Estamos en ABRIL, mes del Camello como animal que nos demuestra la importancia de la resiliencia en este Blog. Comparto con vosotros este artículo que me ha resultado interesante.
La extraordinaria emergencia sanitaria
que estamos viviendo como consecuencia del coronavirus supone una amenaza para
nuestra salud a nivel mundial. Al mismo tiempo, las medidas de cuarentena y la
crisis que esta situación ha provocado ponen a prueba nuestra fortaleza mental
y nuestra estabilidad social y económica. En momentos como este, se hace más
importante que nunca la capacidad de resiliencia. Andrés Mascaró, Doctor en
Psicología de IMQ AMSA, nos habla sobre qué es la resiliencia y cómo
podemos sobrellevar estos momentos de crisis.
La sociedad actual, globalizada e
hiperactiva, donde el motor está centrado en la productividad y el consumo se
ha visto paralizada por la pandemia. En una cultura, donde el movimiento y el
consumo son la mayor expresión de desarrollo, nos vemos obligados a parar, a no
viajar, a estar encerrados... por un lado tenemos que superar esta situación de
emergencia sociosanitaria y por otro, nos encontramos con la posibilidad de
tener un tiempo para pensar y cuestionar el modelo personal, institucional y
social predominante.
En general, los seres humanos dedicamos
mucho tiempo a organizar nuestras acciones y metas para planificar nuestras
vidas y así conseguir cierta tranquilidad. Sin embargo, la situación actual
rompe nuestras expectativas provocando una conexión (consciente e inconsciente)
con profundos sentimientos de inseguridad y vulnerabilidad.
¿Cómo nos enfrentamos a eventos
difíciles o traumáticos de la vida como el que vivimos actualmente? Este tipo
de situaciones pueden llegar a poner en crisis nuestra existencia y nuestro
equilibrio emocional. La capacidad de resiliencia nos permite adaptarnos y
superar las adversidades de la mejor manera posible. Generalmente, todas las
personas muestran algún grado de resiliencia y esta se puede desarrollar a
través de ciertos procesos emocionales de tipo individual y relacional.
¿Qué es la resiliencia?
Llamamos resiliencia a la capacidad
humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, de
adaptarse adecuadamente a la adversidad, a un trauma, a un padecimiento o
amenaza. Es una respuesta subjetiva que se expresa ante este tipo de
experiencias traumática.
La resiliencia implica un proceso
dinámico en el que influyen factores internos, familiares y sociales. Ser una
persona resiliente no significa que no se sienta angustia o dolor ante las
malas experiencias. Negar o minimizar estas emociones puede en muchos casos
llevar a situaciones de mayor dificultad emocional. Aceptar el momento de dolor
y de incertidumbre es parte del proceso para que la persona logre un bienestar
psicofísico a pesar de las adversidades.
La resiliencia implica reestructurar
nuestros recursos psicológicos en función de las circunstancias y de las
necesidades. De esta manera, las personas logran sobreponerse a las
dificultades que les toca afrontar, creando condiciones psíquicas que transformen
el efecto traumático permitiendo desarrollar recursos psicológicos nuevos y
desplegando potencialidades creativas personales y grupales.
El proceso resiliente
Se caracteriza por ser un momento de:
- Toma de consciencia sobre necesidades, capacidades y limitaciones.
- Aceptación de la vulnerabilidad.
- Potencialidad creativa.
- Aprendizaje de la experiencia vivida.
- Flexibilidad ante cambios o situaciones difíciles.
- Relativizar y ver con perspectiva el momento vital.
Este proceso resiliente en el ser
humano, se desarrolla desde los primeros momentos de vida, en la relación entre
el bebé y las primeras figuras de cuidado, y evolucionará constantemente en la
relación entre el individuo, la familia y la sociedad.
Factores que determinan el proceso resiliente
A lo largo de nuestra vida hay numerosos
factores que determinarán este proceso:
Tipo de relaciones
Un apego seguro es la base para el
proceso resiliente. Un marco relacional (familiar y social) estable y flexible
permitirá una contención y el desarrollo de recursos psicológicos. Los grupos
de confianza ayudan a neutralizar los estímulos amenazantes y nos aportarán
sentimientos de amparo y seguridad en nosotros mismos. Aceptar la ayuda y
el apoyo de las personas cercanas nos proveerá de sentimientos de afecto y
de pertenencia.
Creatividad
La capacidad de creación supone una alta
estimulación positiva para la persona. La creatividad permite tomar
conciencia de aspectos de uno mismo desconocidos y puede fortalecer la
autoestima. Asimismo, nos ayuda a descubrir otras maneras de pensamiento y acción
para aprender que la vida puede ser experimentada de diversas formas.
Aceptar el cambio
Sin cambio no hay evolución y además, es
inevitable. Aceptar la realidad nos obliga a modificar expectativas y
deseos de vida, y asumir sentimientos de frustración e indefensión. Por otro
lado, nos ayuda a centrarnos en las situaciones que sí son potencialmente
modificables.
Usar el humor
El humor nos permite rebelarnos ante la
realidad, desdramatizándola y liberándonos de parte de su carga. El humor es
un recurso muy valioso para tener una respuesta emocional satisfactoria y
librarnos del sufrimiento. En la actualidad se ha producido una viralización
del sentido del humor. Todos los memes, a través de internet, tienen que ver
con mecanismos sociales necesarios para afrontar los momentos difíciles.
En muchas ocasiones, los seres humanos
no podemos superar con éxito este tipo de situaciones. En estos casos, se hace
necesario recurrir a un profesional de la salud mental para que nos ayude a
resolver estos procesos vitales.
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