Son numerosas las ocasiones en las que he hablado de Emociones y de
Sentimientos en los artículos que he publicado en este blog. A raíz del
comentario de uno de mis seguidores en una de mis últimas entradas “Emociones y empresa”, se me ocurrió dedicar una nueva a hablar de la diferencia existente
entre emoción y sentimiento.
Etimológicamente las dos palabras, que proceden del latín, ya presentan una
definición que nos hace vislumbrar el matiz que las diferencia.
- EMOCIÓN del latín e m o t ĭ o,significa "movimiento", "impulso".
- SENTIMIENTO (de Sentir) del
latín s e n t ī r e,significa "pensar", "opinar", "darse cuenta de algo".
Las palabras
"movimiento" e "impulso", de la emoción, nos llevan a
pensar en reacciones o acciones intensas y cortas en el tiempo. Por el
contrario, las palabras "pensar", "opinar" y "darse
cuenta de algo", del sentimiento, nos evocan a actuaciones más elaboradas
y, por lo tanto, duraderas en el tiempo.
Las emociones
son un conjunto complejo de respuestas químicas y neuronales inconscientes
producidas por el cerebro (concretamente por la Amígdala, situada en el Sistema
límbico o Cerebro emocional) cuando el individuo percibe un objeto, persona,
lugar o recuerdo que le son distintivos. En uno de mis artículos, al que me
refería al principio de este, indicaba que las emociones universales son el
miedo, la ira, la tristeza, la alegría, la sorpresa y el asco o desprecio (como
en todo, pueden haber diversas opiniones según autores). La duración de las
emociones es relativamente corta en el tiempo (de segundos a minutos), porque
se asocian directamente a la respuesta de nuestro cerebro ante el estímulo que
las ocasiona.
Los
sentimientos, por su parte, se producen tras la evaluación consciente (desde el
Lóbulo frontal, perteneciente al Neocórtex o Cerebro racional) que hacemos de
la percepción de nuestro estado corporal durante la respuesta emocional. Así si
nuestra emoción ha supuesto una alegría tras habernos reencontrado con una
persona a la que hacía mucho tiempo que no veíamos, nuestro sentimiento
permitirá que durante ese día o a lo largo de los próximos días estemos más
contentos. La duración de los sentimientos puede ser mayor en el tiempo que la de una
emoción (de minutos a días o incluso semanas y meses). El estado de ánimo de
una persona es la expresión de sus sentimientos y dependerá de la gestión que
de ellos haga que el estado anímico positivo o negativo sea más o menos
duradero.
Podríamos
decir que el sentimiento es el resultante de la emoción meditada, es decir, el
razonamiento e interpretación que de la emoción hagamos dará como resultado un
sentimiento en nosotros. Y aquí se halla para mí lo más importante del tema,
porque si Sentimiento = Emoción + Razonamiento, sobre este último nosotros
tenemos total control.
Sólo depende de uno mismo la actitud e importancia que
quiera darle a las cosas y sólo depende de uno mismo que decida impregnarse de
positivismo o, por el contrario, ahogarse en la más profunda pena. Sabiendo que
el pensamiento entra en juego en esta fórmula, sabemos que está en nuestras
manos la posibilidad de manejarlo y gestionarlo para dejar las emociones
negativas aisladas en el tiempo y potenciar al máximo las positivas.
Para finalizar quisiera hacer un apunte bibliográfico: Antonio Damasio, neurólogo portugués, es autor del libro "El error
de Descartes" en el que dedica un capítulo a las Emociones y los
Sentimientos.
La actitud es indispensable para cualquier faceta de la vida. Las emociones no se pueden controlar pero el razonamiento si. Como comentas, dejemos a un lado las emociones e incluso las personas tóxicas y centrémonos en la parte positiva de todo esto. Buen post
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que comentas, las personas tóxicas no hacen más que alimentar las debilidades que todos tenemos pudiéndolas llegar a convertir en nuestro propio talón de aquiles. El razonamiento es el único que nos puede ayudar a frenar las emociones. Gracias por tu comentario Miguel Angel.
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