miércoles, 23 de enero de 2013

Bienvenid@ al tren de la felicidad. ¡Buen viaje!


Ya hablé anteriormente del concepto de la “felicidad” y argumenté el porqué no existe una definición completa por más que la busquemos. La felicidad sólo la puedes definir tú, porque sólo tú sabes cuándo te llega esa sensación a la que atribuyes que te sientes feliz.

La felicidad nace primero en tu interior y es después cuando exteriorizas ese sentimiento diciendo que algo o alguien te hace feliz. Porque la felicidad no depende de lo que deseas, sino de la actitud con la que lo vives. Es por eso que lo que para algunos crea felicidad, para otros, en cambio, es una experiencia más a la que no definirían como propulsora de felicidad.

Nadie te puede dar la pócima de la felicidad, porque sólo tú conoces los ingredientes exactos para hacer esa pócima. No busques la felicidad en el exterior porque no existe, no la esperes porque nunca llegará por sí sola, no preguntes el cómo conseguirla porque las respuestas no te servirán…

No esperes ese tren de la felicidad,… porque nunca va a llegar. ¿Y sabes por qué?. Porque tú ya eres pasajero de ese tren. Sólo tienes que saber encontrar y valorar los motivos que a ti te van a hacer sentir en plenitud y feliz.

Valora esos pequeños detalles que están ocurriendo en el presente, vívelos como si fueran únicos en tu vida, disfrútalos sacándoles todo el jugo de positivismo que necesites y deja de pensar en el pasado, en el futuro y en el condicional. Céntrate sólo en lo que realmente importa, que es el "aquí y ahora" y deja de esperar. 


Si realmente consigues hacer esto cada día, cuando hayan pasado los años, te vas a dar cuenta que en su día te subiste en el tren correcto: el tren de tu felicidad.


La felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos, sino cuando sabemos disfrutar de lo que tenemos. No soñando con el mañana, sino viviendo el hoy”.

Atesora cada momento de tu vida y recuerda que el tiempo no espera por nadie. Trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubiesen herido y baila como si nadie te estuviese viendo”.

No hay mejor momento para la felicidad que justamente éste. Si no es ahora ¿cuándo?


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