martes, 16 de enero de 2018

ENERO: Viaja a Vietnam y practica la humildad

Para estrenar la temática viajera de este 2018 propongo hablar este mes de enero de la Humildad, característica que voy a enmarcar en uno de mis últimos viajes a la República Socialista de Vietnam.

¿Qué os puedo contar de Vietnam? ¿Cómo os resumo en pocas palabras lo más intangible que puedes encontrar en este maravilloso país del sudeste asiático?

Con una población estimada de 90 millones de personas y capital en Hanoi, Vietnam ha sido un pueblo que durante su historia ha recibido múltiples influencias extranjeras, desde la China, hasta Francia y Estados Unidos.

Quizás, su historia repleta de invasiones, conquistas, luchas, injusticias… ha hecho que el pueblo vietnamita, que en la actualidad vive tranquilo y sin este tipo de acontecimientos, se caracterice por ser un pueblo amable, abierto y muy alegre.


"Puedes estar triste y ver la vida pasar, o puedes estar alegre y ver la vida pasar... pero la vida pasará de todas formas, asi que mejor estar alegre"


Foto de la que fue nuestra barquera, que nos paseó por las aguas de Trang An

A pesar de todo lo que evoca escuchar el nombre Vietnam (el cine siempre hace mucho daño), en pocos países vas a tener la sensación de seguridad y confianza que transmiten sus ciudades, sus pueblos y su gente. El turista extranjero es muy respetado y vas a estar recibiendo sonrisas a cada momento. Como es bien sabido por todos, la sonrisa se contagia con mucha facilidad, por lo que puedo asegurarte que la mayor parte de tu tiempo vas a estar sonriendo.

Además de sus paisajes, sus costumbres, su comida, sus olores… de los que me encantaría hablar, pero no forman parte del contenido de este blog, quiero explicar el motivo por el que personalmente Vietnam me evoca al concepto de Humildad.

Pero antes de nada, ¿qué sabemos de la humildad?

Ésta se puede definir como la característica que tienen las personas (no todas) de no sentirse superior por el hecho de ostentar más poder o riqueza frente a otros. La habilidad para callar tus virtudes y dejar que sean los otros quienes las descubran por sí mismos podría definirte como una persona humilde.

Pero la humildad no sólo queda ahí. La humildad y su práctica debe comenzar por el hecho de ser tú mismo capaz de reconocer tus propias limitaciones con el objetivo de aprender y mejorar. Aceptándolas, tomamos conciencia y estamos abiertos a que otras personas (cualquier persona) puedan enseñarnos cosas nuevas.


En Can Tho me enseñaron a hacer noodles de arroz
El viajero que puede permitirse el viaje a Vietnam seguramente dispone de más recursos que los que tenga cualquiera de los locales a los que va a ir cruzándose por el camino, pero estos van a poder enseñarle muchas cosas que el viajero no habría aprendido sin hacer ese viaje y, mucho menos, sin ser un viajero humilde.

La sonrisa, los gestos, las palabras, los pequeños detalles… lo que no se compra con dinero, son los más grandes regalos que los vietnamitas te van a poder ofrecer durante tu estancia.



Mi viaje a Vietnam me enseñó a observar una manera diferente de vivir a la mía y no por ello peor. Me permitió darme cuenta de las cosas mejores que tengo y muchas veces no valoro, pero también me permitió observar las cosas mejores que tienen allí y que aquí desgraciadamente escasean, por ejemplo la felicidad, que como he dicho se demuestra en el agradecimiento que ellos le hacen a cada aspecto de sus vidas; al simple hecho de poder seguir descubriendo cada día un nuevo amanecer.

Unos niños jugaban en las montañas de Sapa

En una sociedad como la nuestra, egoísta, donde escasean valores como la cooperación, el compañerismo, la empatía… y donde cada vez más estamos acostumbrados a ver y convivir con la parte más denigrante del ser humano, perdemos mucho peso en rasgos como el de la humildad.

"Viajar con humildad te ayuda a darte cuenta que no eres el ombligo del mundo"

Nuestro guía en Vietnam nos explicaba que los habitantes del país dan gracias por lo que tienen, que es mucho más de lo que generaciones anteriores tuvieron. Buscan el equilibrio en todo lo que hacen y buscan la paz interior. Por ello, seguramente son personas conformistas, felices con lo que tienen y lo que la tierra les proporciona y que no van a acudir a la violencia para hacerse con lo ajeno y probablemente es por esta razón que Vietnam sea un país tan seguro para el turista extranjero.

El arte de viajar, en todo caso, supone un acto de humildad permanente, porque descubres que te equivocas más de lo que podías pensar. Tus prejuicios se derrumbarán apenas salgas de las instalaciones del aeropuerto y te enfrentes a una nueva realidad.


Esta fue la primera foto que hice, mi primer choque con la realidad. (Hanoi)
Un buen viaje es aquel que cambia algo en tu interior, y que te enseña, a través de los ojos de los otros, algo nuevo sobre ti mismo. Vietnam me enseñó a valorar lo relativo de las cosas y los problemas, la importancia que estos tienen, justo la que yo quiera darles. Me enseñó a conocer una nueva cultura, admirable, y a descubrir rincones y aspectos que por mucho que quisiera contarte, no sabría describir a la perfección.

Otros artículos de este blog que te recomiendo leer:

- Por más vueltas que le demos "al final todos acabamos en una caja de pino"
- El azafrán y la humildad, dos conceptos de mucho valor


2 comentarios:

  1. Así es... una experiencia única, una cultura fascinante, sus calles y su gente no dejan indiferente a nadie, debemos aprender mucho más de ellos. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario :) y por acompañarme en esta aventura!

      Eliminar