martes, 5 de diciembre de 2017

DICIEMBRE: Cuida siempre tus raíces y nunca pierdas tu esencia, como el jengibre

Desde que comenzó el año he estado tratando mensualmente una metáfora diferente, en la que he ido conectando un condimento culinario con un tópico que tuviera cabida en este blog dedicado a “Nosotros: las personas”. Un blog que cumple hoy 5 años desde que publicó su primer artículo un 5 de diciembre de 2012 y, que durante estos años, ha llegado a 106 países y va camino de las 300.000 visitas, siendo también finalista y ganador en varios concursos en los que ha participado dentro de la categoría Recursos Humanos.

Este último mes de 2017 será el Jengibre el condimento que completará la docena de especias utilizadas durante este año que pronto acabamos. El jengibre es una especie nativa del sureste asiático que también crece en el Caribe, India, África y China. Su principal interés yace en la raíz de la planta, cuyo uso se establece principalmente en la cocina oriental, sobre todo en China, para condimentar platos de carnes, verduras, escabeches y algunas salsas.

Quiero hacer foco, y aquí la metáfora de diciembre, en que lo que hace característico al Jengibre es su raíz, sus orígenes, su esencia. Las personas también tenemos esencia, tenemos aquello que se le llama de muchas maneras: personalidad, yo, ego,… en definitiva, quienes realmente somos: la autenticidad.



Y esa autenticidad no es lo que aparentamos, ni lo que hacemos, ni lo que decimos, ni lo que pensamos,… sino un poco de todo. La autenticidad es, o mejor dicho, debería ser un poco de pimentón, azafrán, cúrcuma, canela, vainilla, cardamomo, curry, sal, regaliz, clavo y pimienta o, lo que es lo mismo, debería estar orientada al positivismo, envuelta de humildad, ser resolutiva y adaptarse a los cambios, fomentada en el mantenimiento del buen clima, creativa e innovadora, orientada al liderazgo positivo, basada en la comunicación, accesible a los demás, estar presente en todos los aspectos de la marca personal y, por supuesto y muy importante, debería ser siempre coherente. Cada una de las otras 11 especias y aspectos de las personas que, junto al jengibre y a la esencia, harían bajo mi entender una persona ejemplar, un compañero/a, un amigo/a, un padre, una madre, un hijo/a, un jefe/a, prácticamente perfectos a quienes todos quisiéramos tener el gusto de conocer.

A pesar de que la vida te pone trabas (a veces también te las ponen otras personas) debes ser suficientemente coherente con tu manera de pensar, con tus valores, con tu forma de actuar, con cómo te gustaría que actuasen los demás, con cómo te sentirías si estuvieras en el lado contrario al que estás…Pensar en todo esto, difícil pero posible, te va a hacer un poco más consciente sobre la necesidad de no dejarte contaminar, de buscar una opción alternativa si te das cuenta que estás en el lugar menos adecuado, de no aceptar una respuesta que te hace más mal que bien… en conclusión, de luchar por algo que es tuyo y de lo que eres tu propio dueño: tu yo, tu personalidad.

Aunque parezca mentira y bastante abstracto, no hay nada más cierto en esta vida que el hecho de no ser dueño de nada, por muy rico o muy pobre que seas. De nada excepto de ti, de tu historia, de quien eres, de quien decides ser… ¿por qué entonces vas a dejar que otros te lo roben y decidan por ti?. Ese es el peor suicidio que una persona podría cometer, convertirse en un títere de otros. Y si digo esto no es hablar por hablar, sino porque realmente y desafortunadamente soy testigo de muchas personas que por intereses, por debilidad frente a otros y también por miedo están siendo manejadas por otras con más poder y picardía, arrastrándoles a su terreno y bloqueándoles completamente su propia personalidad.

Repito, no dejes que nadie te pise, no permitas que nadie te robe lo único de lo que eres propietario, lucha por tus verdaderos valores, por lo que realmente sientes y conserva tu esencia. Simplemente, recuerda ser ¡siempre auténtico/a!

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