miércoles, 2 de septiembre de 2020

SEPTIEMBRE: Lo que la Oveja nos recuerda sobre la Polivalencia

Si de algo ya estábamos convencidos en los últimos años era que en las empresas, como en la vida misma, las “personas para todo” estaban ganando protagonismo e interés debido a los tiempos convulsos y cambiantes en los que vivimos. Ahora, en plena pandemia del Covid19, la convulsión y el cambio se han multiplicado exponencialmente, tanto en rapidez como en dureza de impacto. Es por ello, que nos hemos visto más obligados que nunca a cambiar de un día a otro nuestras formas rutinarias de hacer, sin dejarnos opción a experimentar un cambio paulatino, poco a poco, a un ritmo sin prisa, pero sin pausa. Este mes dedicaré el espacio de “Nosotros: las personas” a hablar de la polivalencia.

Para seguir con nuestra temática animal del 2020 en este blog, la analogía de la polivalencia la haré con uno de los animales más polivalentes que tenemos desde el punto de vista del beneficio humano: la Oveja.


La oveja es un mamífero rumiante doméstico usado como ganado en prácticamente casi todo el mundo y durante todos los tiempos pasados. Generalmente, poseen pelo rizado que puede ser blanco o en diferentes tonos marrones y que recibe el nombre de lana. Según la raza, tienen unos cuernos laterales en forma de espiral. Las hembras suelen pesar entre 45 y 100kg, mientras que los machos pueden llegar hasta los 160kg. Tienen pupilas horizontales con un amplio grado de visión periférica, pudiendo ver incluso detrás de ellas sin necesidad de girar la cabeza. Son animales exclusivamente herbívoros que no defienden territorios y tienen una inclinación natural de seguir siempre a un líder, por lo que se convirtieron fácilmente en una de las primeras especies de ganado en ser domesticadas, además de por su instinto de permanecer estrechamente agrupadas. Utilizan el balido como forma de comunicación, básicamente entre la madre y sus corderos, aunque en ocasiones también para expresar angustia, frustración o impaciencia. Un rebaño de ovejas suele ser fecundado por un solo macho, que habrá luchado con otros carneros durante el periodo anterior al celo para establecer su dominio. La gestación dura 5 meses y suelen nacer uno o dos corderos. Su esperanza de vida está entre los 10 y 12 años, aunque algunas pueden vivir hasta 20. Las ovejas son una parte importante de la economía agrícola mundial, fundamentalmente por su lana, su carne y su leche.

Como observamos, la oveja nos proporciona lana, carne y leche y es por ello que la utilizo como analogía para explicar la polivalencia, pues es un animal que en cierto modo ha servido y sirve para el beneficio de todos los humanos. Una persona intolerante a la lactosa, por ejemplo, no podrá beneficiarse de la leche y productos lácteos que se obtienen de la oveja, pero probablemente podrá comer su carne. Una persona vegetariana, seguramente no quiera probar su carne, pero podrá beneficiarse del calor que proporciona su lana. En función de las necesidades de cada uno, en función de las necesidades de cada situación o de cada momento, la oveja podrá aportar su granito de arena para cubrirlas.


La sociedad cambiante de los últimos años a ritmos acelerados y la actual situación paralizante y a la vez cambiante ocasionada por el coronavirus nos hace valorar más que nunca los perfiles polivalentes, los resilientes, los que podrán ofrecer su talento y sus habilidades para las necesidades que se presentan, probablemente muy diferentes a las que había tan solo unos meses atrás o las que pueda haber de aquí a unos meses. El personal sanitario y asistencial y su nuevo rol en la psicología, el empresario y su nuevo rol en la prevención de la salud, el personal docente y su nuevo rol en la formación a distancia, los padres y su nuevo rol mixto y solapado doméstico-laboral-educativo, las empresas de sectores dispares y su nuevo rol de reinventarse en la producción de material sanitario… y así podríamos hacer un gran listado de personas que han visto alterado su modus operandi normal, el cual ha sido sustituido por un modus novedoso, reactivo y acelerado, sin el que el perfil polivalente que se poseyera intrínsecamente no hubiera sido posible.

Desde un punto de vista de los recursos humanos, ámbito al que como bien sabéis me dedico profesionalmente, estoy convencido que la interpretación de los currículums vitaes sufrirá a partir de ahora un nuevo giro en las empresas. Las conocidas como soft skills vuelven a tomar protagonismo frente a la formación y los títulos académicos, que sin dejar de ser importantes, se verán claramente complementados por la adaptabilidad a los cambios, la polivalencia, la capacidad resolutiva, el trabajo en equipo, la creatividad… Decir “yo soy licenciado en enfermería” o decir “yo estuve trabajando en plena pandemia en un hospital” se interpretarán de formas muy diferentes. Decir “yo soy licenciado en empresariales” o decir “yo estuve liderando un equipo a distancia con quien conseguimos salir prácticamente ilesos e incluso reforzados de la crisis del Covid” se leerá también de manera muy distinta.

CUANDO SE ES POLIVALENTE EL RESULTADO DE TU TRABAJO PARECE FRUTO DE UN EQUIPO, ¡ESTO SÍ ES EFICIENCIA! (Almir Silva)

En definitiva, tenemos que pensar que esta situación, esta crisis, no deja de ser una oportunidad a futuro en la que sacrificaremos, pero de cuyo sacrificio debemos extraer el aprendizaje necesario para aprovecharnos de tiempos venideros más gloriosos. Ahora ha llegado la hambruna, ahora necesitamos la carne y la leche de la oveja, pero quizás cuando la hambruna haya pasado y tengamos otros alimentos que escoger, seguiremos necesitando a la oveja, porque también nos ofrecerá la lana con la que abrigarnos en invierno o con la que vestir nuestras mejores prendas para salir tranquilamente a pasear por las calles de nuestra ciudad directos al restaurante donde nos esperan todos nuestros amigos con quienes festejar el fin de esta pesadilla.

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