empresa y/o
departamento.
– Corresponsabilizar. Incentivar a todos los empleados en la toma de decisiones, dentro de
su área de influencia.
– Comunicación asertiva. Promover la comunicación asertiva, estando abiertos a
ser informados de los percances que puedan tener los colaboradores.
– Estrategia. Comunicar la visión de futuro, de la empresa y/o departamento a todos los
empleados para poderles implicarles en las acciones.
– Liderazgo. Evitar el exceso de concentración de gestión y/o toma de decisiones
en el líder, delegándolas a los distintos miembros del equipo, con la intención
de crear departamentos y empleados más auto-suficientes.
Pon en práctica el entorno
proactivo
¿Quieres generar un entorno más proactivo? Te
invito de nuevo a que participes activamente en este artículo. Pon en práctica
el “incentivar la actitud proactiva en tu entorno laboral”, contestando a las
siguientes preguntas:
– Ser receptivo. ¿Qué vas a hacer para
facilitar que tu entorno pueda aportar propuestas de mejora?
– Empatiza. ¿Qué vas hacer para
identificar las necesidades y características que tiene cada miembro del
equipo?
– Motiva. ¿Qué vas a hacer para
identificar los objetivos profesionales individuales de cada empleado? ¿Cómo
vas a involucrarlos y alinearlos con los objetivos actuales de la empresa
y/o departamento?
– Corresponsabiliza. ¿Qué vas a
hacer o dejar de hacer para facilitar que los empleados tomen decisiones
dentro de su área de influencia?
– Comunicación asertiva. ¿Qué
vas a hacer para identificar los percances en los que se pueden encontrar tus
colaboradores?
– Estrategia. ¿Cómo vas a comunicar la visión de futuro, de la empresa y/o
departamento?
– Liderazgo. Haz una lista
de tareas y responsabilidades del líder e identifica cuales se pueden empezar a
delegar.
En conclusión, cuando comprendemos la importancia que tiene el
desarrollar nuestra área de influencia, nos damos cuenta de que podemos liderar
más fácilmente la consecución de los resultados que deseamos. Por lo tanto, es muy importante tomar
conciencia de si en nuestro día a día somos reactivos o proactivos, para poner
intención en generar actitudes y acciones que nos permitan desarrollar nuestra
proactividad.
17 de enero de 2017, 11:59
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