Tanto en la vida profesional como en la personal hay veces que acaparamos más tareas de las que en realidad podemos asumir. En unas ocasiones debido a la desconfianza que se nos genera al pensar que al dejarlas en manos de otro pueda suponer que después tengamos que ir a rehacer el trabajo, habiendo perdido el tiempo. En otras, por el miedo a decir “no”.
La
confianza en uno mismo es importante, pero llevada al extremo y pensar que sólo
uno es capaz de llevar a cabo una tarea con éxito puede provocarnos situaciones
de estrés. Del mismo modo, el ser incapaz de decir un “no” cuando toca puede
poner nuestro reloj en contra y no llegar a cumplir con los objetivos que, en
gran medida, nosotros mismos nos habíamos comprometido a alcanzar.
La
capacidad de delegar tareas y la asertividad pueden ser dos armas que jueguen a
nuestro favor para descargarnos de situaciones de estrés que nos sobrepasen.
Te
presento estas dos habilidades:
- Saber
delegar:
La predisposición y
la
implicación a la hora de llevar a cabo las tareas propias y en ocasiones
incluso otras que no son de tu competencia directa, pero que crees
poder llevar
a cabo, pueden volverse en tu contra y transformar tu valía como buen
profesional o persona en alguien incapaz de gestionar y lleno de carencias.
¿Conoces la Matriz de Eisenhower para priorizar tareas?
¿Conoces la Matriz de Eisenhower para priorizar tareas?
En ella se dividen las tareas en 4
grupos según su Importancia (referida a si la tarea es crucial para llegar a
los objetivos y metas personales/profesionales) y su Urgencia (referida al
tiempo, a las consecuencias que se desprenden de que esa tarea no se aborde
inmediatamente).
Mira los cuatro cuadrantes en la imagen del artículo. Con ella quizás tengas una ayuda a la
hora de saber qué delegar y qué gestionar por ti mismo. Ya sólo te faltará
encontrar a la persona adecuada y de confianza en quien delegar.
- Ser
asertivo/a:
La asertividad es más que decir “No”.
Una conducta asertiva implica la expresión directa de los propios sentimientos,
necesidades, opiniones… sin amenazar o castigar a los demás, pero tampoco sin
someterse a las peticiones de otros.
Ser asertivo/a te puede facilitar la
comunicación al demostrar que actúas con franqueza y sinceridad ante una
situación sobre la que tienes alguna creencia, opinión y capacidad de decidir.
Esta habilidad social, como cualquier
otra, puede trabajarse mediante un correcto uso de la mirada, la postura, el
tono y el volumen de la voz. De nuevo, la parte emocional con la que se dicen
las cosas (ese feelback del que en su momento hablé) tiene un papel fundamental
en la comunicación interpersonal.
Llegados
a este punto, afirmo que “Saber delegar” y “Saber decir no” son dos habilidades
que pueden ayudarte, entre otras cosas, a ser más eficiente y eficaz en el
cumplimiento de tus funciones y tareas como profesional y como persona.
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