Quienes
hemos vivido la transición hacia la nueva era de las TIC lo tenemos más fácil para
comprender el tipo de reflexiones que hoy comparto con vosotros.
Antes…
En la vida personal y cotidiana…¿Recuerdas cuando salías con tus amigos y tus padres te marcaban la hora de regreso?. Durante esa tarde llevabas en tus bolsillos las llaves de casa y alguna moneda, además de tu reloj de pulsera para estar pendiente de la hora que era. Charlabas con tus amigos, ibas al cine y, si te surgía un nuevo plan por el que llegarías más tarde, buscabas una cabina de teléfono para avisar en casa de que retrasabas la hora de llegada pactada porque habías pensado en ir a probar los sabores de la nueva heladería que acababan de abrir.
En el trabajo…En el caso de la oficina, que es donde ahora la tecnología ocupa un papel protagonista, iniciabas el día delante de tu máquina de escribir (si era electrónica ya era todo un lujo) y junto al teléfono. La jornada trascendía con llamadas, papeleras llenas de documentos erróneos, carteros que iban y venían con comunicados para tus clientes y eras totalmente ajeno a lo que ocurría en el mundo más allá de esas cuatro paredes en las que te encontrabas.
Y en la sociedad en general…Si estabas interesado en saber qué ocurría en otras ciudades o en otros lugares del mundo tenías que estar a la hora de comer escuchando atentamente las noticias y, si querías ver alguna película o programa de televisión no tenías más remedio que estar pendiente de la hora en la que se iniciaba.
Ahora…
Además de las llaves y del dinero, no te puede faltar el móvil. Poco o nada hablas con tus amigos, porque mientras estás en la cafetería o caminando por la calle lo más seguro es que todos estéis pendiente del móvil, que por supuesto también ahora se usa como reloj. En el cine te avisan que por favor apagues tu teléfono y, si vas a llegar tarde a casa, simplemente con un whatssap quedará solucionado. Ya no hay que esperar a llegar a casa para contar la experiencia del helado; tan fácil como hacerle una foto y colgarla en Facebook o Instagram, ofreciendo el acontecimiento a toda tu red de contactos o incluso a desconocidos que mediante #hastags pueden conocer los sabores que te gustan y el lugar exacto de tu ubicación.
Tu portátil, el móvil y las redes sociales son las herramientas sin las que ya no sabrías desempeñar tus funciones. Mails, llamadas, whatssaps, notificaciones en Twitter, LinkedIN… colapsan tu jornada laboral. Ahora sí que en cualquier momento a través de estos medios puedes saber qué está ocurriendo fuera de la oficina. Tu día de trabajo, en muchas ocasiones, no termina cuando fichas a la hora de salir, sino que en el transporte o incluso antes de ir a dormir pueden estar avisándote de una reunión urgente para mañana a primera hora.
También puedes estar al corriente desde prácticamente cualquier rincón del mundo y a cualquier hora de lo que está ocurriendo. Y si no puedes estar en casa a la hora de las noticias o del peliculón de la semana no tienes por qué preocuparte, tan fácil como conectarte a Internet y podrás acceder a cualquier contenido.
Reflexión…
Sin
duda unas pocas situaciones de muchas que podríamos explicar ¿verdad?.
Realmente, las NTIC nos han ayudado y mucho en poder ser omnipresentes,
pudiendo estar en cualquier lugar y con quien queramos, aunque no sea
físicamente. Pero no debemos olvidar, y aquí viene el punto en el que invito a la reflexión, que también se han convertido en nuestra peor arma, llegando a ser
en ocasiones muy peligrosa.
- Si las nuevas tecnologías te permiten conocer, enamorarte y unirte a alguien, también dan pie a que existan un mayor número de infidelidades y rupturas de pareja.
- Si te ayudan a estar en contacto con personas que se encuentran muy lejos de ti, también te hacen distanciarte de las que en esos momentos tienes a tu lado.
- Si te permiten más libertad laboral pues no es imprescindible estar físicamente en el puesto de trabajo, también te pueden hacer más esclavo de tu tiempo libre.
- Si con ellas puedes explicar a cualquier persona dónde te encuentras y con quién, también esa información puede usarse en tu contra y ser aprovechada por ladrones que desvalijan tu casa con la total confianza de que te encuentras muy lejos de ella.
Y
con esta lista de casos, también podríamos seguir un buen rato ¿cierto?. Porque
no debemos bajar nunca la guardia y pensar sólo en la comodidad que los avances
tecnológicos nos aportan, sino que también debemos ser conscientes de los
riesgos que traen y de la necesidad de prevenirlos haciendo un buen uso y una
buena gestión de la red de conexiones en la que nos encontramos inmersos
durante las 24 horas de un día cualquiera.
Muy interesante tus reflexiones! Nosotros somos conscientes en parte, pero y nuestros hijos? Cuando ves que estarian pegados cada día a las PSP, Plays, Wii, Go Pro! Muchos días pienso que bien se estaba jugando a la comba, a pilla pilla! En fin esta es la actualidad! Un abrazo!
ResponderEliminarCierto es lo que comentas Maite, los que hemos vivido la transición de una vida poco tecnológica a una en la que la tecnología prácticamente nos condiciona y controla somos conscientes de los riesgos existentes. Aquellos que ya han nacido en esta nueva era necesitan de nuestros consejos y advertencias porque en ocasiones no son capaces de pensar que lo que aparentemente nos facilita la vida, también nos la puede complicar. Muchas gracias por tu comentario y feliz domingo!! Un abrazo.
EliminarEstás en lo cierto, pero para las personas que somos cohíbidas, o tenemos fobia social, nos ha ido de perilla, jeje. Pero, en contraposición, no nos ayuda a relacionarnos, que es la gimnasia terapéutica que nos receta el profesional. ;-)
ResponderEliminarSiempre me agradan tus artículos: no se andan por las ramas, son claros y sin alardes de psicopedagogía pedante, ya nos entendemos. Un beso
Anna, como bien dices las relaciones virtuales tienen su veracidad hasta donde la tienen. Es decir, aunque alguna historia de amor, de amistad, de seguidores en redes sociales... sea completamente cierta, la mayoría no lo son como en la vida misma. Detrás de una pantalla vale todo: un chico puede ser una chica, un señor puede ser un joven, una soltera puede ser una casada y un estudiante puede ser un delincuente... todo cabe en el mundo de Internet. Por lo tanto, aunque nos enganchemos en la red, debemos ser muy conscientes de todo esto y sobre todo nunca debemos dejar de lado lo que físicamente tenemos cerca, porque en el gran porcentaje de casos es ahí donde realmente ves con mucha mayor nitidez de la que crees tener en el mundo virtual.
EliminarMuchas gracias por el comentario que haces de mis artículos. Sólo por eso, sigo escribiendo cada vez que encuentro hueco para hacerlo. Besos.