El ser humano se distingue
del resto de animales, entre otros aspectos, por ser racional, afectivo y
social. Si nos paramos a pensar en esta tríada comprobaremos que la
comunicación se encuentra enzarzada en cualquier persona tanto internamente
como en las relaciones que ésta establece con los demás. El pensamiento, las emociones y los
valores nacen primero en nuestro interior antes de plasmarse en conductas hacia
el exterior.
La comunicación
intrapersonal es la que uno mantiene consigo mismo y en realidad es la más
importante, pues nos acompaña allá donde vayamos. Si tenemos una mala imagen de nosotros
mismos esa opinión nos va a estar acompañando en todos y cada uno de los
momentos que vivamos e influirán en nuestros comportamientos y decisiones,
llegando a contaminarlos de manera negativa. La mala experiencia resultante,
influida por esos pensamientos negativos, dará como resultado unos sentimientos
en nosotros que estarán retroalimentando los que ya teníamos y, a su vez y como
consecuencia de ello, nuestros nuevos pensamientos serán si caben aún más
negativos y… así el
pez que se muerde la cola. Si por el contrario nuestra autoimagen es buena, el
proceso que acabo de señalar será similar, pero con un toque de positivismo que
irá en aumento.
La comunicación
interpersonal, en cambio, se define como aquella que establecemos con otras
personas y sin duda irá influida por la comunicación previa que hayamos
tenido con nosotros mismos. Nuestros pensamientos, emociones y sentimientos están
influyendo constantemente nuestra comunicación tal y como la reciben y perciben
los demás. He aquí la suprema importancia de la comunicación intrapersonal a la
que antes me estaba refiriendo.
A diferencia de la
interpersonal, la comunicación intrapersonal nos está acompañando las 24 horas
del día durante todos los días de nuestra vida. Nuestras reflexiones, las
vueltas que le damos a la resolución de un problema, nuestros momentos de
silencio y meditación, nuestras metas en la vida, creencias, valores,
fantasías, sueños y hasta la escritura…, en cualquiera de esas situaciones
estamos comunicándonos con nosotros mismos.
Como vengo diciendo desde
que comencé este blog debemos tratar de trabajarnos nosotros primero antes de
intentar asesorar o ayudar a los demás. Para motivar a un equipo, antes debemos
estar motivados nosotros. Para pretender que alguien se quiera un poquito más,
antes tendremos que haber trabajado nuestra autoestima. Si queremos conocer a
otras personas y opinar o conocer el porqué de sus comportamientos, antes
deberemos haber dedicado bastante tiempo a autoconocernos. Y así con todos y
cada uno de los aspectos que pretendemos a diario utilizar como argumento y
justificación del comportamiento humano.
En un mundo interno de emociones no nos queda otra que cuidar de las nuestras antes de dar o recibir curas por parte de quienes nos rodean.
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