Estamos en ABRIL, mes de la Canela y la Polivalencia en este Blog.
Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.
La globalización, el exponencial desarrollo tecnológico, el avance de las comunicaciones y el transporte han sido y son los principales motores del cambio en el funcionamiento y organización de las empresas de hoy. En esta transformación corporativa las necesidades empresariales son ahora también distintas a las de años anteriores, y esto afecta directamente a la composición de los recursos humanos de las compañías.
Los
candidatos con experiencia en un área, una amplia red de contactos y
disponibilidad para la movilidad departamental o geográfica tienen mayores
posibilidades de acceder a nuevas oportunidades laborales. Pero no son las únicas competencias que demandan las empresas. Ahora buscan también la polivalencia.
La globalización, el exponencial desarrollo tecnológico, el avance de las comunicaciones y el transporte han sido y son los principales motores del cambio en el funcionamiento y organización de las empresas de hoy. En esta transformación corporativa las necesidades empresariales son ahora también distintas a las de años anteriores, y esto afecta directamente a la composición de los recursos humanos de las compañías.
Los expertos en selección
coinciden en que las organizaciones necesitan de trabajadores que, además de
estar en posesión de una determinada titulación, cuenten con otra serie de
cualidades profesionales como pueden ser el trabajo en equipo, dotes de comunicación,
habilidades comerciales, etc., que varían en función del puesto
de empleo concreto.
Y en esta tendencia de selección
por competencias, la especialización en un sector o área de conocimiento,
que se adquiere a través de la experiencia laboral, es desde hace unos años una
de las claves para la diferenciación frente a otros candidatos. Sin embargo, en
entornos tan fluctuantes, las compañías han detectado que no solo con la
especialización la empresa consigue ser más productiva, rentable y por tanto
competitiva.
En este sentido, la
especialización ha ido dejando paso a la polivalencia, o la
capacidad y disponibilidad para ejecutar diferentes tareas, permitiendo que una
persona se adapte rápidamente al cambio, y sea capaz de responder de manera
favorable a las nuevas exigencias de las empresas.
En tiempos de la Revolución
Industrial, con el auge de las fábricas, el trabajo se repartía entre numerosos
empleados que se convertían cada uno en parte del engranaje de una gran
máquina. Así, a medida que cada uno se especializaba en una tarea se volvía más
productivo, mejorando así la eficiencia de la fábrica en su conjunto. Pero uno
de los grandes problemas que comenzaron a aflorar es que los trabajos solían
volverse monótonos, tediosos y, como consecuencia, disminuía la satisfacción y
por tanto la productividad.
Si bien existen, y siempre
existirán, trabajos técnicos que requieren de cierta especialización, la
polivalencia ofrece beneficios tanto para el trabajador como para la empresa.
Por un lado, los empleados adquieren nuevas habilidades y competencias siendo
así versátiles y con capacidad para adaptarse a diferentes entornos y asumir
nuevos desafíos. De este modo, se consigue ampliar las oportunidades laborales.
Por otra parte, para las compañías se benefician de esos completos recursos
humanos sin los cuales no tendrían la potencia necesaria para desarrollar su
actividad al ritmo y bajo las exigencias que marcan los mercados altamente
competitivos en el siglo XXI.
“Los profesionales de hoy deben
contar con una serie de conocimientos o habilidades con independencia de su
carrera profesional como es la capacidad para hablar diferentes idiomas, de
comunicarse, manejar programas informáticos, entre otras. Pero la polivalencia
debe ser siempre entendida como una apuesta por empleados con capacidad para
realizar diferentes tareas relacionadas con su área de conocimiento, nunca como
la oportunidad para exigir la realización de múltiples y dispares funciones a
una misma persona recortando así en personal”, comenta Javier
Caparrós, director general de Trabajando.com y HR-Consulting España.
Y añade que el objetivo de contar con este tipo de trabajadores es mejorar el
rendimiento, la productividad y competitividad de la empresa, no ahorrar
costes.
Claves para tener equipos
polivalentes
Para conseguir una empresa con
empleados polivalentes, se deben tener en cuenta algunos aspectos:
- La polivalencia no significa realizar tareas de áreas totalmente diferentes a las que desempeña el trabajador. Un diseñador no puede asumir responsabilidades de un contable, o estaríamos aquí en un claro ejemplo de recorte de personal.
- Es importante la capacitación previa.
- El profesional debe contar con el apoyo de las otras áreas de trabajo de tal modo que se genera una situación de solidaridad laboral.
- Existe también la polivalencia inmediata que es aquella que, por cuestiones de bajas por enfermedad, ausencias o vacaciones, algunos trabajadores asumen tareas que poco o nada tienen que ver con sus obligaciones laborales. Si queremos trabajadores polivalentes a largo plazo, la empresa debe ser consciente de que es necesario dejar un tiempo para la capacitación si no queremos fracasar.
- La plantilla debe tener claro los objetivos de su cargo y qué es lo que se pretende con las nuevas tareas asignadas.
- Una empresa con empleados polivalentes debe entenderse como una estrategia WIN-WIN: el profesional adquiere mayores competencias y conocimientos, mientras que la empresa tiene un trabajador capaz de asumir diferentes responsabilidades, aportando una perspectiva más enriquecedora.
- Es más, por lo general el trabajador polivalente tendrá una mayor motivación, innovación y compromiso dado que por sus múltiples tareas se siente más útil y entiende que puede ser valioso para realizar otras tareas.
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