Ya
hablé anteriormente del concepto de la “felicidad” y argumenté el porqué no
existe una definición completa por más que la busquemos. La felicidad sólo la
puedes definir tú, porque sólo tú sabes cuándo te llega esa sensación a la que
atribuyes que te sientes feliz.
La
felicidad nace primero en tu interior
y es después cuando exteriorizas ese sentimiento diciendo que algo o alguien te
hace feliz. Porque la felicidad no depende de lo que deseas, sino de la actitud con la que lo vives. Es por eso
que lo que para algunos crea felicidad, para otros, en cambio, es una
experiencia más a la que no definirían como propulsora de felicidad.
Nadie
te puede dar la pócima de la felicidad, porque sólo tú conoces los ingredientes
exactos para hacer esa pócima. No busques la felicidad en el exterior porque no
existe, no la esperes porque nunca llegará por sí sola, no preguntes el cómo
conseguirla porque las respuestas no te servirán…
No
esperes ese tren de la felicidad,… porque nunca va a llegar. ¿Y sabes por qué?.
Porque tú ya eres pasajero de ese tren.
Sólo tienes que saber encontrar y valorar los motivos que a ti te van a hacer
sentir en plenitud y feliz.
Valora
esos pequeños detalles que están ocurriendo en el presente, vívelos como si
fueran únicos en tu vida, disfrútalos sacándoles todo el jugo de positivismo que
necesites y deja de pensar en el pasado, en el futuro y en el condicional.
Céntrate sólo en lo que realmente importa, que es el "aquí y ahora" y deja de
esperar.
Si
realmente consigues hacer esto cada día, cuando hayan pasado los años, te vas a
dar cuenta que en su día te subiste en el tren correcto: el tren de tu felicidad.
“La felicidad no llega cuando conseguimos lo
que deseamos, sino cuando sabemos disfrutar de lo que tenemos. No soñando con
el mañana, sino viviendo el hoy”.
“Atesora cada momento de tu vida y recuerda
que el tiempo no espera por nadie. Trabaja
como si no necesitaras dinero, ama
como si nunca te hubiesen herido y baila
como si nadie te estuviese viendo”.
“No
hay mejor momento para la felicidad que justamente éste. Si no es ahora ¿cuándo?”
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