- Amalia Rodríguez, directora de RRHH de Heineken España, habla con Business Insider sobre la premiada política hacia los empleados de la compañía.
- Heineken ha sido nombrada Top Employer de 2018 en Europa.
- Una de las claves es el employer branding' con el que la compañía trata de atraer talento y de "enamorar" a sus empleados.
En la sede de Madrid, no podía faltar un bar en el que disfrutar de unas cervezas |
Cuando escucha la expresión "retener el talento", Amalia Rodríguez salta de la silla como un resorte.
"Tú no puedes retener a
alguien", apunta rápidamente la directora de Recursos Humanos de Heineken
España que ha sido nombrada Top Employer de 2018 en Europa por
su política con los empleados.
"Puedes hacer cosas para que
continuamente el empleado quiera formar parte de la empresa. Por eso, creo
que el talento no se retiene, sino que se alimenta para que el
empleado pueda tener una conversación continua de desarrollo con la
empresa". Algo parecido al amor.
Rodríguez lo define como una especie
de contrato que hay que ir renovando cada cierto tiempo y en el que la
empresa intenta cumplir las expectativas del empleado, que a su vez
se compromete con su tiempo y su trabajo. Cuando ambas condiciones se cumplen, es
"como estar enamorados constantemente: no voy contigo porque no tenga a
dónde ir; voy contigo porque quiero ir", explica.
Como en las relaciones de pareja, el
equilibrio es complicado: a veces, el empleado no ve satisfechas sus
expectativas; otras, es las compañías la que no ve claramente un retorno por
parte del trabajador.
Por eso, una de las preguntas que
Rodríguez considera indispensable que cualquier empleado se haga a la hora de
entrar en una empresa es: ¿cuáles son mis expectativas en los próximos
5 años? De la respuesta a esta cuestión —y de la capacidad de la
empresa para poder satisfacer esas expectativas—, se desprende casi desde el
principio si una persona va a ser feliz en una compañía.
El employer branding, una
forma de crear marca de cara a los empleados
En el otro extremo, la empresa juega un papel
crucial a la hora de captar y mantener el talento en su empresa.
En este sentido, el employer
branding —que Álvarez define como el "valor de marca como
empleador"— es la mejor carta de presentación de una compañía de cara
al potencial trabajador.
"Se trata de contar lo que tú
eres a tus futuros candidatos, crear un storytelling de lo que
somos", explica. Y, lo más importante: esa narrativa debe ser un "fiel
reflejo de lo que es nuestra casa y responder a lo que realmente se va a
encontrar el empleado".
No es, por lo tanto, un método de vender
tu empresa y hacerla atractiva para los candidatos; al contrario, lo que se
busca es establecer unas líneas de actuación por parte del departamento de RRHH
que van desde la contratación hasta la formación o el desarrollo de la carrera
del empleado. Y de ser completamente transparente.
Según Rodríguez, la clave reside en aportar
"soluciones diferentes" a esas expectativas, desde el concepto de una
empresa "multilocal": una mezcla entre una compañía
internacional como Heineken y una fuerza de trabajo que, en su mayoría, reside
en el lugar de producción.
Así, se promueve tanto el talento local
como la posibilidad de "hacer carrera en cualquiera de los países o
ciudades en los que Heineken está presente".
Aunque se trata de una movilidad "en
todos los niveles, tanto junior como senior", uno de los atractivos
de Heineken es el denominado International Graduate Programme,
en el que participan todos los países para la selección final y el cual permite
a recién graduados moverse por distintas localizaciones en función de las
campañas y la producción durante dos años.
En ese modelo, Heineken tiene "más
parecido con una empresa local" que con una multinacional. Eso
sí, gracias a sus planes de carrera internacionales, cuenta con la ventaja de
tener muchos perfiles que pueden captar de otras sedes de la compañía.
"Si tenemos a un candidato que haya
hecho un Erasmus, lo queremos", resume Gutiérrez.
El secreto para mantener un nivel
de engagement alto y estable
En la última encuesta de la compañía, el
nivel de engagement de la plantilla se situó en el 86%,
"un índice muy alto, pero al mismo tiempo muy estable, ya que se ha
mantenido entre el 85% y el 90% en los últimos 7 años",
explica.
Esto deriva en una "fuerte generación
de identidad" en cada una de las sedes. Heineken tiene repartidas cuatro
por España: Madrid, Sevilla, Jaén y Valencia.
Para Gutiérrez, "cuando tienes una
empresa muy fuerte, los contratos emocionales van más allá del contrato laboral.
Esta es una empresa con alma, que tiene marcas con mucha alma: Heineken
es un icono; Cruzcampo es una religión".
Esa identificación con la empresa se ve
tanto en los empleados más antiguos —por ejemplo, "ese operario de una
ciudad pequeña que lleva 35 años en la compañía" y la siente "como su
segunda familia"— como en los más jóvenes, quienes tienen otras
inquietudes más relacionadas con la internacionalización y la flexibilidad en
la retribución y los horarios.
De este modo, Gutiérrez cree que es bueno
combinar "medidas tradicionales" —salario, cercanía al lugar de
residencia, etc— con algunas más modernas, las cuales divide principalmente en
tres ámbitos: diversión, diálogo y trabajar en círculos.
El resultado es una compañía con 1.800
empleados (600 en puestos industriales), de 17 nacionalidades distintas y
con capacidad para encontrar soluciones gracias a su modelo de empresa multilocal.
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