Internet y las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación (TIC) forman ya parte de nuestra cultura y
de nuestro día a día tanto en lo personal como en lo profesional.
La tecnología sigue avanzando a
pasos de gigante, pero no debemos olvidarnos quién está detrás de cada
ordenador, de cada teléfono móvil, de cada videojuego… ahí estamos nosotros,
las personas, aquellos que no incorporamos chips ni circuitos eléctricos, pero
sí algo mucho más potente: emociones.
Y esto es lo que pretendo
entrelazar en este post, las TIC y las emociones. Sí o sí nos hemos tenido que
sumergir en el mundo de la tecnología, algunos más y otros en menor medida,
pero no hemos podido escoger otro camino que el que actualmente nos envuelve.
Un camino que nos permite enseñar, aprender, comunicar, participar, colaborar…
sentir. Pero que como ocurre con todo, también tiene sus contras que debemos
tener muy presentes si queremos encontrar el equilibrio necesario para que las
TIC se relacionen con el calificativo de herramientas positivas.
Aunque ahora la tecnología sin
duda nos hace avanzar de una forma mucho más veloz y enriquecedora que en
tiempos pasados, existen como decía unos aspectos que pueden llegar a ser
contraproducentes si no se gestionan adecuadamente. La adicción, la
frustración, el aislamiento, la irritabilidad, la violencia… pueden aparecer y
llegar a destrozar la vida de aquella persona que comenzó una andanza
tecnológica que se le escapó de las manos.
No podemos obviar que los seres
humanos somos más emotivos que racionales y es precisamente por esto que
deberíamos recibir una educación, información y formación en inteligencia
emocional antes incluso que la estrictamente tecnológica.
Las TIC están en todos los
ámbitos vitales y, sin duda, para muchas personas se ha convertido en un medio
de socialización. A través de la red se discute, se ama, se comunica, se conoce
a personas, se juega, se aprende, se enseña, se ríe, se empatiza… y todo ello
requiere de un equilibrio emocional y de unos valores que los agentes
educativos (padres, profesores y tutores) deben transmitir a los niños y
jóvenes desde un principio, con el fin de asegurar que las TIC van a suponer un
avance positivo en el desarrollo intelectual, práctico, ético y emocional de
estas personas.
Quisiera terminar este escrito
con esta frase del filósofo Henri-Fréderic Amiel:
“El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es hombre más que por
el corazón”.
Excelente trabajo ;-)
ResponderEliminarArtículo realizado por petición de Luis David Tobón y compartido en los siguientes enlaces:
ResponderEliminarhttp://blogs.colombiadigital.net/pensando-en-tic/las-tic-y-las-emociones/
http://pensandoentic.net/ptic/las-tic-y-las-emociones/