Apenas hace un mes se me encargó desde mi empresa la gestión de
una nueva línea que ya veníamos trabajando de manera puntual desde el
departamento de Recursos Humanos: las prácticas en cuestiones de Sostenibilidad
y Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Es ahora cuando damos el
paso que todas las empresas, grandes, medianas y pequeñas, deberían dar en la
formalización de una figura de sostenibilidad en sus respectivos organigramas.
Con este encargo, y la
formación que en paralelo estoy llevando a término sobre esta nueva línea
estratégica, quisiera hoy relacionar en este post las dos áreas que a partir de
ahora formarán parte de mi carrera profesional.
En
la era moderna de los negocios, la sostenibilidad y la responsabilidad social
corporativa han dejado de ser meras tendencias para convertirse en pilares
fundamentales de la estrategia empresarial. Dentro de esta dinámica, el
área de Recursos Humanos emerge como un actor clave, pues desde él es más fácil
lograr el impulso y la consolidación del compromiso de las empresas y de sus
empleados con esta materia.
La
sostenibilidad empresarial no se limita únicamente a prácticas ecoamigables o a
la reducción del impacto ambiental, abarca un enfoque holístico que
considera el impacto social, económico y ambiental de las operaciones
corporativas: condiciones laborales, atención a la satisfacción del
cliente, protección de los ecosistemas, igualdad, diversidad, integridad,
cumplimiento normativo, etc. En este contexto, RRHH desempeña
un papel crucial al ser el vínculo entre la visión estratégica de la
empresa y su implementación a través de las personas.
En
primer lugar, tiene la responsabilidad de fomentar una cultura
organizacional arraigada en valores éticos y sostenibles, desde la primera
toma de contacto con un candidato, en la que el departamento de RRHH podrá
basar su selección en aquellos que compartan y promuevan los principios de
sostenibilidad y RSC de la empresa, hasta las acciones que se llevarán a cabo a
lo largo de toda la carrera profesional de los empleados, implicándoles en
formaciones y sesiones de sensibilización y toma de decisiones en las que los
procesos y proyectos que se pongan en marcha se basen siempre en compromisos
éticos y sostenibles alineados con la estrategia empresarial.
Es
desde Recursos Humanos desde donde se lideran iniciativas internas que
promueven la sostenibilidad de uno de los principales grupos de interés: los
empleados, por ejemplo, mediante programas y políticas que promueven el
bienestar y permiten un equilibrio entre la vida laboral y personal de los
empleados. Estas acciones no solo fortalecen la imagen corporativa, sino que
también aumentan la satisfacción y retención del talento, generando un impacto
positivo tanto dentro como fuera de la empresa.
Pero
también, en sentido opuesto, desde el área de Sostenibilidad y RSC se puede
alimentar el desarrollo del departamento de RRHH. Las empresas comprometidas
con estos valores tienden a ser más atractivas para los empleados en
búsqueda de propósito y significado en su trabajo. Esto impulsa a RRHH a
adaptar sus políticas internas, enfocándose en ofrecer oportunidades de
crecimiento profesional que estén alineadas con la misión sostenible de la
empresa. Un candidato, cada vez más sensibilizado con los asuntos éticos,
sociales y ambientales, va a preferir trabajar en una empresa cuyos valores
estén en consonancia con estos principios.
Aunque en próximas publicaciones abordaré más a fondo estos
aspectos, como introducción en este primer post sobre la Sostenibilidad, quería
dejar constancia de las sinergias que se pueden dar entre ambas áreas en cualquier
empresa, la cual puede potenciar el impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente,
mientras fortalece la cultura organizacional y la atracción del talento.
Esta colaboración estrecha entre RRHH y Sostenibilidad no solo es estratégica,
sino que también es fundamental para construir organizaciones éticas,
sostenibles y socialmente responsables en el mundo empresarial actual.