Estamos en DICIEMBRE, mes del chimpancé como animal que nos hacer pensar en el altruismo en este Blog. Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.
El pasado 5 de diciembre se celebró el Día
Internacional de los Voluntarios y con tal motivo circularon informaciones
acerca del crecimiento de esta actividad.
El pasado 5 de diciembre se celebró el Día Internacional de los Voluntarios y con tal motivo circularon informaciones acerca del crecimiento de esta actividad en nuestro país. La palabra “voluntariado” es la expresión moderna de algo tan antiguo como la propia humanidad: el altruismo, la solidaridad, el entender como propios los problemas ajenos y por tanto poner en marcha una solución sin una contraprestación específica.
Más allá de los aspectos formales recogidos en la
legislación que regula esta actividad, el voluntariado encierra toda una serie
de actitudes frente al otro que son un genuino logro evolutivo del ser humano.
Se tienen evidencias científicas de que la ayuda mutua dentro de la sociedad
surgió hace cientos de miles de años. La solidaridad no es exclusiva de
determinadas ideologías o creencias, sino todo un logro evolutivo del ser
humano que ha permitido configurar un modelo de sociedad capaz de proporcionar
a sus componentes lo que necesitan para vivir una vida plena.
La idea es sencilla. El altruismo, ingrediente principal del
voluntariado, es el que puede promover un cambio, tanto en la sociedad como en
el individuo, en una relación bidireccional: el individuo ejerce una actividad que
repercute en el conjunto social, y la sociedad estimula y modula la acción del
individuo.
La decisión personal de querer participar como voluntario/a
en cualquiera de las numerosas opciones actuales surge de dos situaciones
aparentemente contradictorias: como consecuencia del desarrollo interior, una
de cuyas consecuencias es el servicio altruista, y en otro sentido como impulso
vital para llenar un vacío interior fruto de circunstancias personales o del
actual modo de vida competitivo y superficial.
Sea como fuere, el espíritu de servicio que debe dar lugar al trabajo altruista del voluntariado, se encuentra perfectamente definido por Jean Pictet, en sus comentarios a los Principios de la Cruz Roja: “Servir quiere decir dar, sacrificar una parte de sí mismo, de lo que se posee, en favor de otros., escribió Jean-G. Lossier [uno de los ideólogos de esta organización]. Según él, es necesario, en primer lugar, conocerse, encontrarse a sí mismo, único medio de conocer y de encontrar a los demás. Es muy cierto que cuanto más grande sea nuestra riqueza interior, más frutos producirá nuestro trabajo. Si no hay luz en nosotros, ¿cómo iluminaremos el camino?”, en línea con lo que asegura la filósofa Delia Steinberg: “Para ayudar hay que darse a sí mismo, volcarse íntegramente en lo que hacemos”. Ideas que inspiran, en ambos casos, todo un sentido vital.
9 de Diciembre de 2020 11:04
https://andaluciainformacion.es/
Hola! Me ha gustado la reflexión. De acuerdo con que cuanto mayor nos conozcamos y mejor nos sintamos nosotros mismos, en mayor medida ayudaremos a los demás, aunque no es menos cierto que ayudando a los demás, dejamos de creernos el ombligo del mundo y nuestros problemas se relativizan.
ResponderEliminarUn placer leerte. Te deseo unas felices fiestas.
Un abrazo!
Si bien es cierto que el voluntariado y el altruismo parece que esconden un poco de egocentrismo, aunque podamos coincidir en que así sea o no, lo que veo más importante es que haciendo gestos altruistas y solidarios, por mucho egocentrismo que lleven incorporados, estamos ayudando a otros... y eso está por encima de todo. Gracias a ti por tu comentario y por leerme.
EliminarFelices Fiestas!! :)
1 abrazo