Nadie trabaja ni pierde su
tiempo para cometer errores, pero una vez cometidos qué mejor que poder
aprender de ellos y quizás hasta sacarles el provecho que nunca esperábamos
obtener.
Hace unos días estuve en
Estocolmo visitando el Vasamuseet (Museo del Vasa) y quedé maravillado
de cómo lo que en su día fue un fracaso se ha convertido siglos después en
todo un éxito.
Me explico, no sin antes
contextualizar su historia.
Durante la Guerra de los
Treinta Años (siglo XVII), el Rey Gustavo II Adolfo de Suecia mandó construir
un gran buque de guerra que tenía que ser el mejor que hasta la fecha hubiera
existido.
Tres años de trabajo dieron
como resultado el Vasa, un buque que tan solo duró unos minutos a flote tras
zarpar desde el puerto de Estocolmo en su viaje inaugural el 10 de agosto de
1628. La inestabilidad con la que había sido construido y la ambición del Rey
por tener el barco más grande y poderoso que jamás hubiera habido, sin que en
esa época existieran planos de construcción para navíos de tales dimensiones,
fueron las principales causas que hicieron que una ráfaga de viento volcase la
nave sumergiéndola a 32 metros en las profundidades del puerto de Estocolmo,
donde permaneció durante más de 300 años.
A partir de ese momento el
Rey se dedicó a buscar y perseguir a los supuestos culpables del hundimiento,
cuando en realidad él había sido el principal responsable del mismo.
En 1961 el barco fue
extraído de las profundidades y, tras las pertinentes tareas de restauración,
se consiguió salvar prácticamente el 95% de sus piezas originales que hoy se
exponen. El Vasamuseet es en la actualidad el museo más visitado de Escandinavia y
atrae a más de un millón de visitantes cada año.
El fracaso de lo que iba a
ser un buque histórico en la Guerra que Suecia tenía contra Polonia, se ha
convertido casi 4 siglos después en todo un éxito para la atracción del turismo
en la capital sueca.
Los errores y fracasos sin
duda hay que intentar evitarlos, pero una vez cometidos hay que sacarles todo
el provecho que se pueda y, para ello, la actitud juega un papel
fundamental.
En los tiempos que corren
hemos escuchado muchas veces aquello de “una crisis trae consigo nuevas
oportunidades”. Esperemos que no con tantos años de por medio como ocurrió
con el Vasa, tengamos esa actitud positiva que nos lleve a encontrar soluciones y oportunidades derivadas de esta crisis como lo hicieron los
rescatadores del buque y creadores del museo y no quedarnos sólo con el lamento
de los fracasos y la búsqueda de culpables, como en su día hizo el Rey.
Recordemos que la actitud
con la que nos tomamos los sucesos que se nos presentan en nuestro camino
depende únicamente de nosotros mismos. Seamos capaces de alcanzar nuestros
objetivos y nuestras metas sin venirnos abajo a pesar de encontrarnos con
sombras en ese camino. Para que haya sombras es necesario que haya también
luz y es en ella en la que debemos centrarnos.
Como siempre Álex un artículo para reflexionar. A todos nos molesta y nos duele cometer errores pero desde luego creo que es importante aprender de ellos y reaccionar positivamente en vez de quedarse lamentándolo o buscando culpables. Nuestra actitud debe ser positiva procurando no volver a cometerlos y aprender de lo ocurrido para mejorar en el futuro. Yo también espero que podamos alcanzar nuestros objetivos sin tener que esperar tanto como con el caso Vasa!!! Un saludo.
ResponderEliminarSoy de pensamiento positivo, por lo que confío en que el creer en nosotros mismos, la actitud y la constancia nos lleva sin duda a conseguir lo que nos proponemos confirmándose aquello de "querer es poder". (Comparto tu comentario en facebook por parecerme muy enriquecedor)
EliminarUn saludo y gracias por tu dedicación.