Estamos en DICIEMBRE, mes del chimpancé como animal que nos hacer pensar en el altruismo en este Blog. Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.
Son las personas más ricas del planeta y
destinan gran parte de su fortuna a causas humanitarias. Las razones detrás del
fenómeno.
Un informe del Institute for Policy Studies
(IPS) señala que los 12 multimillonarios más poderosos de Estados Unidos, luego
de sufrir una reducción en la primera etapa de la pandemia en el mes de
enero, incrementaron su patrimonio un 40% desde el 18 de marzo.
La mitad de ellos, son dueños de las empresas de tecnología más importantes del mundo, por ejemplo:
- Jeff Bezos (Amazon):ocupa el primer puesto, con u$s190.000 millones (+68% desde marzo)
- Bill Gates (Microsoft): u$s114.000 millones
- Mark Zuckerberg (Facebook): incrementó su patrimonio 75% hasta los u$s95.500 millones en cinco meses
- Larry Ellison (Oracle): u$s70.900 millones
- Larry Page y Sergey Brin (Google): u$s67.400 millones y u$s65.600 millones respectivamente
- Elon Musk (Tesla Motors, SpaceX): triplicó su riqueza de u$s24.600 millones a u$s73.000 millones en ese lapso
Lo curioso es que varios de ellos, además, integran el Top 50 de los filántropos de Estados Unidos que más dinero donaron: unos u$s14.000 millones en total según el último ránking de Forbes.
En este caso, Warren Buffett lidera el
podio. El dueño del fondo Berkshire Hathaway transfirió
u$s3.400 millones a la fundación de Bill y Melinda Gates.
La pareja está en el segundo lugar de filántropos estadounidenses, con u$s2.600
millones.
El top-five lo completan el
empresario y político Michael Bloomberg (u$s767 millones), la
familia Walton (dueña de Walmart, u$s596 millones) y el inversor
financiero George Soros (u$s585 M).
A través de fundaciones propias o de otras
organizaciones, estos multimillonarios apoyan causas ambiciosas que
apuntan a mejorar la educación, luchar contra la pobreza, promover
el empleo, erradicar enfermedades o combatir el calentamiento
global.
Algunos asumieron el compromiso de donar
la mitad de su fortuna en vida o el 99% de las acciones de su empresa, mientras
que otros tienen una labor humanitaria en términos del dinero que
destinan a causas solidarias.
Excéntricos, locos, desinteresados
Detrás de estos multimillonarios existe un patrón de conducta en
el que, según su estilo de cada uno, encaran la labor filantrópica como si
estuvieran desarrollando un nuevo negocio propio e invierten sus
fortunas sin esperar un retorno económico.
Federico Toledo, responsable de la
Licenciatura en Psicología de UADE, explica a iProUP que el factor común es
que la plata ya no es lo que los motiva, sino que es la consecuencia de
haber alcanzado una meta personal muy grande.
"Son personas disruptivas, con
objetivos muy ambiciosos que rompen estructuras, corren riesgos y van por
todo. Los mueve algo más trascendental que el dinero", destaca.
En ese sentido, "la filantropía es un
nuevo objetivo y una forma de permanecer más allá de su propia existencia.
Desprenderse de buena parte de su increíbles fortunas es también una manera
de devolverle a la comunidad un poco de todo lo que recibieron
y estar más tranquilos consigo mismos", agrega Toledo.
No obstante, destaca que no es cierta la
idea de que un acto de bondad hacia otro es una acción desinteresada en sí
misma. Más bien, les aporta una gratificación personal y mejora el
grado de autopercibimiento.
Andrés Thompson, coordinador de
Ellas-Mujeres y filantropía, explica a iProUP que
en Estados Unidos hay una tradición altruista muy fuerte de viejas
elites adineradas, que comenzó con John Rockefeller, Henry Ford,
William Kellogg y Andrew Carnegie, magnates que crearon
fundaciones y donaron buena parte de su patrimonio a causas
humanitarias.
En ese sentido, los millonarios
tecnológicos siguen esa tradición, pero con una impronta diferente: son
más jóvenes, amasaron su fortuna en muy poco tiempo y su modo de
hacer beneficencia es poco estratégica y más improvisada. "Si
bien todos donan, hay algunos que además promueven la filantropía,
como es el caso de Bill Gates", explica Thompson.
Comparados con los millonarios de la vieja
tradición (quienes antes de comprometer su dinero investigaban para entender
cuál era el problema a atacar), la filantropía 4.0 es mucho más errática.
"Si se observa el portafolio de Bezos, Musk o Zuckerberg,
no hay una mirada a largo plazo, sino una diversidad de causas en las
que invierten sin saber mucho el porqué", indica el experto.
Y agrega: "Eso tiene que ver con
el estilo con el que han hecho sus negocios, en los que rompieron barreras
e innovaron rápidamente. Es una generación de emprendedores y empresarios que
van a una velocidad mucho mayor y trabajan a prueba y error".
Silvio Waisbord, director de la Escuela de
medios y asuntos públicos George Washington University, resalta a iProUP que existe una tradición
filantrópica muy enraizada que responde a diferentes razones como prestigio
social, influencia, intereses personales y poder político.
Y agrega: "Hay muchos empresarios que
después de amasar grandes fortunas, que asegurarán su bienestar por el resto de
su vida, necesitan ir en busca de nuevos intereses, como contribuir a
causas sociales o apoyar ciertas políticas. Pero además hay una presión
social muy grande dentro de estos círculos de elite para participar en
acciones solidarias."
Altruismo aparte, también son clave
los beneficios fiscales y la excepción de determinados tributos e
impuestos de las que gozan las fundaciones. En ese sentido, Martin Becerra,
investigador del Conicet, opina a iProUP que,
además del interés genuino en causas humanitarias y acumular prestigio, hay
una motivación económica.
"En muchos países, como Estados
Unidos, hay actividades filantrópicas que los millonarios canalizan a
través de fundaciones y que descargan impuestos. Por lo tanto, acá se
unen motivaciones humanitarias o solidarias con el interés económico como
finalidades que, en ocasiones, no tienen por qué ser excluyentes",
destaca a iProUP.
Caso por caso
Bill y Melinda Gates, segundo en el ranking
filantrópico de Forbes, destinaron recursos principalmente a la distribución
de vacunas, la erradicación de la polio, el tratamiento y prevención
del HIV y la malaria, y a desarrollos agrícolas, principalmente
en África.
Sólo entre 2014 y 2018 cedieron
u$s9.900 millones (10% del patrimonio), a causas humanitarias. En marzo
2020, Bill Gates renunció a la junta directiva de Microsoft para dedicarse de lleno a su ONG. La mayor
parte del presupuesto de la fundación se destina a dos áreas: salud y desarrollo
global. Así, se abordan problemáticas como enfermedades tropicales desatendidas; tuberculosis; salud
materna, neonatal e infantil, y nutrición.
El matrimonio asumió un compromiso férreo
en la lucha contra el coronavirus y en abril, en medio de la amenaza
de Donald Trump de retirar el aporte a la Organización Mundial de la Salud
(OMS), anunciaron un aporte de u$s250 millones para ser distribuidos
entre ese organismo y otras organizaciones.
Pero además, la pareja promueve acciones
benéficas. Giving Pledge (La promesa de dar) es la movida que
impulsan desde 2010 para invitar a multimillonarios a asumir el compromiso público de
donar la mayor parte de su fortuna a la filantropía, ya sea en vida o en sus
testamentos.
La iniciativa ya tiene 210
contribuyentes entre los que se cuentan Warren Buffett, la
familia Hilton, Michael Bloomberg, Mark Zuckerberg, Elon Musk y MacKenzie Scott,
ex mujer de Jeff Bezos.
Justamente, el caso del fundador de
Amazon es llamativo: posee la mayor fortuna del mundo, pero en la lista de
los 50 principales donantes de Estados Unidos está en el puesto 23,
habiendo contribuido en todo 2018 con la suma de u$s131 millones.
El mismo año lanzó Bezos Day One Fund,
con un compromiso de u$s2.000 millones a a desembolsar a lo largo de
varios años para la financiación de organizaciones sin fines de lucro que
asisten a familias sin hogar y la creación de una red de
instituciones educativas preescolares en comunidades de bajos ingresos.
La premisa fue que los jardines debían
regirse bajo "los mismos principios que han impulsado a Amazon: el
niño es el cliente". Además, preocupado por el cambio climático, en
febrero anunció la creación del Bezos Earth Fund por u$s10.000
millones para financiar científicos, activistas y ONG dedicados
a preservar el medio ambiente
Imitando a los Gates, Zuckerberg y su
esposa Priscilla Chan también lanzaron su fundación y promueven causas
humanitarias. El CEO de Facebook donó u$s410 millones en 2018 y se ubicó en
el sexto puesto del ranking de filántropos.
Con el nacimiento de su primer hijo en
2015, el matrimonio
asumió el compromiso de donar, a lo largo de su vida, el 99% de sus acciones
en Facebook y crearon la fundación Chan Zuckerberg
Initiative (CZI) para canalizar su inversión.
Entre sus últimas acciones, la fundación
anunció que destinará u$s4,5 millones para apoyar a científicos en la
investigación de trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer, el
Parkinson y la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
Por su parte, Warren Buffett, el
mayor filántropo actual, se comprometió a donar casi la totalidad de sus
acciones de Berkshire Hathaway a lo largo de su vida. En julio,
el "Oráculo de Omaha" destinó u$s3.600 millones a cinco
organizaciones benéficas, entre ellas la Bill & Melinda Gates
Foundation, Susan Thompson Buffett y Howard G. Buffett.
Las verdaderas razones que mueven a estos
millonarios tecnológicos a deprenderse de buena parte de la fortuna para
contribuir a causas solidarias pueden estar fuera del entendimiento de muchos.
Sin embargo, buscan devolverle a la comunidad que apoyó sus invenciones y que su página de Wikipedia diga algo más que ser sólo un millonario o el fundador de una empresa: quieren quedar en la historia grande de la humanidad.
28 de Diciembre de 2020 06:15https://www.iproup.com/
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