martes, 17 de septiembre de 2013

La importancia de la intracomunicación

El ser humano se distingue del resto de animales, entre otros aspectos, por ser racional, afectivo y social. Si nos paramos a pensar en esta tríada comprobaremos que la comunicación se encuentra enzarzada en cualquier persona tanto internamente como en las relaciones que ésta establece con los demás. El pensamiento, las emociones y los valores nacen primero en nuestro interior antes de plasmarse en conductas hacia el exterior.

La comunicación intrapersonal es la que uno mantiene consigo mismo y en realidad es la más importante, pues nos acompaña allá donde vayamos. Si tenemos una mala imagen de nosotros mismos esa opinión nos va a estar acompañando en todos y cada uno de los momentos que vivamos e influirán en nuestros comportamientos y decisiones, llegando a contaminarlos de manera negativa. La mala experiencia resultante, influida por esos pensamientos negativos, dará como resultado unos sentimientos en nosotros que estarán retroalimentando los que ya teníamos y, a su vez y como consecuencia de ello, nuestros nuevos pensamientos serán si caben aún más negativos y… así el pez que se muerde la cola. Si por el contrario nuestra autoimagen es buena, el proceso que acabo de señalar será similar, pero con un toque de positivismo que irá en aumento.

La comunicación interpersonal, en cambio, se define como aquella que establecemos con otras personas y sin duda irá influida por la comunicación previa que hayamos tenido con nosotros mismos. Nuestros pensamientos, emociones y sentimientos están influyendo constantemente nuestra comunicación tal y como la reciben y perciben los demás. He aquí la suprema importancia de la comunicación intrapersonal a la que antes me estaba refiriendo.

A diferencia de la interpersonal, la comunicación intrapersonal nos está acompañando las 24 horas del día durante todos los días de nuestra vida. Nuestras reflexiones, las vueltas que le damos a la resolución de un problema, nuestros momentos de silencio y meditación, nuestras metas en la vida, creencias, valores, fantasías, sueños y hasta la escritura…, en cualquiera de esas situaciones estamos comunicándonos con nosotros mismos.



Como vengo diciendo desde que comencé este blog debemos tratar de trabajarnos nosotros primero antes de intentar asesorar o ayudar a los demás. Para motivar a un equipo, antes debemos estar motivados nosotros. Para pretender que alguien se quiera un poquito más, antes tendremos que haber trabajado nuestra autoestima. Si queremos conocer a otras personas y opinar o conocer el porqué de sus comportamientos, antes deberemos haber dedicado bastante tiempo a autoconocernos. Y así con todos y cada uno de los aspectos que pretendemos a diario utilizar como argumento y justificación del comportamiento humano.

En un mundo interno de emociones no nos queda otra que cuidar de las nuestras antes de dar o recibir curas por parte de quienes nos rodean.

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