miércoles, 26 de junio de 2024

Una larga carrera hacia una sociedad inclusiva

El pasado 16 de junio, participé en la decimoquinta edición de la Carrera de las Capacidades (segunda edición en Barcelona), un evento deportivo y social desarrollado por la Fundación Adecco que se ha consolidado como uno de los grandes referentes de apoyo a la inclusión sociolaboral de las personas con discapacidad en España. Este año se celebró en Madrid, Barcelona y, por primera vez, en Sevilla, con la participación de más de 2000 corredores de diferentes empresas, personas con discapacidad, asociaciones y ciudadanos comprometidos. En Barcelona, en la que participé, la carrera no tuvo una distancia establecida, lo que permitió a cada participante recorrer tantos kilómetros como desease, promoviendo así la inclusión y participación de todos, independientemente de sus capacidades físicas.

Me siento orgulloso de haber quedado en primera posición en esta carrera, pero lo realmente significativo no es el resultado, sino el mensaje y el propósito que encarna este evento. La Carrera de las Capacidades es mucho más que una competición; es una plataforma que visibiliza la inclusión y promueve la empatía y la cooperación entre personas con y sin discapacidad.

Una de las preguntas que los dinamizadores de la carrera hacían era precisamente ¿Qué es para ti la inclusión?, pregunta sobre la que quiero reflexionar en este post. Para mí, la inclusión no es más que la antítesis de la exclusión. La palabra "exclusión" debería ser eliminada de nuestro vocabulario, ya que su mera existencia es un reflejo de las barreras y prejuicios que aún persisten en nuestra sociedad. Si pudiéramos erradicar la exclusión, automáticamente la palabra "inclusión" perdería su relevancia, pues no necesitaríamos recordar ni concienciar a nadie sobre la importancia de incluir. Incluir sería algo natural, inherente a nuestra convivencia, y no daría lugar a debates. Utópico, ¿verdad?, pero es así como debería ser.

Actualmente, estoy finalizando un máster en sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, orientando precisamente el trabajo final hacia la inclusión de colectivos vulnerables en el mundo sociolaboral. Mi experiencia en la Carrera de las Capacidades refuerza mi convicción de que la inclusión debe ser un pilar fundamental en nuestras políticas y prácticas empresariales. Esta carrera no deja de ser más que un recordatorio más de que, aunque aún tengamos un largo camino por recorrer para eliminar la exclusión, cada paso cuenta. La verdadera victoria no radica en quién llega primero, sino en la solidaridad y el apoyo mutuo que se manifiestan a lo largo del recorrido de cualquier acción que gobiernos, empresas y ciudadanos emprendamos. Sigamos corriendo, no solo por la inclusión, sino hacia una sociedad donde la exclusión sea solo un término olvidado en los diccionarios.

Finalmente, no quisiera acabar sin hacer una pequeña distinción entre los conceptos inclusión e integración, que en ocasiones se utilizan como sinónimos. La inclusión social transforma el entorno para que todos participen plenamente sin distinción, mientras que la integración social crea espacios específicos para que personas vulnerables se adapten al sistema existente. En otras palabras, en la integración todas las personas están dentro de la organización, pero no se relacionan con los demás como iguales; en la inclusión todas las personas están dentro y se relacionan con los demás componentes de la organización.  

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