Tenemos dos maneras de tomar
decisiones: la emocional y la racional. La primera se basa en la mente que
siente mientras que la segunda se basa en la mente que piensa.
Todo un entresijo de
acciones y reacciones que tiene un sustento biológico protagonizado por un lado
por la amígdala, situada en el lóbulo temporal de nuestro cerebro y clave en el
sistema neural de las emociones, y por otro lado por el neocórtex, que recubre
nuestro lóbulo frontal y es el encargado del análisis y del pensamiento.
La mente emocional, la que
actúa de manera rápida y sin reflexión, es muy útil cuando se trata de
responder ante situaciones en las que la supervivencia es lo más importante. En
situaciones de peligro nuestro cerebro debe reaccionar de manera emocional,
pues la respuesta debe ser rápida en el tiempo. La mente racional, en cambio,
es la que nos permitirá meditar las consecuencias que pueda acarrear el actuar
de un modo u otro y, en función de nuestros intereses, nos permitirá optar por aquella
conducta que nos parezca más acertada.
En muchas ocasiones ocurre
que la amígdala empieza a responder antes que el neocórtex, que es el encargado
de analizar la información y barajar las diferentes posibilidades antes de
ordenar a nuestro cuerpo que ejecute una respuesta. La anticipación en la
respuesta por parte de la amígdala hace que muchas reacciones emocionales
ocurran sin ninguna participación consciente y esto hace que quien actúa bajo
este supuesto considere sus convicciones como absolutamente ciertas; es por
ello que se hace tan complicado poder razonar con alguien que está
emocionalmente dominado.
Sabiendo que las acciones
que surgen de la mente emocional acarrean esta sensación de certeza especialmente
fuerte y sabiendo también que la mente racional es la que nos permite ser más
analíticos, entenderemos por qué muchas veces cuando la mente racional empieza
a reaccionar es cuando nos preguntamos "por qué o para qué lo hice", sin entender
nosotros mismos nuestro propio comportamiento.
En el ámbito empresarial,
por ejemplo, la mente racional es la que debe gobernar para poder dar con las
decisiones más acertadas. Sentarte con tu jefe y decirle lo que realmente
piensas sería una reacción emocional en la que quedas totalmente al desnudo
ante las consecuencias que ello pudiera tener. Sin embargo, la intervención
del cerebro racional antes que el emocional te permitirá reflexionar sobre cuál
es la mejor respuesta que le puedes dar a tu jefe si quieres tener las
consecuencias más o menos controladas.
Como vemos, tanto la mente
emocional como la mente racional son buenas y son malas en función del momento
y situación en las que impere una sobre la otra. Lo ideal sería decidir cuál
utilizar en cada momento, pero muchas veces no tenemos tiempo para pensar en
ello y muchas otras ambas se difuminan de tal forma que uno ya no tiene la
nitidez necesaria para diferenciarlas y elegir la más idónea para la situación
que se presenta. Convendrás conmigo que a veces somos totalmente rehenes de
nuestra propia mente y que lo más difícil es encontrar el equilibrio, que se
convierte sin duda en la clave para que se lleve a cabo el comportamiento más
acertado.
Desde mi óptica la mente emocional al conectar con la conciencia tiene la capacidad de medir consecuencias. Al contrario de la mente racional que actúa por supervivencia para salvarse sin importar a quien se lleve por delante ya que decide desde el ego, desde el inconsciente. Mucho bien!
ResponderEliminarHola Dora, es más bien al contrario en cuanto la emocional actúa más por instinto (es más loca) mientras que la racional se basa en la planificación y en el cálculo de las consecuencias que puedan tener los actos a realizar (es más analítica y estructurada). Gracias por tu comentario y por leer el artículo! Un saludo
EliminarBuenísimo... seria bueno incluir la tercer mente... la mente espiritual!!!
ResponderEliminarSería bueno incluir la mente espiritual que nos vincula con la justicia y sabiduría de Dios!
ResponderEliminarTe invito José Félix a que reflexiones sobre la "mente espiritual" y compartas esa reflexión aquí en comentarios. Seguro que aporta valor al artículo. Gracias por tu mensaje. Saludos.
EliminarYa tengo desarrolladas ambas, pero debo encontrar el equilibrio entre estas....saludos
ResponderEliminarEsa es la parte más complicada Marcelo, por eso tenemos que hacer mayor esfuerzo. El primer paso, y ese ya lo tienes, es ser consciente de ello. Ánimo y gracias x el comentario. Saludos.
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