lunes, 9 de enero de 2017

NOSOTROS: las personas

Querid@s amig@s!

Este no es un artículo ni un post convencional; es simplemente un punto y aparte en los 4 años que llevo escribiendo este Blog, porque como he dicho muchas veces hay que reinventarse y rediseñarse cuando uno lo cree conveniente.

Atrás quedan 152 publicaciones y 4 ebooks de descarga gratuita que me consta han sido descargados y leídos por muchísimas personas. Mis líneas han llegado a un centenar de países y han conseguido quedar finalistas de los concursos de blogs a los que me he presentado, consiguiendo el Galardón de Mejor Blog en la Categoría RRHH de los Premios Educa 2015.

Artículos relacionados con Nosotros: las personas (en la empresa), y pongo en la empresa entre paréntesis porque seguimos siendo personas en cualquier contexto, incluido en el empresarial a pesar que algunos nos llamen trabajadores, otros empleados o, aquellos menos humanistas, se atrevan a poner un nº de identificación como sustituto del nombre y apellidos.

La esencia de este Blog siempre ha sido y seguirán siendo las personas, por lo que me permito la licencia de omitir a partir de este nuevo ciclo el contexto en el que intenté enmarcar en 2012 las que iban a ser mis publicaciones. Mi primera idea era hablar de las personas en el contexto empresarial, pero pronto me di cuenta que la esencia de cualquier artículo, por muy técnico y enfocado al mundo laboral que pareciera, se podía extrapolar a la vida misma, a nuestra sociedad, a las casas, a las familias, a las relaciones que establecemos con nuestros iguales… Es por ello que este Blog, a partir de ahora, se llamará "NOSOTROS: las personas".


Soy de los que piensan que la vida máxima de un Proyecto no debería superar los 4 años, al menos sin que haya un cambio, reinvención o rediseño del mismo. Este espacio acaba de cumplir esa edad, por lo que, como no quiero dejar de escribir, para este 2017 quiero apostar por un nuevo formato de blog; un espacio abierto y más interactivo donde cualquiera podrá opinar, enlazar y compartir información interesante, incluso escribir y publicar.

Por ello, si estás interesado/a en colaborar, sólo tendrás que indicármelo con mensaje en cualquiera de mis redes sociales: Facebook, Twitter, LinkedIN, Google+ e Instagram. Publicaré tu artículo, enlazándolo con tus redes sociales, tu negocio o cualquier forma de contacto de la que desees hacer difusión. De esta manera podremos hacer red, integrando nuestros conocimientos y enriqueciendo este espacio dedicado a Nosotros, las personas.

Los artículos que he ido publicando estos años de manera aleatoria los he ido clasificando en los ebooks en 4 categorías: Autoayuda y Superación Personal, Valores, Marca Personal y Comunicación. También, como novedad para este año, publicaré siguiendo una temática mensual de la que os hablaré con más detalle en mi próxima publicación; sólo os adelanto que me gusta mucho comer y probar nuevos sabores.

Espero, como siempre, no aburrir y seguir entreteniendo, a la vez que divulgando contenido, del mismo modo que espero con entusiasmo seguir recibiendo por vuestra parte conocimiento y aprendizaje. Es así la única manera que se me ocurre en la que todos ganamos.

Sin más, me despido por hoy y comienzo a trabajar en lo que será mi primer mes temático del 2017.

Gracias a los que seguís ahí desde el principio, a los que os acabáis de unir recientemente y bienvenidos a todos los lectores que se crucen con mi espacio durante este año que acabamos de estrenar.

Un fuerte y cálido abrazo,

Álex

domingo, 18 de diciembre de 2016

¿Y si tu entrevistador tiene una discapacidad?

A través de la Fundación Adecco se llevó a cabo un experimento en el que se pretendía evidenciar cómo son de marcados los prejuicios de unos candidatos, que acudían a una entrevista de trabajo, una vez se percataran de que quien les iba a entrevistar tenía una discapacidad claramente perceptible.

El actor Pablo Pineda, primer diplomado europeo con Síndrome de Down, escritor, ponente y responsable de RRPP de diversidad de la Fundación Adecco se convirtió en entrevistador por un día. Su misión era entrevistar a un grupo de candidatos, que desconocían estar formando parte de un grupo experimental. Los aspirantes acudían a una simple entrevista de trabajo y así fue como reaccionaron:


Los prejuicios son percepciones y suposiciones, generalmente erróneas, que nos predisponen a adoptar comportamientos negativos hacia personas o miembros de colectivos por el simple hecho de pertenecer a ellos. Se trata de una manera fácil de catalogar a las personas sin habernos molestado en conocerlas, presuponiendo además cuáles y cómo van a ser sus comportamientos e intenciones.

Los prejuicios se crean en cuestión de segundos, muchísimo más rápido de lo que tardan después en desaparecer. A los pocos segundos de ver a una persona o, muchas veces sólo escuchando la opinión que sobre ella hace otra, generamos unos prejuicios que no desaparecerán hasta que estemos seguros de haber confirmado que son ciertos o falsos, y para ello se requiere tiempo, pues sí o sí necesitaremos un mínimo de interacción con la persona sobre la que hemos basado nuestro prejuicio.

La única manera de evitar los prejuicios, asignatura claramente pendiente para un alto porcentaje de personas, es educar en la aceptación y la tolerancia. En saber darse a uno mismo siempre la oportunidad de conocer a la otra persona antes de catalogarle, independientemente del sexo, raza, religión, aspecto físico, orientación sexual,… Esta educación debería ser transmitida de padres/adultos a niños, porque es en la infancia cuando se aprende más rápido y cuando lo aprendido se graba de manera más profunda y duradera, pero siendo autocríticos debemos reconocer que esta educación en valores se nos está escapando cada vez más de las manos.

El experimento que me ha servido de ejemplo para hablar hoy de los prejuicios, permite ver claramente cómo infravaloramos a los demás antes de darnos esa oportunidad de conocerles y antes de darnos cuenta que, en muchas ocasiones, son personas con conocimientos, valores y estilos mucho más potentes incluso de los que tenemos nosotros mismos, acabando incluso por sorprendernos.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Ventajas e inconvenientes de aplicar la Evaluación del Desempeño

Cada vez más empresas aplican la Evaluación del Desempeño como herramienta para evaluar cuán de productivos son sus empleados y establecer áreas de mejora con el fin de avanzar en términos de rentabilidad.

A grandes rasgos podríamos definir la Evaluación del Desempeño como herramienta cuyo objetivo es medir cuantitativa y cualitativamente el rendimiento de los empleados de una organización para, de una forma más objetiva, poder llevar a cabo acciones como promoción interna, protocolos de formación, despidos o sanciones y aumentos salariales, entre otros.

Lo más importante de la implantación de un sistema de Evaluación del Desempeño es que se haga de la manera más objetiva posible (evitando sesgos que puede cometer el evaluador), que sea sistemática y periódica (con un planning establecido bianual, por ejemplo), que sea totalmente transparente (el empleado debe conocer cómo se le está evaluando para poder mejorar en aquellas áreas que tiene menos desarrolladas) y que haya consecuencias (negativas, para el que no cumpla con su rendimiento tras haber sido informado y habiendo tenido tiempo suficiente para mejorar y, positivas, para aquel empleado que de manera sistemática cumple los objetivos que se le marcan).

Pero hay que ser realistas a la hora de aplicar un sistema de Evaluación y ser conocedor de que, como cualquier sistema o herramienta, existen ventajas e inconvenientes.


En cuanto a las ventajas:
  • Para la empresa/responsable que evalúa:
  1. Permite marcar objetivos a seguir y estar seguros que el empleado los conoce.
  2. Ayuda a analizar la adecuación de la persona al puesto y tomar otra serie de decisiones como encontrar posibles encajes, realizar promociones horizontales y verticales, etc.
  3. Permite hacer una evaluación global del potencial humano de la empresa y detectar nuevas necesidades formativas.
  • Para el empleado:
  1. Permite abrir un canal de comunicación directo con su responsable, sobre todo muy válido en empresas demasiado piramidales donde las posibilidades de hablar con un jefe son muy reducidas.
  2. Le permite ser conocedor de los puntos fuertes y de las áreas de mejora en las que la empresa le solicita que mejore y con cuya mejoría podrá tener un reconocimiento.
  3. Le facilita el desarrollo profesional al detectarse áreas de mejora que una vez superadas le van a permitir un crecimiento.

En cuanto a los inconvenientes:
  • Para la empresa/responsable que evalúa:
  1. Sin una buena preparación pueden cometerse sesgos que quiten validez objetiva al resultado de la herramienta.
  2. Puede vivirla como una situación tensa e incómoda, porque no se siente a gusto evaluando a otros.
  3. Quizás piense que la aplicación de esta dinámica va a provocar un empeoramiento de la relación con sus empleados.
  • Para el empleado:
  1. Puede sentirse juzgado y tomar una postura defensiva al no gustarle que le digan cómo está haciendo su trabajo.
  2. Puede temer que la evaluación repercuta en su trayectoria profesional, y opte por el silencio y bloqueo, ocultando información que podría ser útil para establecer un plan de mejora.
  3. Puede sentir que los criterios de evaluación no son justos y considera que la subjetividad del evaluador prima en la decisión del resultado que se presentará definitivamente a la empresa.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Piénsatelo dos veces antes de emitir cualquier juicio de valor hacia los demás

Como personas tenemos la necesidad y costumbre innata o adquirida (es lo de menos) de compararnos siempre con los demás: “este/a vive mejor que yo”; “esta persona tiene mucha más suerte que yo”…

Principalmente, para las comparaciones en las que nosotros aparentemente somos los perjudicados, hacemos especial hincapié y ponemos especial importancia en resaltar lo bien que viven otros versus lo mal que vivimos nosotros.

Si además se trata de personas que viven en nuestro entorno más cercano y con quienes tenemos que interactuar, elaboramos prejuicios que afectan sin duda a nuestra relación con ellas. Podemos llegar a pensar algo como: “mira esta mosquita muerta la suerte que está teniendo, todo le ha venido dado y encima tiene el valor de quejarse… la vida es tan injusta, ojalá estuviera yo en su lugar,…”, creando un círculo vicioso en el que, antes de llegar a conocer a esa persona, ya te cae mal; reaccionando con estupidez a cualquier comentario que nos haga y dando lugar a que esa persona nos responda también a ese nivel, confirmándose por tanto lo que habíamos pensado de ella.

Ronda por ahí un dicho que nos recuerda que “Cada persona que ves está luchando una batalla de la que tú no sabes nada. Sé amable siempre”.


Creo que todavía no he conocido a nadie que no haya tenido o tenga problemas en la vida. Diferente es que no los cuenten, que te enteres por terceros o incluso mucho tiempo después, pero quien más quien menos tiene batallas con las que luchar diariamente (personales, de relación, profesionales…). La manera en cómo cada uno las afronta y la manera en cómo cada uno parece más o menos feliz de cara al resto del mundo es lo que equivocadamente nos acaba por determinar si una persona tiene más o menos suerte en comparación a otras… pero repito, vivimos en un mundo de apariencias, donde nada es lo que parece.

Por ello, si cuando conocemos a alguien pensamos dos veces sobre esto antes de emitir nuestro juicio de valor, seguramente nos estemos dando la oportunidad de conocer mejor a esa persona a la vez que le estamos dando la oportunidad a ella de poder expresar sus inquietudes que a simple vista somos incapaces de ver. Sólo de esta manera podremos evitar equivocarnos y mantener relaciones interpersonales mucho más sanas.

No debemos olvidar que todos somos personas, que como dije una vez, todos acabamos en una caja de pino, que la vida te puede mirar de lado o de culo, pero que a nadie le mira plenamente de cara, porque tarde o temprano todos somos víctimas de situaciones que ni el dinero, ni el poder, ni la fama, ni la belleza pueden esfumar y vencer sin que seamos nosotros mismos los que estemos en primera línea de batalla.


jueves, 17 de noviembre de 2016

La marca "Trump"

Normalmente, nos dedicamos a dar consejos de construcción de marca para que ésta sea reconocida y triunfadora, echando por tierra aquellos errores que pueden destruir una marca en cuestión de minutos.

Pero también hay que tener muy en cuenta, y el ejemplo de hoy es claro y actual, que la construcción de una marca que a priori parece estar destinada al fracaso puede tener un efecto totalmente sorprendente y triunfador.

Es el caso del futuro Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien ha tenido una campaña política de lo más polémica por sus comentarios racistas, misógenos y maleducados, pero que aún así ha conseguido ser el electo en las Presidenciales estadounidenses celebradas la semana pasada.



¿Qué ha hecho triunfadora a una marca que entierra cualquier valor ético y moral tal y como se concibe por la mayoría de personas? Pues exactamente lo mismo que en su día hicieron triunfar a líderes negativos como fueron Adolf Hitler, Mussolini o Sadam Hussein, por poner sólo algunos ejemplos: el impacto emocional que sus marcas transmitieron.

Las emociones negativas tienen más impacto y durabilidad en nuestra mente que las positivas. Ante un acontecimiento negativo, nuestra tristeza será tres veces más duradera que la alegría y la felicidad que nos provoca un hecho positivo. Lo mismo ocurre con la sorpresa (positiva o negativa) ante algún comentario, que tiene un mayor efecto e impacto en nosotros que cualquier comentario que se espera o se considera normal. Ésta ha sido la estrategia de Trump en sus discursos políticos: ha jugado con las emociones de los ciudadanos al hacer o decir cosas que sorprendían, impactaban y duraban mucho más que cualquier debate de su competidora demócrata Hillary Clinton.

Ser prepotente, descalificar a otros, recurrir a actitudes infantiles y tomar una posición en contra de los inmigrantes, son actos que generan sorpresa y debate en cualquier foro, independientemente se compartan o no estas posturas.  

El resto de los aspectos del discurso de Trump y su construcción de marca ha seguido las “normas” y consejos de posicionamiento de branding que siempre hemos comentado:
  • Ha sido consistente y coherente en sus comentarios. En ningún momento ha tenido mensajes contradictorios. Si dijo que iba a deshacerse de los ciudadanos extranjeros ilegales y construir un muro en la frontera con México pagado además por los mexicanos, lo ha mantenido hasta el final a pesar de las polémicas suscitadas en muchos lugares.
  • Ha demostrado confianza en lo que decía. La convicción con la que ha defendido sus ideas, impensables e inimaginables para muchas personas, hacen que los ciudadanos acaben confiando en que realmente se van a llevar a cabo. Por mínimo que sea el apoyo o el estar de acuerdo en algo de lo que dice, se genera un vínculo de confianza difícil de romper.
  • Ha tomado una posición, en la que como con sus negocios tiene todas las de perder o todas las de ganar. No ha querido quedar bien con todos, sino que ha rechazado a unas personas y ha apostado por otras, con las que se aseguraba convertirlas en sus seguidores fieles.
  • Ha conseguido ser reconocido. Haber sido “simpsonizado” en la serie de dibujos, haber aparecido en la tan taquillera “Solo en casa” o en la serie “El Príncipe de Bel Air” fueron hechos que pasaron desapercibidos por millones de espectadores, pero sus comentarios, que no han dejado indiferente a nadie, le han convertido en pocos meses en una de las personas más populares del mundo.

En definitiva, está claro que hay en común unas formas de hacer tanto para personajes aclamados como para personajes polémicos sin las que difícilmente se consigue fijar y potenciar una marca. Pero en este caso, Donald Trump nos da una lección de que a veces las marcas que parecen más débiles se convierten en las más poderosas por recurrir al factor sorpresa, aprovechando el poder de las emociones que controlan a cualquier ser humano, convirtiéndonos en impulsivos y poco racionales al tomar decisiones como las que se presenciaron ante las urnas el pasado 9 de noviembre.


miércoles, 9 de noviembre de 2016

La ilusión puede marcar la diferencia en un proceso de selección

El contexto de crisis que ha enmarcado todos los ámbitos de estos últimos años ha hecho mella especialmente en el éxito de encontrar un empleo acorde a las expectativas, formación y experiencia de los candidatos.

Estamos siendo testigos de una generación de estudiantes prácticamente perdida. Jóvenes con ilusión que se matriculaban en carreras universitarias, las finalizaban, y tenían que marchar al extranjero en búsqueda de un empleo nada que ver con el de su nivel formativo, dejando atrás absolutamente todo.

Hoy en día, y ahora que parece que vuelve a renacer la esperanza de encontrar un empleo sin tener que irse demasiado lejos, son muchas las personas que tienen carreras universitarias, que dominan idiomas y que se especializan con la realización de algún máster. La competencia de candidatos en cualquier proceso de selección es ahora muy elevada.

Los entrevistadores disponen de un mayor número de perfiles preparados con alta cualificación para la mayoría de puestos vacantes que deben cubrir. ¿Qué aspectos son entonces los que van a hacer diferenciar a un candidato de otro, si ambos comparten formación prácticamente idéntica?


Entran en juego los valores, ciertos rasgos personales que permiten seleccionar a aquel candidato que la empresa considere más se asemeja al perfil buscado o a las líneas estratégicas de la compañía.

Atrás quedaron aspectos como la permanencia en la empresa, uno de los más valorados antaño, que además premiaba (económicamente y a través de promociones internas) a los empleados conformen cumplían años en la compañía. 

Ahora se valoran aspectos como:

  • Compromiso: no importa el tiempo que estés, pero si estás estás. Es decir, te van a valorar mucho la implicación al 200% que vayas a tener en el trabajo que realices mientras estés en esa empresa o proyecto.
  • Trabajo en equipo: el individualismo en la realización de tareas da paso al trabajo colaborativo. La suma de todos es mucho más que una simple suma; se convierte en una multiplicación de talento.
  • Adaptabilidad: las tareas estables y fijas en el tiempo ya forman parte del pasado. Ahora se premia la polivalencia, personas que sepan hacer de todo y se adapten a tareas diversas cuando surja una necesidad que apriete.
  • Sinceridad y honestidad: ¿os habéis dado cuenta que la mentira compulsiva es un rasgo que comparten cada vez más muchas personas? Está claro que el entrevistador va a indagar y valorar mucho que no mientas en tu CV y obviamente durante la entrevista.
  • Empatía: si vamos a trabajar con personas, teniendo claro que todos somos distintos, el saber ponernos en lugar de los demás y valorar sus opiniones y sentimientos es clave para el entendimiento y rendimiento profesional.
  • Proactividad: las empresas ya no buscan perfiles reactivos, que hagan lo que se les dice que tienen que hacer. Se valoran las personas que se adelanten a los problemas y que en vez de buscar errores y culpables, propongan soluciones.
  • Y, sobre todo, Ilusión: si un empleado no pone ilusión y ganas en lo que hace, de nada sirve todo lo anterior. Hacer las cosas con afán de conseguir objetivos que nos van a beneficiar a todos (empleados y empresa), tener ganas de aprender y poner en práctica y transmitir este entusiasmo al resto del equipo es realmente el valor estrella para que tu solicitud de empleo sea la que más destaque.

jueves, 27 de octubre de 2016

Aunque estés en zona de confort, no olvides potenciar tu branding

Ya han pasado unos años desde que Internet se ha impuesto en todos y cada uno de los ámbitos de nuestras vidas: en el terreno personal, en el trabajo, en el geográfico, etc. Vivimos en un mundo digital que nos controla más de lo que lo controlamos.

Somos prácticamente conscientes de no ser ya personas anónimas como lo fueron nuestros padres y abuelos. Somos conocedores de las ventajas, pero también de los inconvenientes que tiene el uso de las redes sociales para todos los usuarios y, por ello, deberíamos ser capaces de dedicar un buen tiempo para que nuestra presencia en las redes sociales esté acorde a nuestros propósitos. En definitiva, que cualquiera nos vea como queremos que nos vean.

Cada vez más Googleamos los nombres de personas que conocemos para saber más de lo que nos puedan contar. Lo mismo hacen las empresas a la hora de buscar candidatos que se adapten al perfil que están precisando.

¿Te has buscado en Google a ver qué se puede encontrar de ti? ¿Sabes que cuando se busca a una persona que está en tu red de contactos es muy probable que en esa búsqueda indirectamente también aparezca algo de ti?

Por ello, tal y como decía, es muy importante tener una marca personal cuidada, porque aunque trates de evitarlo siempre tiene fugas que te hacen estar visible.

A nivel personal, te recomiendo que cuides la información que compartes en forma de texto, imágenes y videos en redes como facebook, youtube e instagram, por poner algunos ejemplos, y que bloquees lo máximo posible la privacidad de acceso a cualquier persona ajena a tus verdaderos amigos.

A nivel profesional, procura que tu branding refleje tus puntos fuertes y diferenciadores de otros “competidores” en tu ámbito, para que un headhunting o un cliente decida que eres el/la candidato/a perfecto/a.

Centrándonos en esta vertiente más profesional, que sin duda va muy relacionada con la personal, te recomiendo, si aún no lo has hecho, que empieces a mejorar tu marca desde ya siguiendo algunos de estos consejos:
  • Define primero y crea después tu identidad online. Empieza analizando quién eres, en qué destacas (qué es lo que te “vende”), cómo quieres que los demás te vean,…
  • Define tus objetivos. Ser conocido/a o reconocido/a, ser un/a referente en tu ámbito, conseguir propuestas de trabajo en un determinado sector, conseguir aumentar ventas/ingresos,…
  • Sigue tus principios. Para mí este punto es fundamental. “No me vayas de… y después seas otra persona totalmente diferente”. Quien dices ser en el mundo online tiene que guardar coherencia con quien eres en el mundo offline si no, tarde o temprano te pasará factura. Debes generar ante todo confianza y credibilidad.
  • Posiciónate en Google. Básicamente a través de las redes sociales que mejor se adapten a tu estrategia u objetivos, usando siempre un mismo nombre de usuario, participando activamente, compartiendo contenidos de otros, dando feedback a quienes te mencionen y, sobre todo, no cometiendo errores que puedan dañar tu marca personal y puedan convertirse en spam en cuestión de minutos (sólo hay que ver la cantidad de errores que cometen los famosos a diario dando opiniones equivocadas sin valorar las repercusiones).
  • La mejor red social para mejorar tu marca personal es la creación de un blog. En él no sólo caben 140 caracteres o mensajes compartidos de otros usuarios. En él puedes extenderte, mostrar tu creatividad, desarrollarte personal y profesionalmente a la vez que ayudas a otros a hacerlo, aprender del feedback que recibes de tus lectores, dejar permanentemente colgado en la red un contenido que puede ser de utilidad a diferentes personas en diferentes momentos, etc.


Son sólo algunos consejos, pero hay que empezar de algún modo a posicionarse porque aunque pienses que estás en una zona cómoda cualquier elemento que no controles puede sacarte de ella y, en ese caso, más vale estar preparado/a y no tener que empezar desde cero. Hoy en día, el mundo funciona así, a través de Internet primero y en persona después.

El uso de la psicología inversa en el entorno laboral

La psicología inversa suena a truco barato, a manipulación, pero en determinadas circunstancias y contextos organizacionales, sobre todo cu...