¿Te
suena? Seguramente si tienes perfil en LinkedIN lo habrás leído en muchas
ocasiones. Con este título quiero introducir hoy una nueva entrada que habla de
un pequeño detalle que puede convertirse en la lacra de tu currículum vitae.
Cuando
hablamos de marca personal siempre hemos dicho que debemos hacer una correcta gestión de la misma y, para ello, potenciar nuestros puntos fuertes y
distintivos hacia los demás. Porque nuestra marca personal debe ser lo más
exclusiva posible y debe tener algún elemento diferenciador que actúe como
captador de atención para aquellas personas que sobre nosotros puedan tener
alguna toma de decisión.
Si
yo me encargo de realizar la selección del personal de una empresa y decido utilizar las redes sociales como fuente de reclutamiento, lo que tengo
bastante claro es que me será imposible leer al detalle los cientos o miles de
currículums que están solicitando empleo. Para ello tengo que comenzar a
aplicar ciertos filtros que me ayuden a cribar una cantidad relativamente
pequeña de solicitudes con las que continuar el proceso de selección que esté
llevando a cabo. Ahora bien, si resulta que existe un estado común en muchos
currículums, difícilmente voy a poder distinguir con agilidad y en una primera
vista aquellos cuya marca personal ya se empieza a hacer visible en el propio
encabezado de su presentación. Sólo habría que pensar en una muestra por ejemplo de
100 currículums que en el titular profesional hayan indicado “En búsqueda
activa de empleo”; en este caso no existe a primera vista la originalidad que
haría diferente a uno con respecto a los otros 99. ¿Qué tal si le cambiamos el
encabezado a uno de ellos? “Emprendedor/a en el sector comercio”, “Creativo/a en
publicidad”, “Experto/a en hostelería”… cualquier formación o experiencia que
te avale como profesional será siempre mejor captador de atención que acudir a
una opción que no ofrece información de lo que estás dispuesto/a a ofrecer a tu
empleador/a.
Por
lo tanto, recuerda que es muy importante centrar este mensaje en tus
ofrecimientos y no en tus carencias; la clave está en ofrecer profesionalidad y
no en pedirla, pues el propio currículum colgado en la web ya es una petición
en sí misma. Piensa que es el primer dato con valor que estás mostrando en tu
currículum, porque lo único que le antecede es tu nombre y apellidos. Imagínate
que este es el campo utilizado en cualquier mail para indicar el "Asunto" ¿Verdad que son importantes las palabras que escoges en el asunto de un mail?
De ellas depende que ese mail sea leído y de ellas también depende que generes
mayor o menor interés en su lectura por parte del destinatario. Además, vas
a poder lograr con tan sólo unas pocas palabras encontrar el elemento
diferenciador que hará de tu mail el prioritario a la hora de ser abierto. ¿Te
imaginas una bandeja de entrada llena de mails sin asunto o todos con asuntos
idénticamente iguales?
Teniendo
en cuenta la importancia de este pequeño gran detalle ya estás en condiciones para
seguir editando tu currículum, colocando si es necesario los demás datos que quieras
plasmar: empresa y situación actual, años de experiencia, formación más
significativa… cada cosa en el lugar y en la posición que
le corresponde.
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