Estamos en ENERO, mes del Pimentón y del Positivismo en este Blog.
Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.
Vivimos
en un mundo cargado de negatividad, en el deporte, en el trabajo, en la
obligación y en la devoción, incluso en nuestro propio entorno que muchos veces
nos resta energía, desvía nuestra atención y reduce nuestro rendimiento
exigiéndonos un plus de esfuerzo que ojalá no fuera necesario realizar.
Y
esto se suele dar porque resulta siempre más fácil destruir que construir,
porque...
...la frustración o incapacidad propia viene muchas veces acompañada de la envidia, del desagrado o la crítica mal intencionada, que empuja a algunos a buscar solo lo negativo o el fallo que permita destacar sólo lo malo.
...la frustración o incapacidad propia viene muchas veces acompañada de la envidia, del desagrado o la crítica mal intencionada, que empuja a algunos a buscar solo lo negativo o el fallo que permita destacar sólo lo malo.
Y
es que la gente tóxica puede estar en cualquier parte, en tu propio club, en la
prensa, en la directiva, en la afición, en el trabajo, entre tus amigos, en tu
propia familia, entre la gente que te rodea o puedes ser tú mismo, deteriorando
así tu propia integridad. Se dedican a intentar destrozar lo que hacen los demás
(la figura del clásico reventador), lo que a ellos no se les ha ocurrido o no
pueden desarrollar, lo que no comprenden ni están dispuestos a reconocer
intentando siempre menoscabar la autoestima del otro, dinamitando, si pueden,
ilusiones y proyectos.
Ser
positivos como la mejor acción terapéutica a aplicar a la hora de combatir la
negatividad, a la hora de fomentar nuestra confianza y creatividad, para
aprender a valorar más el esfuerzo y los méritos ajenos, la que nos hará más
productivos y eficaces, que nos permitirá tener más y mejores amigos, que nos
ayudará a crear un ambiente agradable y provechoso a nuestro alrededor que
favorezca el rendimiento colectivo, que fomente las buenas relaciones entre los
jugadores, en el equipo, en el trabajo, familiares o interpersonales y además,
aunque no tengo ni idea si estará o no demostrado, nos alargará la vida o al
menos, estoy seguro, nos hará disfrutar más de ella, nos ayudará a tener más
éxito y a ser más felices.
Empieza
un nuevo año y siempre hay tiempo para mejorar y rectificar, limpiar nuestras
mentes y resetear, si cabe, nuestra actitud y disposición, preocuparnos más de
nuestras propias tareas para ser más productivos tanto dentro como fuera de las
canchas, sin perder tiempo en las excusas y justificaciones que nos damos
siempre o en esas que estamos hartos de escuchar a tantos entrenadores de
fútbol o de baloncesto, a los jugadores que les echan la culpa de su bajo
rendimiento a aquellos, a directivos que siempre están a la defensiva o no dan
la cara, a periodistas que solo persiguen sus propios intereses o vengar
disputas pendientes, a algunos políticos de turno más afanados en lo suyo que
en el bien común o a todos los que se ponen la venda antes de que salga el
grano ante la tozudez de una realidad que por mucho que se enmascare siempre
emerge.
Exigirnos
más para tener mejores profesionales y directivos, una prensa estricta y
entendida pero más comprometida en el valor único de los intereses compartidos
o formar parte de una afición tan leal como inconformista pero que sepa
disfrutar por encima de la inmediatez de un resultado, reclamar el máximo
esfuerzo a cambio de apoyo y confianza. Porque ser positivos no es ser un
'happy flower', no es pensar que todo va a salir a pedir de boca ni que todo el
monte es orégano, ser positivo es creer en lo que haces, disfrutar haciéndolo,
valorar el lado bueno de las cosas, saber ponerte en el lugar del otro y sumar
siempre pero sabiendo que si esas cosas no salen como tú querrías serás capaz
de sobreponerte y seguir adelante.
http://www.diariosur.es/opinion/
No hay comentarios:
Publicar un comentario