lunes, 23 de mayo de 2016

La verdadera definición de la palabra "Riqueza"

Hoy he buscado en el diccionario la palabra “Rico/a” y como primera acepción he encontrado la siguiente:

1. adj. “Adinerado, hacendado o acaudalado”

No contento con la definición he buscado la palabra “Riqueza”:

1. f. “Abundancia de bienes y cosas preciosas”

...y como aún me he quedado menos conforme, me permito escribir la siguiente reflexión.

Cuando sólo se habla de riqueza en términos económicos me pongo enfermo. ¿De verdad se sigue pensando que ser rico es sinónimo de tener mucho dinero? Os voy a demostrar que eso no es siempre así.

En mi entorno profesional estoy cansado de ver ejecutivos septuagenarios que ostentan cierto poder dentro de las organizaciones y, aun no siendo los propietarios del negocio, siguen trabajando a pesar de su avanzada edad. No cabe duda de que personas que llevan prácticamente medio siglo en activo están cobrando sueldos muy elevados comparado con los salarios cutres que la mayoría tenemos hoy en día, pero sus ansias de seguir cobrando sueldos de futbolista al final de cada ejercicio les impide retirarse y dejar paso a las nuevas generaciones.

Me imagino la vida de estas personas con apenas unas horas libres al día; las justas para cenar, mientras piensan en la agenda del día siguiente quedándose dormidos en el somientras ven las noticias. Cuando llegan las vacaciones, si es que las disfrutan al completo, estarán en la piscina de un hotel en bañador y con el teléfono corporativo atendiendo cualquier llamada y pendientes de lo que ocurre en sus empresas, pensando que sin ellos éstas se van a ir al traste.

Cuando un susto cardíaco o cuando sus cuerpos dicen basta y la vida les invita a abandonar la burbuja profesional en la que han estado viviendo durante tantos años, se encuentran que no saben hacer prácticamente nada en casa, en la calle, con ¿amigos?... Algunos de ellos caen realmente enfermos, otros directamente dicen adiós a este mundo y otros pocos consiguen salir de ese pozo para comenzar a vivir, dándose cuenta que tienen una gran riqueza cada vez que echan un vistazo a sus cuentas bancarias y a sus acciones, pero que en realidad son mucho más pobres de lo que nunca pudieron imaginar.

Apenas les queda tiempo, el poco que les queda no saben cómo disfrutarlo, se dan cuenta de que la vida se les ha pasado y que ya es imposible volver atrás. Sólo les queda reconocer que fueron muy ricos, como lo somos la mayoría cuando somos personas jóvenes y vitales, pero no supieron darse cuenta a tiempo que la riqueza disminuye cada día que pasa. Sólo les queda entender que se equivocaron al escoger la definición de la palabra “riqueza”. Se quedaron anclados con la definición literal del diccionario.

Y ahora, ¿puedes pensar en riqueza de otra manera? ¡Yo lo tengo muy claro! Cierto es que existen unos mínimos económicos que nos deben permitir satisfacer nuestras necesidades básicas. Los sobreingresos económicos a costa de la inversión de nuestro tiempo sólo nos van a hacer ser los más ricos en nuestra muerte, pero nos quedaremos muy lejos de haber sido ricos durante la vida, pues no habremos sabido aprovecharla a pesar de haber tenido la gran oportunidad de hacerlo.



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