Hace
unos días acudí a un taller de liderazgo, en el que se habló de los diferentes
estilos que puede adoptar un líder, llegando a la conclusión de que ninguno es
bueno por sí solo, sino que un buen líder necesita saber adoptar un rol de
liderazgo u otro dependiendo de cuál sea la situación, las personas que forman
parte de sus equipos y el momento en el que interaccionan.
Con
esto me adelanto al final de este artículo, dando por concluida la “clave” de
cuál es el mejor estilo de liderazgo: ninguno por sí solo, sino un mix de
todos.
Antes
de seguir con los diferentes estilos quiero aclarar un aspecto e introducir el
ingrediente o especia que dará juego durante este mes de julio.
En
cuanto el aspecto a aclarar, me referiré a que lo que viene a continuación es
una clasificación de estilos de liderazgo similar a otras que se puedan
encontrar en Internet o en libros que traten sobre esta temática, pero que cada
autor los denomina como quiere, del mismo modo que suprime algunos estilos o
añade otros que podrían ser igualmente válidos siempre y cuando estén dentro de
la definición de líder que sí debe ser aceptada por todos para que estas
clasificaciones tengan cierto sentido y validez.
¿Qué
es un líder?
Líder
proviene del inglés leader,
y hace referencia a conducir, guiar, dirigir..., por lo tanto, un líder es el individuo de un grupo que ejerce una
mayor influencia en los demás y presenta la habilidad de convencer a otros para
que trabajen con entusiasmo y lograr los objetivos definidos. Es en resumen,
aquella persona que hace que los demás hagan, pero no por imperativo o rango
(eso será un jefe), sino porque los demás le consideran el guía, aprueban y
comparten lo que dice y hace y además, y lo más importante, es el propio grupo
el que le otorga la categoría de Líder.
En
cuanto a la especia de este mes, me gustaría hablar del Curry, pues se trata de
un condimento que no existe por sí solo, sino que es una mezcla de otras 16 ó
20 especias, algunas de las cuales ya hemos tenido como protagonistas en meses
anteriores: la cúrcuma, la canela, el cilantro, el clavo, el comino, el
jengibre, la pimienta, son algunas de estas especias que dan color, olor y
sabor al curry. Toda
la cocina oriental lo usa, siendo un condimento fundamental en la India, Asia
Sudoriental y el Caribe. Esta mezcla de especias casa con esa mezcla de estilos
de liderazgo que un buen líder debe saber combinar y compaginar y casa también
a la perfección con la idea de que el curry es un equipo de especias diferentes
con un mismo objetivo que es el de dar un toque especial a los alimentos
preparados, del mismo modo que para que exista un líder deberá haber un equipo
de personas, obviamente cada una con sus particularidades, pero todas
orientadas a un mismo objetivo.
Vamos
ahora a ver esos estilos de liderazgo que deben saberse escoger y compaginar en
cada momento:
Para
ser líder primero hay que saber liderarse a sí mismo (ser responsable de), por
lo que si soy responsable de mi familia, de mi trabajo, de mis promesas… estoy
preparado para empezar a adoptar otros estilos de liderazgo. A este se le
conoce como el liderazgo interior.
Otro
estilo es el liderazgo de frente. Es
el líder que toma las riendas del proyecto, la iniciativa, quien desemboza la
situación cuando ésta ha quedado bloqueada. Pero que lo hace siempre hacia un
objetivo conocido y compartido por todos y siempre dando un paso al frente,
abrazando a los demás para que le acompañen en ese paso.
El
liderazgo desde atrás, se entiende
como el espejo y ayudante del líder de frente. Podría considerarse una figura
de apoyo al líder principal o a otra persona que, aun sin ser el líder, puede
estar llevando las riendas del equipo, como por ejemplo el jefe o responsable
del grupo. Es aquella persona que ha llegado a un pacto con el líder de frente
en cuanto a la meta a la que tienen que llegar. Cuando el primero se desvía del
camino, el líder desde atrás le reorienta, le corrige constructivamente, porque
está saliéndose de los términos pactados. Mientras el líder desde el frente da
un paso adelante intentando arrastrar a que todo el equipo también lo dé, el
líder desde atrás empuja a quien se queda en una posición de duda,
escuchándole, dándole argumentos, empatizando y solventando los errores o gaps
que el otro líder haya podido dejar por el camino.
El
estilo de liderazgo colaborador se
ejerce cuando el líder queda diluido en el equipo. Utiliza el “nosotros” y no
tanto el “yo”, permite conocer los puntos fuertes y áreas de mejora de todos
los componentes y actúa como director de orquesta, delegando tareas según
quiénes pueden hacerlas mejor y con mayor motivación e implicación y confiando
en todos y cada uno de los que forman parte del grupo. El líder colaborador se
compromete igual que el resto, haciendo su parte del trabajo y aceptando
críticas y opiniones, de tal manera que acepta y vende el resultado final como
trabajo del equipo sin hacer nunca mención a quién haya podido aportar más o a
quién haya aportado menos.
Finalmente,
el liderazgo de campo, se ejerce
cuando se actúa por intuición. Es la persona que consigue cambiar totalmente el
rumbo pactado en un inicio, porque intuye que hay una mejor forma de hacer las
cosas. Tiene la capacidad de conseguir que los demás acepten el cambio y tiene
el gran reto de encontrar las razones para que ello sea posible. Es un líder
que apuesta por la creatividad, que no tiene miedo a equivocarse y que invita a
los demás a probar y salirse de los renglones para investigar nuevos campos de
trabajo.
En
definitiva, el buen líder sabe utilizar un estilo u otro en función del
contexto, de las personas y del momento en el que se encuentre. Tiene que
conseguir un equipo unido, uniforme y con cierto estilo que lo haga potente y
único, al igual que el curry es una especie potente, que difícilmente pasa
desapercibida, cumpliendo su objetivo en aquellos platos para los que ha sido
elaborada.
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