La
habilidad para percibir, entender, razonar y manejar las emociones de uno mismo
y la de los demás es lo que generalmente conocemos como Inteligencia Emocional. Esta habilidad está relacionada con ciertas
capacidades que determinan cómo reaccionará una persona ante sus propios
sentimientos y ante los sentimientos de los otros.
Una
persona emocionalmente inteligente muestra automotivación,
perseverancia a pesar de las
dificultades y frustraciones, autocontrol,
empatía y comprensión ante las
necesidades de los demás y, ante todo, mucho positivismo.
Partiendo con estas cuatro pinceladas introductorias a la inteligencia emocional no cabe
duda que debemos elaborarla, potenciarla y practicarla primero internamente para, después, ser capaces de utilizarla en
beneficio a quienes nos rodean. Es por ello que para ser más inteligentes a
nivel emocional tenemos que hacer hincapié en estas 7 capacidades, recordando la secuencia: primero tiene que ser
internamente y segundo con y para los demás.
- Sé empático: para poder ponerte en el lugar de los demás, primero debes saber identificar tus pensamientos y sentimientos y la fuerza que cada uno de ellos ejerce sobre las decisiones y acciones que llevas a cabo. Cuando llegues a entender que tus emociones te hacen actuar de una forma u otra estarás preparado para poder entender en qué grado cada persona puede actuar de distinta manera y verse afectada con diferente intensidad ante una misma situación.
- Sé resiliente: aprende a reconocer el desencadenante de tu estrés y cómo afrontarlo ante situaciones difíciles. La capacidad para salir airoso de una situación difícil, de la cual te llevas un aprendizaje y un refortalecimiento de tu fuerza interior, es necesaria para trasladar esa misma fuerza a las personas que estén pasando por un bache emocional.
- Ábrete a nuevas ideas: combate tus miedos, sólo tú puedes conseguirlo. Lánzate, atrévete, prueba y sal de tu zona de confort. Descubre todo aquello que te estás perdiendo a tu alrededor y sólo cuando lo hayas intentado podrás determinar qué te gusta y qué no.
- Sé desinteresado: una persona egoísta carece de empatía y dirige sus conductas a su propio beneficio. El altruismo te va a permitir hacer cosas por y para los demás sin esperar nada a cambio. Nunca se sabe si algún día vas a ser tú quien de ellos necesites un empuje de ilusión.
- Autoconócete: atiéndete a ti mismo y conócete ¿cómo si no podrás conocer a los demás?. Está bien que sepas conocer tus puntos fuertes y tus limitaciones, de este modo es mucho más fácil entender que los demás también las tienen y no tienen por qué ser las mismas que las tuyas.
- Comunica: practica tus habilidades comunicativas. Tan importante es la comunicación intrapersonal como la interpersonal. Y la segunda nunca podrá ser excelente si antes la primera no se ha trabajado correctamente.
- Sé optimista: asumido queda que todo tiene su parte positiva y su parte negativa. Debemos aprender a hacer del limón limonada y llegar a entender que cualquier contratiempo siempre es una lección que nos permite ser cada vez más sabios.
Y
recuerda que tener una inteligencia emocional bien trabajada posibilita el
éxito en las relaciones humanas y profesionales, contribuye al clima
constructivo en las organizaciones, potencia la creatividad y nos acerca a la
felicidad en tanto nos sentimos mejor con nosotros mismos y con el feedback que
de los demás recibimos.
¡Me encantó! Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos a lo lejos compañero.
Muchas gracias David. Un gusto escuchar eso. Un abrazo!!
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