Uno
de los temas que más ha preocupado a las personas, a las empresas y a los
países últimamente ha sido la imagen y huella que dejan en los demás. Lo que se
conoce como Marca o Brand (en inglés). El proceso de construcción de esta marca
es el branding y con él se busca principalmente el lograr siempre el mejor
posicionamiento.
En
esta ocasión, y para hablar del branding, viajamos hasta Suiza, oficialmente
conocida como Confederación Suiza, un país ubicado en Europa central y que
cuenta con una población de 8 millones y medio de habitantes y una superficie
superior a 41 mil km2.
Zurich
es su ciudad más poblada y Berna su capital. Según su PIB per cápita es el
cuarto país más rico del mundo. Limita al norte con Alemania, al sur con
Italia, al oeste con Francia y al este con Austria y Liechtenstein. Es la sede
de varias organizaciones internacionales, como la Cruz Roja y la ONU y cuenta
con cuatro idiomas oficiales: alemán, francés, italiano y romanche.
Palacio de las Naciones de Ginebra, sede europea de la ONU |
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Del
mismo modo que un país trabaja su marca para mostrar sus fortalezas de cara a
la atracción del turismo, de nuevas empresas inversoras o simplemente para
difundir su visibilidad como estado de bienestar y aparecer en el top de los
mejores rankings, las organizaciones y las personas deben tener muy presente su
marketing si quieren destacar y ser los mejores.
Hoy
en día las empresas ofrecen prácticamente los mismos servicios y productos a
sus clientes. Pongamos el ejemplo del sector retail moda, ¿qué te puede ofrecer
El Corte Inglés que no te pueda ofrecer Zara o que no te pueda ofrecer H&M?
Pues hoy en día casi nada, tenemos ropa de mujer, hombre y niño, zapatos y
complementos, precios asequibles, alta gama, sport, casual y deporte, podemos
comprar por Internet, tenemos comercios en cada calle principal de cualquier
ciudad… ¿entonces?. Quizás tengan que fijarse más en el tipo de atención al
cliente que sus dependientes y dependientas ofrecen a sus clientes, pues es ahí
donde radicará la decisión de estos de decidirse por una marca u otra a la hora
de realizar sus compras.
Con
las personas ocurre exactamente lo mismo. Con mi gorra de headhunter, ¿qué me
ofrecen a mí de diferente dos curriculums que han estudiado Administración y
Dirección de empresas, que han realizado máster en ESADE y que aportan la misma
experiencia y hablan los mismos idiomas?. Quizás el punto diferenciador para
acabar de decirme por un candidato u otro surja durante la entrevista de trabajo,
cuando se vea claramente que uno de ellos tiene una marca personal mucho más
trabajada, más coherencia entre lo que dice y lo que hace, su estilo, su
organización y claridad en los comentarios e ideas que desarrolla… cómo se
vende, cómo comunica…
Al
final, se trata de saber encontrar qué puntos fuertes tenemos respecto a la
competencia, destacarlos para darles mayor visibilidad, ser coherentes con
ellos en todo lo que digamos y todo lo que hagamos y con saber encontrar el
punto diferenciador con respecto a nuestros coetáneos, iguales y/o competidores
para conseguir ser únicos.
No
sólo Suiza ha sabido trabajar su branding y posicionarse en los mejores
rankings, otros países con más o menos éxito lo han intentado también: “Marca
España”; “Hay un Perú para cada quién”; “La respuesta es Colombia”; “Esencial
Costa Rica”; “Marca País Honduras”; etc. El branding se ha convertido ya en una
necesidad tanto para los países, que deben mirar por su economía; las empresas,
que deben asegurar su competitividad y liderazgo en el sector al que se dedican;
y las personas, que estamos cada vez más posicionados en redes sociales y en
interacciones que traspasan fronteras y que forman parte muy importante en
nuestra reputación y en nuestro potencial de cara a promocionar en el trabajo,
encontrar un nuevo empleo o, simplemente, ser valorado y un referente para los
demás.
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