La felicidad es el tema que va a ocupar
espacio en ‘Nosotros: las personas’ durante este mes de abril. Y como no podía
ser de otra manera cuando pienso en un personaje famoso que inspire felicidad,
me viene a la cabeza el tío más feliz que veía en TV cada mediodía cuando salía
del colegio y llegaba a casa a comer: el Príncipe de Bel-Air.
En efecto, Will Smith es el personaje
que acompaña al tema del mes. Willard Carroll Smith, Jr. es un actor y rapero
estadounidense que ha tenido éxito en ambas facetas artísticas. Alcanzó su fama
precisamente durante los 90 con la serie de televisión ‘The Fresh Prince of Bel-Air’, ‘El
Príncipe de Bel-Air’ en la versión española. A mitad de los 90 pasó de la
pequeña a la gran pantalla, actuando en películas taquilleras como ‘Dos policías rebeldes’, ‘Independence Day’, ‘Men in Black’, ‘Yo, robot’
o ‘En busca de la felicidad’, entre
otras, y fue nominado tanto en los Premios Óscar como en los Globo de Oro.
A Will Smith le hemos visto en numerosas
ocasiones en el programa de la televisión española ‘El hormiguero’, como invitado. En 2013, adquirió los derechos para
EEUU de este programa. Y, siempre el humor, la sonrisa y el “buen rollo” le
acompañan.
Sobre la última de las películas que he
mencionado antes, ‘En busca de la
felicidad’ (2006) se cuenta la historia basada en hechos reales de Chris
Gardner, un padre indigente que llegó a ser multimillonario en la década de los
80. Esta película habla del afán de superación y del no rendirse nunca,
acompañado siempre de un buen saber estar, una excelente educación, calidad de
servicio y entrega, coraje, sacrificio, confianza, ilusión y positivismo.
Y es que la felicidad… ¿qué es la
felicidad mas que un estado de utopía abstracto e inalcanzable como tal?. Esta
sería mi pregunta y a la vez respuesta sobre el término que todos perseguimos e
intentamos definir durante nuestros años en este mundo. Nadie sería capaz de
definirla correctamente y, en cambio, todos sabrían explicarla teniendo razón…
porque la felicidad es un ente abstracto que cada uno la interpreta, la percibe
y la vive (o no) a su manera.
Un indigente, un anciano, un barrendero,
un niño sin recursos que vive en el África subshariana o un paciente de la
unidad de oncología de un hospital infantil pueden ser igual o más felices que
los que ocupan las primeras posiciones del Forbes, el director general de una
gran compañía, el niño que vive en el centro de Mónaco o en Bervely Hills o el
que disfruta de unas vacaciones esquiando en las pistas de Zermatt en Suiza.
La felicidad es un estado
momentáneo que tiene un efecto de subida y otro de bajada claramente definidos.
Acuérdate de un momento en el que hayas tenido una gran sorpresa, seguro que te
has sentido la persona más feliz del mundo ¿cuánto tiempo dura esa sensación?,
¿minutos, quizás horas?... pero después ya vuelves a “no ser tan feliz como te
gustaría” y a seguir buscando esa zanahoria de la felicidad que tienes ahí
delante de por vida y que nunca logras coger.
Cuando escucho a alguien decir que no es
feliz siempre doy el mismo consejo… no mires todo de manera global, piensa y
céntrate en lo pequeño: salir a pasear, a correr, escuchar el canto de los
pájaros mientras das una vuelta, el sonido de las olas al romper en la orilla
del mar, un delicioso café en tu terraza preferida, la lectura de un libro, una
conversación con tu madre,… cualquier momento es válido para sentirse feliz. Ésa
y no otra es la auténtica felicidad, la tienes ahí, a tu alcance en cada
momento. Sólo depende de ti que quieras agarrarla y disfrutarla durante un
efímero instante.
"Money and success don't change people; they merely amplify what is already there" |
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